Capítulo 8

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El resto del día transcurrió tranquilo y pude dejarle saber al equipo que teníamos poco tiempo para ponernos en marcha. Antes del aniversario teníamos que probar cuál era la reacción del público general a los sabores. Lo del aniversario sería una mera formalidad porque solo estarían los ejecutivos, empleados y sus familias, así que no es para nada una muestra representativa de la población. Por eso durante este primer mes estaremos trabajando en el envasado, el nombre de la marca, su logo y en los sabores. Ya para el segundo mes se supone que estemos trabajando con el desarrollo del producto y presentándolo a una muestra representativa. En el último mes es entonces que se lo presentaremos a los de la empresa en el aniversario. Si todo salía como esperábamos, nadie fallaría y nuestro producto sería un éxito. Eso era lo que pensaba mientras recogía las cosas de mi oficina y me disponía a ir a mi primera cita con Sunghoon. Él aún no sabía que haríamos y a donde iríamos, y como lo conozco sé que eso debe estar matándolo.

Tomé el ascensor hacia el estacionamiento y me dirigí a mi auto donde Sunghoon ya me esperaba en el asiento del conductor, pero hoy él no sería quien condujese. Así que me acerqué a la ventana del conductor y le di dos toques, a los cuales Sunghoon respondió bajando la ventana.

-¿Qué pasa Tae Moo?- preguntó algo confundido.

-Hoy no guiarás tú, lo haré yo.- le respondí. En su rostro había confusión y aún no se bajaba del auto.

-Sunghoon, ¿sabes a dónde vamos?-

-No.-

-Entonces, no puedes conducir.-

-Entonces, díme a donde vamos.-

-Sunghoon, levanta tu trasero del asiento del conductor y déjame conducir a mí.- A regañadientes, Sunghoon salió del auto y se fue al asiento del pasajero. Mientras, yo dejaba mi mochila en el asiento trasero y me disponía a conducir cuando me fijé que Sunghoon no se había puesto el cinturón. Así que me incliné hacia su lado y cogí el cinturón dispuesto a ponérselo. Cuando estaba cerca de su pecho pude escuchar los latidos rápidos de su corazón por lo que no pude evitar dejar escapar una sonrisa. Se sentía bien saber que causo en él, lo mismo que él causa en mí. Una vez todo listo, puse el auto en marcha a nuestro destino. El camino hacia la sorpresa fue en silencio, al parecer Sunghoon seguía molesto por haberlo sacado del asiento del conductor. Llegamos al centro comercial y nos dirigimos a la parte del cine donde le dejé saber al que estaba a cargo que era el que había hecho una reserva esta mañana.

-Palomitas con mantequillas, saladas o dulces.- le pregunté a Sunghoon

-Mantequilla está bien.- Como veía que no estaba prestando mucha atención decidí darle la taquilla para que fuese a la sala mientras yo terminaba de hacer la compra. Cuando entré a la sala, Sunghoon ya estaba sentado y mirando su celular. Le di su refresco y las palomitas, para yo poder sentarme.

-¿Estás seguro que quieres que la cita sea aquí? Es un lugar bastante público.-dijo Sunghoon

-No te preocupes por eso, nadie entrará a esta sala porque la he rentado entera.-

-Pero, ¿porqué hiciste eso?- dijo un tanto alarmado y sorprendido.

-Porque querías ver esta película y yo quería acompañarte.-

-Pero, Tae no tienes que gastar tanto dinero en mí,-

-Hoon-ah, no te preocupes por el dinero. Lo hice porque eres alguien importante y porque dentro de todo quiero tener una cita normal con mi chico.- Antes esa última frase, él no pudo evitar sonrojarse y mirar hacia otro lado. A veces Sunghoon podía ser muy tierno.

-Ahora vamos a comer palomitas y a ver la película que está a punto de comenzar.-Durante toda la película no hablamos, solo se escuchaban nuestras respiraciones y el sonido de la pantalla. En algunas ocasiones nuestros dedos se rozaron cuando íbamos a coger palomitas, y como siempre podía sentir como una corriente eléctrica se extendía por todo mi cuerpo. En algún momento de la película me distraje y me quedé mirando a Sunghoon que estaba todo concentrado en la película y no se daba cuenta de mi intensa mirada. Al acabar la película, fuimos por comida para llevar y me estacioné de frente al río Han para poder comerla. Lo hice de esa manera porque sabía que sería más cómodo para él.

-¿Te gustó la película?- le pregunté

-Me encantó, valió la pena. Gracias por llevarme y acompañarme. Gracias por toda esta cita, ha sido maravillosa, no pudo haber sido mejor.-

-Sunghoon.-

-Si, Tae.-

-¿Cuándo supiste que te habías enamorado de mí? Lo pregunto porque ya tu sabes mi respuesta y siento curiosidad.- Él me miró unos segundos y luego miró hacia el frente.

-Creo que fue cuando estudiábamos en la universidad en los Estados Unidos. Siempre habíamos sido tu y yo aquí en Corea del Sur, pero allá era diferente. Todos buscaban llamar tu atención desde chicas hasta chicos. Siempre te estaban dando regalos e invitándote a fiestas. Claro, tú te negabas a todas las que podías. Sin embargo, una vez te llevaron a una cieta a ciegas sin tu saber que lo era y cuando me enteré, no pude evitar sentir celos. Al inicio pensé que eran celos de amigo ya que siempre éramos nosotros dos y sentía que si se añadía una tercera persona ya no seríamos como antes, pero no terminó así. Empecé a tener pensamientos románticos contigo, a imaginar como sería tener una cita, estar juntos y ser una pareja. Ahí me di cuenta que me había enamorado de ti y a la vez me di cuenta de que esto no sería posible porque tú no mostrabas sentir lo mismo. Por eso actúe de la manera en que lo hice cuando me seguías insistiendo en que te dijese porque no eras mi tipo. Intentaba mantener lo que alguna vez sentí, ocultado y olvidado o eso pensaba hasta que accediste a ir a la cita a ciegas para casarte. Creía que lo toleraría, pero la tan sola idea de verte casado con otra persona me parecía inconcebible y por eso actué como un niño pequeño. De nuevo siento haber hecho lo que hice y haberte traído problemas a ti y a la empresa.- No podía creer lo que había escuchado, Sunghoon sentía cosas por mí desde hacía mucho tiempo y no me había dado cuenta. ¿Qué clase de amigo soy que ni siquiera vi las señales?

-Hoon-ah, no te disculpes. Si acaso el que me tengo que disculpar soy yo, por haber sido tan ciego y no haberme dado cuenta todo este tiempo. Siento haber ido a una cita a ciegas para olvidarte. Prometo que algo así nunca volverá a pasar. Es contigo y solo contigo con quien quiero estar.- Ante lo dicho, él simplemente me sonrió y entrelazó sus dedos con los mios dando pequeñas caricias en mi mano. Después de la plática decidimos que era hora de regresar pues mañana aún teníamos que trabajar. Conduje hasta su apartamento y lo acompañé a la puerta. Esperé a que entrara al apartamento para irme, pero entonces escuché la puerta que se volvía a abrir y al virarme pude ver a Sunghoon corriendo hacia mí.

-¿Qué pasó?- le pregunté todo confundido.

-Se me olvidó algo.- respondió.

-¿Qué se te...?- Mi pregunta fue acallada por unos labios que golpearon los míos y se fundieron en un beso tierno, pero lleno de deseo. Sunghoon pasó sus manos por mi cadera acercándome a él. Mientras, yo pasé mis manos por sus hombros y enterré mis dedos en su pelo, intensificando el beso. Estuvimos así un rato hasta que fue necesario respirar y nos separamos. Podía sentirlo, por primera vez en tanto tiempo, podía sentir el amor y él era el objeto de ese afecto. Sin darme tiempo a poder articular una palabra, volvió a besarme, pero esta vez fue un dulce beso que duró tan solo un segundo antes de separarse y comenzar a caminar hacia su apartamento.

-Buenas noches, Tae.- Fue lo último que dijo antes de cerrar la puerta y desaparecer. Apenas podía procesar lo que acababa de ocurrir en este pasillo, pero de algo estoy seguro. Estoy completa e irrevocablemente enamorado de Cha Sunghoon.

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