Sumisión Forzada

8.-

Harry salió de la chimenea con una sonrisa de oreja a oreja. Los Chuddley Cannons inesperadamente habían ganado el partido de Quidditch. Se había divertido y compartido grandes momentos con su amigo, y sabía que, era de esos recuerdos que jamás llegaría a olvidar—¡Estoy en casa!

El silencio en su hogar no era extraño para él. Su padre y Severus pasaban todo el día en el trabajo, y ni hablar de su madre.

Lily bajó las escaleras y se acercó a su hijo, abrazándolo fuertemente—Bienvenido—Susurro contenta de verlo—¿Qué tal estuvo el partido? Vi en el profeta que ganaron, me imagino que la celebración fue una locura.

Harry asintió—Estoy cansado de tanto gritar.

Lily soltó una risita y suspiró—¿Tienes hambre?

El chico negó. Subió escaleras arriba hasta su habitación, en compañía de su madre, quien le ayudó a cargar varias de las cosas que llevaba—¿Papá y Severus? ¿Trabajando?

La pelirroja frunció el ceño inmediatamente, no quería arruinar el carisma de su hijo en ese momento pero necesitaba hablar con alguien. Necesitaba que Harry supiera la verdad—Ambos se fueron a celebrar su aniversario de bodas.

—Oh..—Harry guardó sus cosas y suspiro, tomando asiento en la orilla de su cama junto a su madre—Bueno..—No sabía qué decir.

Lily se removió nerviosa a un lado de su hijo. No era prudente decirlo de esa manera pero, sabía que Harry había heredado varias cosas de su marido y una de ellas era la impaciencia—Además, bueno, tu padre me ha pedido el divorcio.

Harry abrió sus ojos un poco más de lo debido, incapaz de creer que su padre realmente hubiera tomado tal decisión, decidió ser sincero con su madre, ya que ella merecía que le hablarán con la verdad—Bueno, creo que es lo mejor mamá. Papá y tú no están en la mejor de las situaciones.

Lily enrojeció y negó, colocándose de pie—¡Todo esto es culpa de Severus!

Harry le observó con confusión—¿Qué tiene que ver él en esto? Sabes que no es verdad ¡Severus no es una mala persona!

—¡Tu padre se quiere divorciar de mí por su culpa! Estoy segura que él fue quien lo instó al divorcio—Lily tembló—Yo amo a tu padre, lo amo, James es todo para mí. Yo.. simplemente no puedo ver mi vida sin él.

El chico de ojos verdes negó—Mamá, tu y yo siempre hemos sido conscientes de una cosa, papá no te quiere. Severus es la única persona que ama.

—¡Claro que no!—Lily se peinó el cabello con rapidez, en medio de su rabia y desespero—Es Severus ¡SEVERUS ES QUIEN SE METE EN NUESTRA RELACIÓN!

Harry se colocó de pie de un salto, asustando a Lily en el proceso—Tu fuiste quien te involucraste con papá mientras él estaba casado con Severus ¡La única intrusa fuiste tú! Habían otras opciones, mamá, otras aparte de casarse con papá ¿Pero qué escogiste tu? El camino más complicado, humillando y no solo eso, dándote el título de zorra.

Lily abofeteó a Harry haciéndolo tambalear—¡NO ME FALTES EL RESPETO! ¿Cómo puedes defender a Snape? ¡A ese maldito bueno para nada! Solo está estorbando aquí, en mi relación con tu padre. Nosotros sí somos una familia ¿Y él? ¡Ni siquiera está interesado en tener hijos! Creo que él puede resolver su vida por sí solo.

Harry se tocó su mejilla herida, sorprendido por la acción de su madre. Sabía que estaba siendo directo y un poco cruel pero era la verdad.

—Snape no quiere a tu padre ¿Acaso no ves que quiere divorciarse de él? ¡Solo está haciendo esto para amargarme la vida!—Lily sollozo frente a su hijo, estaba dispuesta a perdonar a James por haberla golpeado pero, necesitaba asegurarse que su marido estaría de vuelta—Tienes que ayudarme Harry, por favor.

La mujer se arrodilló frente a su hijo, las mejillas de la pelirroja estaban enrojecidas y humedecidas.

—Dentro de dos días regresará tu papá, nosotros no estaremos aquí, ya que nos iremos a otro lugar, pero tú tienes que venir y hablar con James, convencerlo que no debemos divorciarnos ¿Harías eso por mi, Harry?

Los labios de Harry temblaron, era tan decepcionante ver a su madre humillarse por alguien, que desde hace mucho tiempo atrás le había dejado claro con sus acciones que no era querida—Está bien.

Lily sonrió, abrazó a su hijo y besó su mejilla—¡Gracias mi amor! Te prepare algo para comer ¿Si?

El chico asintió, y quedó solo en cuestión de segundos. Su mejilla ardía por el golpe.

—Estúpida—Susurró refiriéndose a su madre—Eres una mujer estúpida.

Harry busco un ungüento, uno de los varios que tenía y que habían sido creados por Severus. El golpe desapareció en segundos luego de que la crema fuera aplicada.

Algunas veces Harry entendía por completo los desaires que su padre le hacía a su madre, Lily era asfixiante.

—No me sorprendería si papá quisiera deshacerse de ella—El chico soltó una extraña risita—Después de todo, se lo merece.

Harry quitó sus lentes y suspiró, sabía que estaba mal pensar así. Que era su madre después de todo pero, algunas veces, se hartaba de escucharla y de parlotear, de quejarse del tiempo que su padre amaba a Severus. Amaba las veces que su madre no estaba y quedaba en soledad en la casa, o en compañía de Severus, el pelinegro era genial. Jugaban ajedrez y hablaban de toda clase de temas. Siempre que Severus y él hablaban, Harry aprendía algo nuevo.

Le gustaba esa paz le transmitía el Snape, le gustaba estar rodeado de gente inteligente.

—Necesito tranquilidad—Los dedos de Harry temblaron—La necesito.

Los pasos de Lily se escucharon en el pasillo. La mujer, entró a la habitación con una pequeña bandeja en las manos—Tarta de limón, una de tus favoritas.

Harry fingió sonreír y agarró el platillo.

Sería paciente, esperaría que su padre regresará y pusiera fin a la problemática con su madre, la cual solo era una mujer estúpida y descerebrada y a Harry le repugnaba estar rodeados de idiotas.