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Estoy despierta desde las tres de la mañana pensando en este capítulo, a esa hora se me ocurrió por completo y hasta ahora fue que lo escribí.

¿Lo peor? Me tocaba entrar al trabajo a las 6am, así que literal no dormí nada, :C. Pero sé que les gustara.

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Los ojos verdes de Lily estaban llenos de lágrimas, si bien, no se sentía sorprendida por el actuar de James, si le sorprendía el de su hijo Harry... ¿Por qué ayudaba a James en su locura? ¿Por qué? Lily intentó decir algo, pero su garganta le dolía y su cuerpo poco cooperaba. Estaban en la entrada del recibidor.

La chimenea, su única ruta de escape, estaba a casi tres metros lejos de ella. Era poca la distancia, pero para ella no. Iba a morir. Iba a morir esa noche.

—¡Crucio! — Parecía ser la palabra favorita del auror hacia ella, Lily se retorció nuevamente del dolor. Gritó, pidió ayuda, suplico auxilio a su hijo, pero... No sirvió, la locura de James también había consumido ahora a Harry.

Soltó un fuerte sollozo, dando balbucidos indescifrables, sintió la mirada fría de James sobre ella, mientras los dedos del hombre que ella amó le jalaban con fuerza del cabello.

—Te lleváremos a otro lugar —Le informo James con una sonrisa, la arrastró ligeramente, alejándola un metro más de la chimenea. De un momento a otro, Lily sintió la extraña sensación absorbente que producía la aparición.

Aparecieron en un bosque, a la mitad de la nada. Lily no recordaba haber estado antes en ese lugar, fue arrojada al suelo finalmente, el cual estaba húmedo, era noche y estaba lloviznando.

—Un buen día para morir, ¿He? —Se burló James mientras se soltaba su cabello y se colocaba frente a ella. —No debiste meterte con Severus. —Le murmuró mirándola fijamente—No debiste meterte con lo que es mío.

—E-estás enfermo... —Dijo Lily, sus ojos verdes estaban rojos. Si iba a morir, moriría diciéndole la verdad —Ojalá... O-ojalá Severus descubra la porquería de hombre que eres y te abandone.

James la abofeteó con fuerza, haciéndola caer completamente al suelo.

Lily sintió la tierra en su boca y también el sabor a la sangre. El dolor de la bofetada no era nada en comparación al crucio del que había sido víctima.

—Amárala—Le pidió a Harry, quien tenía la soga ya hecha horca—Amárala de las manos, ahorcarla sería hacerle un favor.

Harry observó a su madre, había súplica en sus ojos verdes. El joven Potter se acercó a ella y se agachó—Tú te lo buscaste, mamá.

Lily no pudo evitar reírse al escucharlo—Estás enfermo, al igual que él—Le dijo mirándolo a los ojos—Te pudrirás en el infierno, Harry...

—Al igual que tú—Le respondió el chico mientras le amarraba de las manos y se las apretaba con fuerza.

Lily sintió como a los pocos segundos la soga comenzaba a adormecerle las manos, pero no se quejaría. Nada ya importaba. Nada. James al final había ganado, su locura lo había consumido y como consecuencia, también había arrastrado a Harry con él.

—Tenía varias ideas para ti, Lily, pero tampoco puedo ser tan cruel contigo—Era obvio que era una burla, James nuevamente enterró sus dedos en la cabellera pelirroja, no la hizo poner de pie, sino que la arrastró. —Fuiste mi esposa, y me diste un hijo.

Lily pataleó fuerza, no había escapatoria, pero no perdía a nada en luchar, si lograba escapar... lo expondría, pero... de igual, de alguna forma, James buscaría la forma para matarla— Voy a regresar—Le susurro ella, su garganta ardía—Voy a regresar, aunque me mates, James.

Sumisión ForzadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora