Capítulo 34

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NOTA: A DISFRUTAR, ESPERO SUS COMENTARIOS, Y ESTRELLAS. BESOS Y ABRAZOS-



Desperté entre los brazos de Mew, era tan cómodo. Tenía mi cabeza en su brazo y mis piernas entre las suyas, seguro le dolería cuando despertara, intente levantarme, pero me apretó entre abrazos fuerte, quede casi encima de su cuerpo, mire su rostro y seguía durmiendo, ¿Cómo puede hacerlo y seguir con la boca abierta y los ojos cerrados? Se veía tierno en ese estado, después de haberlo visto llorando por mi antes de dormirse, se me estrujaba el corazón de recordarlo, Mew era muy sensible ante el dolor, y era inevitable que no llorara, era una buena persona.

Un aspecto que me encantaba de él, sentía que era muy bueno con todos, les agrada a las personas con una sola conversación, aunque parezca muy frio y petulante, cuando lo conoces sabes que es un cálido, no solo su piel, sino también su corazón. Le di un beso en la mejilla que tenia cerca y trate de salir de sus brazos, aun era temprano, pero era fin de semana así que Mew no despertaría pronto, es mejor dejarlo descansar, tomare un baño y hare el desayuno.

Fue muy complicado salir de la cama sin despertarlo, sus brazos estaban tan apretados, así que metí una almohada en mi lugar. Me dirigí directo al baño, me desnude y deje que el agua caliente me ayudara a relajar mi cuerpo, aunque había dormido en brazos de Mew, me sentía muy tensionado, ansioso, y con un mal presentimiento, puse jabón en mi cuerpo y tome una botella de shampo, Mew había cambiado a uno con olor a coco, siempre a frutas.

Me masaje el cabello y me puse debajo del chorro del agua para aclarar mi cabello, mi cuerpo se congelo de pronto, mi corazón se aceleró, mi piel se helo, sentí tanto miedo, miré la puerta del baño y vi a Mew entrar.

Estaba desnudo, mojado, con mi piel expuesta ante sus ojos, para viera mis cicatrices, mis marcas, mis defectos, mi sufrimiento, me sentí más desnudo, aunque no llevaba ropa puerta, sentí que estaba viendo, más allá de mi piel, tenia mi alama rota ante sus ojos.

No me moví, me quede muy quieto debajo del agua, estaba tan distraído con el nuevo shampo que no escuche a Mew llamar a la perta, pero si el sonido cuando fue abierta.

Cerré los ojos fuertes, no tenía a donde ocultarme, y mi reacción no era tan rápido para llegar hasta las toallas, estaban muy cerca de Mew. Escuché la respiración errática de Mew, y los latidos de mi corazón, sentí mis ojos llenarse de lágrimas, pero no las derrame, abrí los ojos lentamente, y vi a Mew en el mismo sitio. Cuantos segundos habrán pasado, pero ninguno de los dos se ha movido del lugar.

Miré su rostro, para ver su expresión, sus ojos abiertos sin espabilar, llenos de lágrimas, recorrían todo mi cuerpo desnudo, aunque solo a parte frontal, si viera que mi espalda es peor, seguí mirando su frente arrugada, su boca abierta, y sus mejillas mojadas por lágrimas.

Dios, no quería que él me viera, pero es muy tarde. Todo estaba detenido, su pecho se movía muy rápido al igual que el mío, sentí temblar todo mi cuerpo, así que me moví un paso en su dirección y vi a Mew dar un paso atrás, alejándose.

Escuche mi corazón saltarse un latido al ver que se alejó, no lo espere si soy sincero. Un sonido escapo de sus labios, el llanto contenido estaba escapando de su pecho. Di otro paso más pagando el grifo del agua que corría derramándose, quería alcanzar una toalla y cubrirme, cubrir mi alma rota antes de que pusiera romperse más. Si era posible.

Quería desaparecer, que algo abriera el techo y me elevara en el cielo para desaparecer.

Sus ojos seguían moviéndose por cada parte de mi cuerpo, mirando todo, baje mi mirada para ver lo mismo que él ve. Mi piel pálida, con marcas rojas, y moradas por las cicatrices, algunas desaparecidas y otras más marcadas que nunca, arruinaban mi color pálido, había una que era la más profunda y partía mi tetilla izquierda, creo recordar que caí encima de una mesa de cristal que estaba en el pasillo cuando me pateo fuerte, el vidrio se rompió y corto mi piel, llamaron a un medico de confianza de mi padre para que me suturara la herida, había sido profunda. No había parado de sangrar, creí que moriría, no podía moverme cuando caí al cuelo entre vidrios, el dolor me partido el pecho, pero dolió más cuando el medico coció la herida sin anestesia por que mi padre así lo quiso, me desmaye varias veces, y cuando desperté la última vez seguía ahí tirado en medio del pasillo.

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