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Capítulo 42

Capítulo 42

-Prometiste que me protegerías de lo que me hiciera daño, entonces, debes saber algo, todo lo que he sufrido, -intente decirlo, intente decirle que fue mi padre y mi madre los causantes, pero las palabras no se formaron, no podía pronunciarlas, -todas mis cicatrices, -no abrí mis ojos, seguí intentando retener el dolor, que quería escapar por mi garganta, las lágrimas estaban cayendo por mi rostro, -ocurrieron ahí, no me obligues a volver.

El auto de detuvo delante de la enorme casa blanca, la misma de mis pesadillas, esta delante dándome una mirada de lastima. Si pudiera hablar o mostrar todo lo que se oculta en el interior, todos quedarían horrorizados.

-Perdóname, esto no es lo que yo quiero, - el conductor se bajó dejándonos a nosotros en el interior del auto, mientras que Mew alejaba mi vista de la casa y me hacía mirarlo con tanta pena en sus ojos -pero tampoco puedo hacer nada más, -su mano derecha aparto mi cabello hacia atrás con una caricia, y sus ojos siguieron el movimiento, sabía que no había nada que me consolara pero se estaba esforzando por mantenerme tranquilo, -no te dejare solo, estaré contigo en todo momento, es una promesa que no voy a romper, -me beso la frente y me apretó en un abrazo, respirando profundo, volvió a mirarme a los ojos, -pero debemos entrar ahí y enfrentar todo juntos.

No puedo huir, esto me va a perseguir el resto de mi vida, si escapo y dejo a Mew enfrentando todos los problemas él solo, entonces estaría siendo un cobarde, quiero ser un cobarde, no debo, no, no, no.

- ¿Juntos? -pregunte, sabía lo que diría, aunque escuchar sus palabras puede que hagan que mi corazón se sienta más tranquilo.

-Juntos. Si estamos juntos entonces yo podre defenderte de todo el dolor, pero si tu me alejas y huyes de mí, entonces no poder hacerlo, por favor déjame hacer esto. Confía en mí. Solo sopórtalo un poco más y entonces serás libre, hasta de mí, si eso es lo que decides al final.

- ¿crees que yo te dejaría solo? -sentí un vacío al pensar en separarme de nuevo de él. No puedo dejarlo, nunca.

-Vamos, nos están esperando, -abrió la puerta y salió tomándome de la mano, no era la respuesta que quería escuchar, la incertidumbre ante sus palabras tan inseguras me dejó un amargo sabor en la boca, trate de hablar de nuevo para detenerlo y que me explicase pero Mew siguió caminando mirando al frente, y mi piel empezó a tener escalofríos, sin embargo cuando estuvimos delante de la puerta escuche la voz de Mew, -puede que no tengas otra opción.

- ¿Qué...?

Mi pregunta quedo sin terminar por que Mew se adentro por el umbral y me trajo detrás de si, el silencio dentro de la casa me puso en alerta. Quería detener el caminar de Mew, pero solo podía seguir su espalda que cubría todo a mis ojos, mire a mi alrededor.

Nada a cambiado, pero siento que todo esto es tan lejano a mí, no me siento cómodo pero mi corazón siente el calor de la mano de Mew y hace que los malos recuerdos no me alcancen. Tropecé cuando se detuvo de pronto.

-Buenas señores, lamento hacerlos esperar, pero no estábamos preparados para venir a visitarlos.

Miré sobre su hombro y pude ver a mis padres, cada uno sentado en un extremo opuesto de la gran habitación. En medio de ambos una mesa con unos pocillos lleno de té que se notaba que no habían tocado. Al lado de mi padre había una mujer que conocía como su secretaria, y del lado de mi madre había un hombre que era la primera vez que veía. El ambiente era tan tenso, así que aprete la mano de Mew quien llevo su otra mano a su espalda y me puso a su lado, sin soltar mi mano.

-Mew no necesitas estar aquí, solo deja a Gulf para que tome esta decisión.

-Deja que mi hermano se quede, es familia al final, y es quien se ha hecho cargo del niño. -la voz de mi madre era diferente, ya no temblaba, ni tampoco se escuchaba el miedo, al contrario, me sorprendió mucho por que era firme y suave. -siéntense para que podamos explicar la situación.

-Gulf saluda a tus padres, deja de esconderte detrás de Mew. Ya eres casi un adulto y debes actuar como tal.