SIGUE A TU CORAZÓN 💛

Capítulo 12

-Gulf, ¿Creíste de verdad que te golpearía? -su voz sonaba muy cerca de mi cuerpo, lo que me hizo intentar salir corriendo, baje mis manos de mi cabeza para tocar el suelo y gatear un poco más lejos.

-Si... -dentro de mi sabia que Mew no era capaz de eso, pero si mi padre que era el que debía quererme y proteger me causo tanto daño entonces Mew que solo era hermano de mi mama no tendría por que hacerlo. Y menos cuando mi madre lo estaba obligando a que me cuidara, para alejarme de ellos.

-Yo nunca podría hacer te daño Gulf, -su voz sonaba muy baja y sueva, creí que lo había imaginado, pero Mew lo repitió mas alto, luego de aclararse la voz dijo -Nunca te hare daño Gulf, yo quiero protegerte, -aunque él no lo supiera, me ha hecho daño desde que nos volvimos a ver, y lo seguirá habiendo, si él es feliz yo puedo ser feliz por él, pero eso no quita el dolor de verlo feliz con otra persona, no elimina las heridas de mi corazón equivocado.

Respire profundo tratando de que mi corazón se clamara, y la histeria de mi cuerpo volviera al margen; me di la vuelta en mis rodillas y mire a través de las lagrimas que empeñaba mi vista a Mew, él también estaba de rodillas detrás de mí, y esta vez se veía diferente.

Limpie mi rostro con mis manos, aunque las lágrimas seguían rodando, y deslice mis ojos para mirar a Mew, sus hombros estaban caídos, sus manos se apretaban juntas, y su rostro estaba hacia abajo, no me miraba a cambio, así que yo podía verlo sin que se diera cuenta, sus ojos estaban cerrados, ¿esperaba que dijera algo?

-Yo no estoy seguro Mew, no puedo confiar en nadie. No confió ni siquiera en mí mismo. -mi respuesta hizo que su rostro se levantara y sus ojos miraran los míos, le dije todo con sinceridad, desde el fondo de mi corazón. Mis miedos estaban siendo expuestos a Mew, quería confiar en él.

-Yo hare que confíes en mí, porque te voy a cuidar muy bien Gulf, sé que es difícil estar en un lugar desconocido, con personas que no son tus padres, pero aquí vas a estar bien, y te vas a recuperar, tu salud va a estar mejor dentro de poco. -quería crees en sus palabras, quería confiar, pero con esas promesas no podía hacerlo, tenia que ver sus acciones y entonces yo seguiría abriéndome a él; podría mostrarle mis cicatrices.

-Es muy difícil Gulf, yo no soporto que personas que no conozco quieran acercarse de la nada a mí, no puedo estar cómodos con ellos, y eso me causa mucho malestar. No me obligues. No puedo estar con desconocidos en sitios donde pueden hacerme daño sin que nadie se dé cuenta. -Tenia muchos miedos, muchos temores dentro de mí, esta es solo la punta de todo, si Alberto no me hubiera salvado dos veces entonces yo no habría ido con él a su casa, jamás. Tampoco la enfermera y el médico, sin Mew cerca entonces no los habría dejado tocarme, nunca.

-No tengo más opción Gulf, no tengo mas opción. Si pudiera quedarme yo, lo haría, pero mientras estas aquí debo asegurarme que estas cumpliendo con lo que te mando el doctor y que estas haciendo tus deberes, no puedo ceder, no en esto. -eso hizo que mis lagrimas se detuvieran, sincerar mi corazón para que me apoyara, no sirvió, entonces lo que dije no sirvió de nada, perdí aun mas del amor que le tenía.

-Entonces no confiare en ti, tu no puedes darme lo que yo necesito, no puedes cuidarme. -me levante del piso donde estaba arrodillado y trate de alejarme de Mew, pero no me lo dejaría tan fácil, tomo mi mano desde atrás y me detuvo, -No lo hagas, no me obligues a odiarte.

No decía esas palabras en serio, no creía que mi corazón pudiera odiar a alguien que ha amado durante tanto tiempo.

-Gulf, ¿no puedes ceder tu esta vez?

-No puedo, no lo hare por ti ni por nadie

Hacia tiempo que nadie me abrazaba, nunca dejaba que las personas me tocaran mas de lo necesario, y mis padres no eran cariñosos conmigo, pero Mew siempre lo había hecho, y yo siempre me sentí tan cómodo y seguro en sus brazos, pero ahora que Mew lo estaba haciendo no podía sentirme cómodo, sentía que el abrazo era falso, pero de verdad no sentía ese amor por mí. Antes me engañaba con eso, me decía a mi mismo que Mew algún día podría quererme, tal vez cuando creciera, pero ahora había aterrizado de cara contra el piso.