Stuck In Time.

CHAPTER 16.

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Los oficiales todavía no ingresaban otra vez a la oficina en la que al final si se habían quedado por unas horas más. Así que ni siquiera estaban hablando; aún podía sentir que Xiao Zhan estaba despierto, pues a veces se reacómodaba en sus brazos.

Podía suponer que no tardaría en dormirse; pero eso no podía pasar. Aún tenían que hablar un poco más con los de afuera.

—Zhan...— Llamó. Dió un ligero movimiento a su hombro para que su mencionado acatara, pero no lo hizo. Sonrió, dirigiendo su mano a su mejilla libre, acariciándola con su pulgar mientras se inclinaba a besarlo cómo pudo una vez que se percató de que su amado sólo estaba fingiendo estar somnoliento. —Tramposo.— Musitó en sus labios.

—Tú, tramposo.— Retó. —Me besas para hacerte caso.

—Porque sino tú no me miras.— Revoloteó su cabello a cómo se acómodaban. Todavía tenían sus ojos cerrados; así que se inclinó todavía más para restregar ambas narices mientras Xiao Zhan, sin darse cuenta, ronroneaba tan lindo, y YiBo soltaba sus feromonas, tranquilizándose los dos.

—¿Qué ibas a decirme, eh?— Inquirió. Se removió un poco, y al final los hizo apartarse por un momento para poder verse.

—Tú... después de ver a tus padres en el primer día, ¿qué más íbas a hacer?

—Ecografía.— Dijo con normalidad. De hecho, eso era de lo que menos se acordaba en realidad. —Tenía una cita con mi médico para ver los avances del bebé.— Prosiguió. —Era cómo a las seis o siete de la tarde; lo elegí a esa hora porque... esperaba que fueras conmigo después.

Wang YiBo se sintió increíblemente mal por ello. Xiao Zhan había pensado tantas cosas positivas de él desde un principio pese al daño que hizo en su corazón.

Regresó a su cuerpo. Lo atrajo a sus brazos, abrazándolo tan fuerte y cariñoso mientras permitía a sus feromonas salir para dar innata cálidez. —Te prometo tanto que íremos; sin importar qué, voy a ir contigo.— Acalló un segundo, sonríendo. —Y así podré verlo por primera vez.

—¡Prometelo!— Exclamó.

—Lo prometo.— Esbozó. —Aunque sea sólo una mancha.— Vió muy bien como la carita de Zhan cambió, sólo para fingir estar indignado y golpearle el brazo. Él rió. —La mancha más bonita que habrá.

Sus ojos se conectaron. La expresión divertida que aún persistía en el rostro del Omega se fue reduciendo hasta ser nada. Ambos quedaron con la mirada más profunda que hayan visto jamás; solamente para el otro.

Mirada tan profunda que sus pupilas íban dilatándose con cada segundo que pasaban viéndose.

Wang YiBo se reacomodó, buscando la manera de no hacer nada incómodo y poder poner sus manos en la cintura contraria. Descendió cómo se debía; y después juntó sus labios en la familiar y cosquilleante sensación de su perfecto beso.

Se separaron por la falta de aire. El pelinegro había tomado una iniciativa; pues fue el que se recompuso para rodear el cuello de su novio con sus brazos y besar todo su rostro prácticamente.

—Ya. Es demasiado para tí.— Se detuvo a sí mismo.

—Claro.— Bromeó.

Miraron casi en conjunto hacía afuera. Los oficiales que conocían e incluso algunos que no caminaban en los pasillos con tenue apuro.

Xiao Zhan suspiró por ello. El ambiente era tan tenso, sin importar que tuviese la pequeña tranquilidad que el aroma de su Alfa le daba. Todo era tan tenso desde que el bucle inició y admitió a él.