Capítulo 13

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Salí del campo de golf hecho una furia, como se atrevía el jefe Lee a tanta desfachatez. Menos mal que me enteré gracias a Sunghoon y que fue a él quien se lo pidió porque si no, tal vez sus planes hubiesen funcionado. Estacioné mi auto de una manera brusca y ni siquiera esperé a que Sunghoon saliera del suyo. Simplemente seguí mi camino hacia mi apartamento y una vez dentro, no pude contener mi furia.

-¿Qué rayos le pasa a ese viejo? ¿Se le ha soltado un tornillo o que?- le grité furioso a Sunghoon, pero antes de que él pudiese hablar, yo lo interrumpí.

-¿Cómo se atreve a intentar poner a mi secretario en mi contra? O sea, intentó que mi novio me traicionara. ¿Qué tan bajo debes caer para hacer eso? ¿Qué creía que pasaría? ¿Alguna vez te he maltratado? O ¿Acaso he hecho algo mal? Debo de haber hecho algo mal para que él tuviese la idea de que me traicionarías por un par de billetes o un puesto más alto. ¿Así piensa de ti? Es que si no nos íbamos, esto se iba a poner muy feo. Gracias a Dios que tuve autocontrol porque es que lo abofeteaba.-volví a gritar y esta vez, Sunghoon no intentó decir nada. Ante su silencio, me senté en el sofá a esperar que mis emociones bajasen un poco y poder hablar más calmado. Sabía que ese viejo era un avaricioso, pero jamás pensé que intentaría sabotear mi proyecto y de paso ponernos en contra a Sunghoon y a mí. Quizás lo del proyecto no me afectó tanto, pero la idea de que intentase usar a Sunghoon para lastimarme a mí, me hacía hervir la sangre. Él no es un objeto que se puede utilizar como le plazca y luego desecharlo. Estaba furioso con el jefe Lee y si por mi fuese, nunca más volvería a pisar la compañía, pero eso no dependía de mí, todavía. Primero tenía que ganarme el respeto de los demás corporativos y del abuelo para entonces poder obtener la compañía. Una vez eso suceda, el jefe Lee y sus secuaces solo verán la puerta de salida.

Mire hacia donde estba Sunghoon y pude ver como se dirigía hacia mi, sin embargo, no descifraba ninguna emoción en su rostro. Bajé la cabeza porque me sentí avergonzado de cómo había reaccionado en su presencia. La verdad es que no quería que viese ese lado de mí, no estoy muy orgulloso de la persona que me convierto cuando estoy molesto, pero tampoco me arrepiento. Para proteger a las personas que amo estoy dispuesto a hacer lo que sea, y Sunghoon es la persona que más amo en este mundo y lo volvería a hacer si con eso asegurase alejarlo de ese viejo ambicioso. De pronto, sentí como Sunghoon pasaba su mano por mi hombro y me acercaba a él en un abrazo. Como estaba sentado en el sofá y él se encontraba de pie, había una diferencia de estatura por lo que mi cabeza estaba recostada sobre su estómago y él puso su mentón en mi cabeza. La mano que estaba en mi hombro bajó hasta mi espalda donde empezó a darme dulces caricias. Entonces, giré mi cabeza obligándolo a mover la suya y que me mirase. Me le quedé mirando un rato en silencio, no quería romper el hechizo del momento. Cuando pensé que era momento de decir algo, ví como hacia el gesto de hablar, así que me detuve.

-Siento que te hayan hecho pasar por esto y mucho más que me hayan utilizado para lastimarte. Aún sin saber nuestra verdadera relación, sigo siendo un punto débil que intentan utilizar en tu contra.- dijo Sunghoon y no pude evitar sentirme peor. En vez de hacerlo sentir seguro con nuestra relación, este suceso de hoy lo que hizo fue alimentar más sus dudas. Maldigo al jefe Lee por lo que acaba de hacer, esta poniendo mi relación en peligro. Sunghoon me dejó claro desde un inicio que no tenía intenciones de revelar lo nuestro para no afectar mi puesto y no lastimar a nadie y lo que acaba de hacer el jefe Lee es alimentar sus miedos. Lo puedo ver en sus ojos, el miedo de que yo lo pierda todo porque él está conmigo, porque él me ama. No puedo permitir que lo de hoy lo carcoma porque sino, nuestra relación tendrá fecha de caducidad y eso jamás lo permitiría. Así que levanté unos de mis brazos y llevé mi mano hacia su rostro, poniéndola delicadamente en su mejilla y obligándolo a que me mirase.

-Cariño, tú no tienes nada por lo que disculparte. Soy yo quien tendría que hacerlo porque no supe protegerte y dejé mis defensas abajo mientras estaba cerca de Lee. Prometo que eso no volverá a pasar y estaré más atento. Pero quiero que recuerdes que no es tu culpa.- le dije de forma dulce.

-Pero...- Intentó replicar, pero yo fui más rápido y lo silencié con un dedo en sus labios. Este me miró atónito por el gesto, pero se mantuvo callado.

-Hoon-ah, tú nunca has sido y nunca serás mi punto débil. Al contrario, tú eres mi fortaleza, mi lugar seguro y donde puedo recargar mis energías luego del día malo. Jamás dudes de lo que siento por ti y de lo que sería capaz de hacer por protegerte. Tú eres la persona más importante de mi vida y la cual amo.- Justo cuando esas últimas palabras salieron de mi boca, no pude evitar la sorpresa que sentí y la cual fue reflejada en el rostro de él. Nunca hasta este momento ninguno había dicho esas dos palabras que parecerían pequeñas, pero que guardan un gran significado. Me sentía sorprendido de cómo pude decirlas sin siquiera procesarlo, pero eso solo significa que mi amor por Sunghoon es tan natural que no hace falta pensarlo.

-¿Qué has dicho?- me preguntó y sabiendo la magnitud de lo que acaba de decir, no podía echarme para atrás y no quería. Él es la persona con la que quiero pasar el resto de mis días, en quien pienso cuando me levanto, la sonrisa que recuerdo durante todo el día y la persona en la que pienso antes de irme a dormir. Esta vez seré valiente por los dos y pondré mis sentimientos en la mesa, esperando que sean aceptados.

-Te amo, Cha Sunghoon.- Sus ojos se abrieron de par en par, pero no dijo nada. Se quedó unos segundos mirándome y cuando no pude soportar este silencio comencé a alejar mi vista de él, pero el sonido de su voz me detuvo.

-Yo también te amo, Kang Tae Moo.- Ya estaba hecho, me había dicho que me amaba. Sunghoon me amaba y me lo había dicho, no podía describir lo feliz que estaba con esto. Sé que ya estábamos en una relación y que no debería emocionarme por algo que quizás está por sentado, pero no podía evitarlo. Decirme esas simples palabras significa que se siente seguro con lo nuestro, tanto como para exponer lo que más siente por mí. Él pudo decirme que no se sentía listo para decir esas palabras, pero no lo hizo, las dijo y lo amo aún más por eso. Me levanté del sofá y sin darle un segundo a asimilar lo que sucedía, estampé mis labios con los suyos. Al inicio por el shock el beso fue lento y solo era de mi parte, pero luego cuando Sunghoon logró reaccionar, comenzó a corresponder el beso. El beso se volvió más intenso y sus manos que estaban en mi cintura comenzaron a subir por mi espalda. Las mías pasaron de estar en sus mejillas a enredarse en su pelo y él comenzó a caminar empujándome hacia el sillón. Cuando sentí el sillón, quedé sentando en el brazo del sofá. Mis manos se movieron a su cintura acercándolo más a mí y él se fue inclinando más y cada vez más, haciendo que quedase recostado del sofá. Una vez recostado en el sofá, él tomó el control de la situación, cosa que creo que ya sospechaba desde que me correspondió el beso. Encima de mí y con ambas piernas a cada lado de mí, Sunghoon fue ahondando el beso y yo solo quería que estuviese más cerca de mí. Puse mis manos en su cuello y comencé a acercarlo más a mí, sus labios se alejaron de los míos y encontraron otro lugar en mi cuello. Mientras, mis manos comenzaron a jugar con el dobladillo de su camiseta y debajo de la misma, pude sentir esos abdominales bien trabajados de los que tanto presumía. Recorrí todo su torso y cada uno de los abdominales con mis dedos, para luego volver a poner mis manos en su rostro y llevar sus labios de mi cuello hasta mis labios. Allí otra explosión de emociones se dio y Sunghoon terminó debajo de mi, mientras yo retomaba el control de la situación y lo besaba ferozmente. Pronto, ambos nos vimos en necesidad de tener que separarnos y recuperar nuestra respiración. Él me hizo un espacio y me tumbé a su lado mientras el ritmo de mi corazón se apaciguaba. Esta era la primera vez que nos habíamos besado de esa manera. Nos habíamos dejado llevar por todas las emociones del momento y sobretodo por el amor, deseo y pasión que sentíamos por el otro. Estando uno al lado del otro, pude sentir cuando se giró y me dio un dulce beso en la frente a lo cual no pude evitar cerrar los ojos y aspirar el dulce aroma del momento. Esto era la felicidad en su máxima expresión, estar en los brazos del otro y sentirse seguro. Sentir que tu hogar no es un lugar fijo sino que es a su lado. Ahora entendía lo que tantos poetas y escritores hablaban porque ahora sabía lo que era el amor y no estaba dispuesto a renunciar a él. Quizás fue por el cúmulo de emociones, pero ambos nos sentíamos drenados, sentíamos como si un camión nos hubiese pasado por encima. Así que sin previo aviso, nos quedamos dormidos. 

Nota de la autora:

Hasta aquí llega el mini maratón de hoy.

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