CHAPTER 02.

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Sí, en definitiva todo en ese momento estaba tornándose tan bizarro que Wang YiBo ya no tenía ni la más mínima idea de en qué debería hacer, o si quiera pensar.

Para ese entonces, Xiao Zhan iba despertando, incorporándose de su hombro para que todavía somnoliento, levantara su mirada para verlo sin ningún ápice de reproche o conmoción; sólo con algo tranquilo que su corazón no supo interpretar.

—¡Se lo he dicho! ¡Fuí ascendida en mi diseño de gráfico ánimado. ¡Madre! ¿¡Por qué no pueden aceptarlo así!?

Ambos se habían sobresaltado por esa repentina altitud de voz, de la que era de la chica que antes cruzó palabra con el Omega a su costado, quién asemejaba a la confusión por tenerlo práticamente abrazado; cerca, a cómo su situación lo ameritaba.

A ésto, una pizca de cálma le llegó cuándo el metro avanzó después de apenas un minuto detenido en Trayect Bian, sin haber presentado ese movimiento que causó el exalto en el sueño que había tenido con anterioridad. Avanzaba como lo era, y sus palpitos sin frenesí iban disipándose.

Por supuesto, si aquello no hubiera implicado el hecho de sentir ligeras vibraciones en el suelo, una cosa que inclusive Xiao Zhan percibió, pues de pronto se giró a verlo de nueva cuenta, pero ésta vez con dudosidad en toda la extensión de su rostro.

Miró al frente, inclinándose a un lado lo suficiente cómo para poder ver las vías de adelante y sus diversas desvíaciones.

Sentía la mano de Xiao Zhan estár sobre su dorso, cómo si ese tacto pudiera mantenerlo sin angustia. Dado a eso, cuándo el ligero sentimiento de la preocupación bajando de su lecho a su propio interior lo invadió, fue que deshizo el agarre con lentitud para levantarse. 

—¿A dónde vas? Tú... siéntate, puedes caerte.

Regresó a verlo, y negó con su cabeza, soltando aire. —Está bien, sólo espérame aquí. Sujetate.

Caminó despacio una vez que, aún a rastas, Zhan diera un asentimiento no tan convencido, pero dejándolo libre. Se sostenía de los tubos en lo alto, recibiendo varias miradas de vacilo por los demás pasajeros. Por supuesto, la mayoría sabía que no era recomendable que alguien estuviese de pie en dicho transporte en movimiento.

No había pasado demasiado tiempo desde que despertó, eso era más que evidente, tanto que todavía seguía pensando en ese sueño que tuvo, haciéndolo inclusive aún más cuándo esa vibración sintiéndose en las plantas de sus pies incrementó. No lo hacía tanto, pero estaba dudoso; nadie más parecía inmutarse de ello.

—Vuelva a su asiento, todavía faltan seis minutos para la próxima estación.

No escuchó, siguió caminando hasta tropezar con tenuidad cerca del sitio del conductor; el que era un hombre joven a la simpleza de la vista. Ahí, incorporándose nuevamente, sus ojos se abrieron de más en el mismisímo instante en que su mirada se cernió al frente.

Y no tuvo ni un sólo segundo para reaccionar. Otro metro a toda su grande vélocidad se aproximó de tal manera en que nada ni nadie podría lograr evitar que se estrellara contra en el que ellos viajan.

Ambos chocaron, causando una trágica explosión, justo cuándo el reloj dió las 12:21.

Wang YiBo despertó otra vez, gimoteando de impresión y con una respiración totalmente pesada por el pánico aún inundándolo. Su mano sobre el área de su corazón era la perfecta prueba de ese temor que simulaba a no irse jamás al momento de verse de nuevo en el metro.

Ahora sí no sabía que pensar; ¿Es qué estaba presentando algún tipo de deja vú muy extremo? ¿Un maldito sueño dentro de otro sueño? Simplemente nada de esas opciones tenía sentido.

Stuck In Time. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora