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Dos años atrás.
El ámbiente era más que normal cómo todos los días. El metro No. 23 avanzaba a suma velocidad tal como lo hacía diariamente; todo era absolutamente igual a siempre, sin distinciones o complicaciones que marcaran una diferencia.
Incluso lo era para Dilmurat; la joven de casi cinco meses de embarazo, quién residía ligeramente cansada en uno de los puestos del fondo, pues no había asientos disponibles y parecía que la empatía no existía en las personas que abordaban de igual forma.
El día en general había sido ajetreado para ella. Sólo quería volver a casa.
Todo era normal. Se distraía mirando por la ventana las luces de los tuneles mientras que se sujetaba muy fuerte del barandal a su lado.
En un punto su tranquilidad se esfumó. Al principio había creído que la persona detrás de ella la protegió de un par de bruscos movimientos que el transporte presentó, pero no. No lo era cómo pensó; comenzaba a sentirse incómoda.
Creía que estaba sujestionándose demasiado, pese a la mala sensación que la invadía.
Dilraba emitió un jadeo de tenue temor justo en el momento en que sintió un poco de presión cernirse detrás de ella. Se giró ligeramente, pudiendo notar que se trataba de un hombre.
Se puso más que nerviosa; sus manos las sentía resbalarse del barandal gracias al sudor frío que se acumulaba en ellas gracias a lo que acontecía con cada vez más frecuencia. ¿Cómo? Pues ahora ya no era un simple accidente.
No se le restregaba encima, pero podía sentir ahora la caliente, pesada e incluso repugnante respiración de aquel Alfa chocando detrás de su oreja, moviendo unos cuantos mechones de su cabello.
Se removía para evitarlo; pero era en vano. Él persistía en formar contacto con sus cuerpos, apegándose demasiado.
Allí fue donde una punzada en su vientre indicó que estaba entrando en pánico, pasando del nerviosísmo inicial. Ya tenía miedo; las pruebas ya eran muy evidentes, pues además de lo mencionado, su corazón se alteraba.
Y no; ella no quería para nada sufrir un infarto por alterarse de más, desencadenando una vez más su enfermedad cardiologica.
—Déjame...— Musitó. Quería pedir ayuda y, al ver a los demás, se dió cuenta de que ninguno estaba prestando atención, todos en su totalidad estaban absortos por sus celulares.
Quería hacer tantas cosas; gritar, girarse y golpearlo, pero simplemente el miedo la dominó. Estaba paralizada.
Y, no fue hasta sentir una presión más en su espalda y glúteos con el torso y pecho del hombre que, dejando caer una lágrima de impotencia, le quitara de sí misma para casimente correr entre las personas hacía el sitio donde estaba el conductor.
No quería estar más tiempo allí; sabía que la próxima Estación estaba cerrada, así que eso significaba pasar otros diez minutos cerca de él. Minutos en los que no iba a resistir.
—¡Señor! ¡Por favor, déjeme bajar!— Exclamó cuando el metro se detenía. Era obligatorio hacerlo, pero no abrir las puertas. —¡Abra, por favor!
—No está permitido, señorita. Por favor, vuelve a tu lugar.
Dilmurat miró atrás; él la miraba con sigilo desde el mismo sitio de antes.
Y ya no pudo controlar bien lo que sentía dentro de sí misma.
Se abalanzó al mayor, tirando de él tantas veces y haciendo que éste hiciera sus debidos intentos por safarse; pero nada, no abría las puertas. No hacía lo que su desesperación le súplicaba.
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Stuck In Time.
FanfictionSobrevivir a una explosión era de por sí una locura. Pero, ¿Experimentar un bucle temporal de éste mismo suceso? Una pesadilla en la que Wang YiBo estaba involucrado sin saber la razón; en compañía de Xiao Zhan, su ex novio, con quien está de malos...