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Después de una pequeña celebración del cumpleaños de Harry (en la cual Lily no estuvo presente a pesar de que se le pidió asistir) la tranquilidad en la ahora familia Potter transcurrió de forma amena y agradable.

Aunque, de alguna forma Severus sabía que James se traía algo entre manos y no solo eso, Harry parecía apoyarlo. Tener más de veinte años casado con James le hacían ver a Severus cuando su marido planeaba u ocultaba algo y él de alguna forma, tenía una idea de lo que era.

Después de todo lo había sentido en su cuerpo. Podía sentir esos cambios sutiles, eran como pequeños retortijones indoloros en su estómago y vientre.

Severus se había negado a aceptar que James hubiera tomado tal decisión sin consultarle. Era un gran paso que hasta ahora se había negado a dar y rezaba que James no lo hubiera hecho. Severus sabía bien lo que era capaz de hacer una poción de fertilidad y gestación. Los cambios sutiles que había leído una y otra vez, los estaba experimentando y, aunque no estaba seguro si albergaba un bebé en su interior, sabía que James se aseguraría de embarazarlo hasta lograr su objetivo.

Un bebé.

No es que Severus pensará que sería un mal padre. Si bien Harry no era su hijo biológico, había ayudado en su crianza como si fuera su propio hijo y no solo eso. Estaba seguro que no cometería los mismos errores de sus padres.

Sería incapaz de afligir y causar dolor a alguien nacido de él, pero... no quería ser responsable de algo que lo abrumaba. Un hijo era una gran responsabilidad y simplemente tenía miedo de equivocarse y de hacer algo mal.

—¿Quieres comer algo, Sev?—Harry abrió la puerta de la pequeña habitación en la que Severus se encontraba, el pequeño laboratorio destinado a la creación de toda clase de pociones por el pocionista.

—¿Pretendes engordarme, cerdito?

Harry se acomodó los lentes y sonrió, la puerta se abrió en su totalidad dejando ver un par de sándwiches y un vaso de té frío—Esa es la idea.

Severus sabía que Harry era un chico atento y amable, mucho más inteligente que Lily y James. Aunque, este último siempre era capaz de sorprender a cualquiera, y le causaba cierta sorpresa que Harry y James estuvieran "muy unidos'' en las últimas semanas.

Harry y James no tenían la mejor de las relaciones, había sido testigo de eso pero... Últimamente parecían ser padre e hijo, hablando a cada rato y susurrando entre ellos.

Dejó de cortar algunos ingredientes y lavó sus manos, se acercó a una pequeña mesa desocupada y Harry se acercó tomando asiento y colando la bandeja sobre la pequeña mesita.

—¿Tu padre aún no regresa?

—No, creo que hará doble turno para tener tres días libres.

—Es una locura—Severus resopló—¿Has hablado con tu madre?

Harry hizo una mueca, una que el pocionista fue incapaz de descifrar—Muy poco—confesó—Pero no es como si me importe mucho.

—Es tu madre, cerdo—Le recordó Severus, bebió algo de té y suspiro al sentir el frío refrescar su garganta—Debes mantenerte en contacto y ser cordiales el uno con el otro.

Harry bufó—Mi madre no es una buena mujer.

—¿No?—Repitió Severus con intereses—¿Por qué crees tal cosa?

Harry no quería hablar de eso. No quería que Severus se enterara del palpable desprecio que su madre sentía por él—Es complicado, pero no quiero hablar de ella en este momento ¿Qué fabulosa poción estás desarrollando en este momento?

Severus se preguntó si era adecuado decirle a Harry la verdad. Decidió tentar su suerte y expresarle sus sospechas. —Creo que tú padre está intentando embarazarme.

—Oh.. ¿En serio?—La voz sincera de Harry, hizo dudar a Severus. A sus ojos el chico parecía ser culpable y cómplice de los planes de James—¿Eso es malo? ¿Está haciendo un buen trabajo para eso?—Bromeó.

Las mejillas de Severus se colorearon de rojo, no esperaba tal pregunta—B-bueno... creo que ya estamos algo viejos para tener un bebé.

El chico no asintió ni negó—¿No quieres tener un bebé?—Preguntó, los ojos verdes de Harry le hicieron sentir algo intimidado—A mí me gustaría tener un hermanito.

Severus tembló, sus labios temblaron. —¿En serio?

Harry asintió está vez—Siempre me pregunté por qué papá y tú no habían tenido hijos durante todo este tiempo y, bueno... Se que mi madre tiene que ver algo en eso. Pero me gustaría tener un hermanito parecido a ti, Severus, creo que yo sería un buen hermano mayor.

Severus sonrió—Serías el mejor hermano mayor, de eso estoy seguro.

El gryffindor sonrió nuevamente—Entonces... ¿Estás embarazado?

—No lo sé, bueno..—Severus se hundió en su asiento. No iba a contarle al chico sobre su sospecha sobre la poción que seguramente James, le había dado—Creo que sí.

—¿Y la poción que estás haciendo es para confirmar si lo estás?—Harry parecía ansioso de saber la respuesta. Esperaba con todo su ser que fuera positiva.

Severus asintió. No quería parecer un cobarde a la hora de descubrir si estaba o no embarazado. Una parte de él estaba emocionado y otra asustada, con ganas de matar a James por tal imprudencia.

—¿Cuánto falta para terminarla? ¿Quieres que te ayude en algo?—Pregunto el chico.

—No es necesario—Para ser sincero, Severus tenía ya una poción creada para confirmar pero, estaba tratando de no pensar en eso—Yo, eh... en la noche estará lista.

Harry notó el nerviosismo del hombre. Lo asoció a las palabras de su padre hace tiempo atrás. Sobre la poca fertilidad de Severus, tal vez su padrastro no quería llenarse de esperanzas y descubrir que solo era otro intento de embarazo fallido—No tengas miedo, Sev. Ya te dije ¡Quiero tener un hermanito! ¿Puede ser mi regalo de esta próxima navidad?

Severus se carcajeó—¿No eres muy grande ya para eso?

—Tal vez—Bromeó, el joven sé colocó de pie, brindándole nuevamente aquella soledad al pocionista que tanto disfrutaba.—Deseo ser quien sepa, Sev y... cualquiera que sea el resultado, recuerdas que te quiero muchísimo.

El hombre de cabellos largos sonrió, sintió el beso de Harry en su frente y luego quedó sólo en la habitación.

Respiro profundo y con un moviendo de manos, el pequeño vial con el líquido confirmador voló hasta su mano.

Solo necesitaba una gota de sangre para saber la verdad.

Causarse una pequeña herida en el dedo no fue difícil. La sangre se juntó en una pequeña gota y Severus la dejó caer dentro del líquido incoloro.

Rojo positivo

Azul negativo.

El líquido comenzó a cambiar de color hasta que se detuvo.

La respuesta rápidamente fue dada.

Un rojo intenso adornó el cristal desde el interior.

Sumisión ForzadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora