Sumisión Forzada

6.-

Lily estaba segura que James no lamentaba su ausencia en la cena de aquella noche, si bien, Severus había tocado su puerta anunciándole que la comida ya estaba lista, ella le había asegurado que no tenía hambre y que no quería que la molestaran. Por suerte, Severus era lo suficiente comprensivo para no insistir en aquellos asuntos y la pelirroja agradece que así fuera.

La mujer observó su mejilla amoratada. Estaba segura que la bofetada que le había dado a Severus no había hecho tanto daño como el golpe que James le había dado. Su mejilla, parte de su mentón y el párpado de su ojo estaban hinchados. Le dolía el rostro solo de respirar.

Y aunque podía resolverlo con una poción y un ungüento, Lily se observó a sí misma en el espejo. Había perdido tantos años, rogando tan siquiera una caricia por parte de su esposo, una palabra amor, un te amo, un beso que de verdad logra transmitir aquel sentimiento; pero no lo había recibido y jamas lo recibiría.

El golpe en su mejilla era la constancia de lo ingenua y ciega que había estado, sintiendo celos hacia Severus cuando ella había sido la única culpable de permitir que su vida fuera así.

La pelirroja se recostó nuevamente en su cama, sollozando, sintiendo el dolor y el ardor en su piel. Sus sueños y sus estúpidos deseos habían sido destruidos por la persona que juraba amar. Por el padre de su hijo.

—Te odio, te odio—Sollozo, sus ojos verdes ardían de la rabia y por tanto llorar—Te odio, James Potter. Te odio.

Lily se mordió los labios hasta el punto de lastimarlos.

Solo esperaba que la vida se cobrará cada una de las lágrimas que James le estaba haciendo derramar.

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—¿No sabes qué le sucede a Lily? —Severus cortó con delicadeza el filete que se le había servido, los elfos habían hecho un gran trabajo cocinando.

James alzó sus hombros para luego dejarlos caer—No lo se, tal vez está en sus días ¿Qué me interesa a mi?

El pocionista rodó los ojos al escucharlo—Eres un insensible.

—Ya te lo he dicho—Le sonrió—No me importa nada de lo que le ocurra a ella.

—¿Tampoco te importa lo que me suceda? —preguntó Severus observando al auror.

—Amor, eres lo único que me importa en esta vida—Le aseguró James con rapidez, estirando su brazo sobre la mesa para tomar la mano del pelilargo—Te amo y mataría a cualquiera que te hiciera daño.

—Tampoco es necesario que seas tan exagerado—Severus pellizcó la mano de James para regresar su concentración a la comida—¿Tu.. acaso le dijiste que planeas divorciarte de ella? —Susurro—Tal vez por eso no quería verme.

—Tal vez ella lo sospecha—James tomó un sorbo de agua—Le dije que nos iríamos un par de días, después de todo ella sabe que nuestro aniversario es mañana y no puede molestarse por eso ¿O si?

Severus trago ruidoso—¿Y por que se lo has dicho? El aniversario de tu boda con ella jamás, bueno, lo celebras.

—¿Y qué hay que celebrar? No estaba muy feliz ese dia—Le recordo—Fue una tortura. Lo único que me tranquilizaba era saber que estarías a mi lado a pesar del error que cometí.

—Harry no es un error, James.

—Si lo es—Sentenció—El peor de todos. Solo estoy siendo sincero, Sev. Ella no me gusta, nunca me ha gustado, si hice todo esto fue porque me lo pediste. Para mi responder de manera económica era más que suficiente, en vez de hacer todo el teatro de la boda.

Severus se mordió los labios, decidió cambiar el tema—¿A dónde iremos mañana? Espero que no sea a la mitad de un bosque, James.

—Hay un bosque—Aseguro—Pero, es un lugar que te encanta, recuerdo que me dijiste en una ocasión que serías feliz si viviéramos ahí.

El pocionista rodó los ojos sin creerle pero no pudo evitar sonreír—¿Seguro?

James sonrió de igual forma y asintió—Completamente seguro, mi príncipe.

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El señor Weasley negó cuando Harry tendió una pequeña bolsita con galeones en su dirección—Harry, te dije que no era necesario traer dinero muchacho.

El joven Gryffindor asintió, él sabía que efectivamente es señor Weasley le había dicho tal cosa pero, su padre… Harry era incapaz de decirle la verdad—Mi padre dijo que unos cuantos galones siempre hacen la diferencia—Era una mentira.

Arthur sonrió—Lo sé, aún así, gástalo para ti, lo demás correrá por mi cuenta ¿Vale?

Harry asintió finalmente, el señor Weasley salió de la carpa que habían colocado con ese gran espacio gracias a la magia—bueno.. creo que tengo dinero extra.

Ron río al lado de su amigo, contestó—¿Tu padre realmente te dio ese dinero?

Harry asintió, Ron era de los pocos que sabían realmente cómo era su relación con su padre—Si, solo por qué me escuchó.

Ron suspiró—No entiendo por qué tu papá es tan amargado, quiero decir, tiene dos esposas, bueno una esposa y un esposo ¿Cómo alguien que vive ese sueño puede ser así?

El chico de ojos verdes se acomodo sus lentes—Mi papá no se casó por gusto con mi madre, Ron. Creo que debes recordarlo.

—pero si ella es tan bella—Suspiró el pelirrojo—No me lo tomes a mal, no tengo malos pensamientos al respecto pero.. bueno, el señor Snape no está mal pero … Quiero decir, él era su primer esposó, alguien en sus zapatos hubiera pedido el divorció.

Harry rodó los ojos—Ron ¿Acaso sufres de amnesia? ¿Cuántas veces hemos tenido esta misma conversación? Mi padre y Severus están unidos por un hechizo antiguo de unión, Severus simplemente no puede divorciarse, papá es quien debe ejecutar la orden.

Ron bufó—Bueno, al menos el señor Snape es bueno contigo.

—Señor Potter—le corrigió Harry—Dile Snape frente a mi padre  y quedarás descartado como visitante del hogar de los Potter.

—¿Quién me descartaría? ¿Severus o tu padre?

—Mi padre, a Severus no le importan esas cosas, es un buen tipo, cuando entendí la situación familiar, el para mí ha sido como bueno, es extraño—confesó con cierta vergüenza—Es como una combinación entre una madre y un padre, puede ser cariñoso como mamá pero luego me prohíbe cosas, él es realmente genial.

—Bueno, espero que las cosas mejoren en tu familia amigo.

Harry le sonrió a Ron—Yo también espero lo mismo.