Capítulo 3

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Ya sabía que me había enamorado de Sunghoon, pero no sabía desde cuando y si él sentía lo mismo. Dudaba que los sentimientos fuesen mutuos porque ya él había dejado en claro que no era su tipo y se veía muy alegre con la señorita Youngseo. Así que esto podría ser un amor unilateral y quizás él se dio cuenta y por eso me evitaba. Cuando regresé de Tokyo, intenté mantener mis distancias con él, no quería que se diera cuenta de lo que sentía y así de una vez terminar de arruinar nuestra amistad. Sabía que si le decía que me había enamorado de él, probablemente se alejaría, y eso era lo último que quería. Al menos si no podía tenerlo como pareja, lo mantendría cerca como siempre. Así que decidí hacer lo que el abuelo había estado queriendo hacer desde aquella noche, agendé una cita a ciegas. Quizás conocer a una chica, me ayudaría a borrar mis sentimientos por Sunghoon. Esta no era mi manera de ser, siempre he sido directo y tengo una personalidad que suele ser intimidadora, pero con Sunghoon no puedo ser así. Él es diferente al resto de los demás y hace que me sienta inseguro cuando estoy cerca de él.

-Señor, recuerde que su cita es el 10.-dijo Sunghoon antes de marcharse del trabajo.

Como ya se estaba volviendo costumbre, él se fue a su casa y yo me quedé trabajando. Últimamente trabajo demasiado después de la hora de salida, pero es lo único que me mantiene alejado de los pensamientos sobre mi secretario y amigo. En algún momento de la noche me quedé dormido en el escritorio y me levanté por el sonido de mi celular. ¿Qué hora era? Según mi reloj eran las dos de la mañana, ¿quién podría estar llamándome a estas horas? Miré y era mi abuelo, decidí responder porque sabía que no se cansaría hasta que respondiese.

-¿Se puede saber que diantres te pasa?- Gritó mi abuelo del otro lado del teléfono.

-¿Acaso tu misión es dejar en ridículo a esta familia? Primero te niegas a la cita a ciega, luego la aceptas y ahora no te presentas.- ¿Qué no me presenté? Si la cita era en dos días, claramente Sunghoon había dicho que era el 10.

-Abuelo, ¿estás senil? La cita no era hoy, Sunghoon me dijo el 10.-

-Senil estarás tú, la cita era hoy. No uses a Sunghoon de excusa. Decidiste no asistir a la cita y dejar a la hija de Group Technology plantada. Su padre está furioso y quiere terminar lazos con nuestra compañía. Mira a ver como arreglas este desastre.- Gritó el abuelo antes de colgar la llamada. Todo estaba muy extraño, podía jurar que Sunghoon había dicho que la cita era el 10 y no hoy. Para salirme de las dudas, decidí escribirle un mensaje.

Para Sunghoon:

El abuelo acaba de llamarme furioso porque no asistí a la cita, pero tú me dijiste que era el 10.

Mensaje de Sunghoon:

Tae Moo antes de irme te dije que la cita era hoy, en ningún momento hablé del 10.

Esto no podía ser verdad, yo recuerdo que me dijo que recordase que la cita era el 10. ¿Podría estar mintiéndome? Pero es que Sunghoon no tenía razones para mentirme y mucho menos hacerme quedar mal a mí y al abuelo. Quizás si escuché mal lo que me dijo. Ya que este fue mi error, decidí disculparme con la hija de Group Technology diciéndole que tuve una emergencia en el trabajo y olvidé avisarle. De igual forma, agendé una cita con ella para el día siguiente, para reponer la que habíamos perdido.

Al día siguiente me preparé para nuestra cita y le dije a Sunghoon que cancelara todas mis reuniones de la tarde.

-¿Por qué debo cancelar sus reuniones?- preguntó Sunghoon

-Tengo una cita con la hija de Group Techonology para reponer el desastre de ayer.- En el espejo pude ver como se ensombrecía el rostro de Sunghoon, pero solo duró por unos segundos porque cuando volví a mirar, no había ningún astibo de emoción.

-Señor, usted tiene una reunión muy importante que no puede cancelar.- Insistió Sunghoon.

-Si no puedes cancelarla, ve a ella por mí. Eres mi secretario administrativo, todo lo que yo sé, tú también lo sabes.- respondí traquilamente.

-Pero...- intentó decir algo, pero lo callé en un segundo. No sabía cuál era su tanta insistencia para que no fuese a la cita. Ver este comportamiento de él hacía que se me hiciese difícil superar lo que sentía por él. Así que fui al cajón por las llaves de mi auto, pero sentí como él se movió rápidamente a mi lado y puso su mano sobre el cajón evitando que lo abriese.

-¿Qué rayos crees que estás haciendo? ¿Qué te sucede hoy?- le dije un tanto furioso por su constante intromisión, a lo que él se limitó a bajar su cabeza.

-Señor, al menos déjeme llevarlo.- dijo en voz baja y sin mirarme. No podía descifrar lo que significaba su conducta, y no tenía tiempo. Ya iba tarde para mi cita, así que tomé las llaves y lo dejé solo ahí, sin decirle nada.

Cuando llegué al restaurante se me hizo fácil encontrar a mi cita. A ella se le iluminaron los ojos al verme, pero yo no sentí ningún tipo de emoción. La cena fue una verdadera tortura. Esta chica era muy superficial y se la pasaba hablando sobre su apariencia y las cosas que había comprado. No podía ver la hora en que la cita acabase. Cuando al fin lo hizo, me subí rápidamente a mi auto y me dispuse a ir a mi departamento. Mis planes de olvidar a Sunghoon no me estaban saliendo como yo creía. Mi cita no podía ser más hueca y Sunghoon llevaba raro desde ayer. Aún puedo jurar que él dijo que la cita era el 10 y esta tarde se comportó como si no quisiese que fuese a la cita. ¿Qué le está pasando? Mas bien, ¿qué me está pasando a mí que ando buscado segundas intenciones en todo lo que él hace? Esto me está llevando al borde la locura, si sigo así, no sé cuanto tardaré en revelarle mis sentimientos por accidente. Y como si mi vida no fuese tan complicada, comenzó a llover. Desde pequeño he odiado la lluvia y la misma me deja paralizado. Así que muy pronto comencé a sentir que me faltaba el oxígeno y que el cuello de la camisa me estaba apretando. Desesperadamente comencé a buscar un lugar en donde estacionarme mientras la lluvia disminuía, pero no encontraba un espacio en plena autopista. La vista se me estaba nublando por culpa del ataque de pánico. Estaba consciente de que debía hacer algo, pero todo mi ser se estaba congelado y fue entonces cuando no vi el camión que se acercaba a toda velocidad en mi dirección. Lo último que sentí fue un golpe muy fuerte y el auto dar vueltas antes de que todo quedara en completa oscuridad.

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