Lejanos || Shikasara

Capítulo 3

— ¿Habrá taiyaki? Quiero postre también...

— Realmente los Uzumaki eligen una cosa y solo comen eso por el resto de su vida...

Ambos compañeros veían el menú que estaba arriba de las cajas.

Como era de esperarse el lugar estaba lleno, era la hora del almuerzo y ese era un lugar céntrico, siempre estaba lleno.

Todas las mesas estaban repletas, mientras que la fila para pedir la comida para llevar estaba demasiado larga.
En otras ocasiones Sarada hubiera dado media vuelta y se iría a su oficina sin comer, pero sabía que sus amigos no lo permitirían.

— Pide lo mismo para todos, algo sencillo para que no tarden... —faltaba poco para llegar a la caja y ordenar— ...yo iré al baño, regresaré de inmediato

— Si tardas, pediré taiyaki a tu cuenta

Caminó entre la gente, a decir verdad era complicado pasar entre los laberintos que la mismas personas hacían con sus cuerpos.

Estar entre tanta gente la irritaba, pero no era de hacer rabietas, al menos no en público.
Pero se estaba agobiando, intento acelerar el paso pero chocó abruptamente con alguien que al ver reconoció de inmediato.

— Oh ¿Yodo? hola... —saludó al casi derribarla, había tanta gente que posiblemente la rubia tampoco la haya visto venir en su camino.

— Que gusto verte Sarada ¿o debería decir hokage? —Yodo era menos seria que antes, quizás porque con el paso del tiempo y las constantes visitas a Konoha había forjado una amistad con Sarada y Chouchou, no eran las mejores amigas pero sí agradables compañias para estar en Konoha.

— Sarada —aclaró— No sabía que estabas en Konoha...

— Sí, vine a Konoha a acompañar a Shinki y he venido a comer aquí con alguien... —Yodo señaló con la cabeza algún sitio de ese lugar, pero entre tantas personas en realidad Sarada no trató de buscar a la compañía de Yodo.

— Entonces espero verte en la cena de hoy, por ahora debo irme, lo siento... —Sarada estaba apenada por terminar tan rápido el encuentro, pero debía ir al baño y salir de aquella cafetería infestada de gente.

Se despidieron y cada una tomó direcciones distintas.

Sarada entró al baño y se alivió de que estuviera vacío. Era lo que necesitaba, se había acostumbrado a estar sola en su oficina que ahora la multitud la asfixiaba.
Se miró en el espejo y lo que vio no le gusto mucho, unas notorias ojeras oscurecían aún más su mirada.

Cabello negro, ojos negros, piel pálida y ahora ojeras, realmente se veía como alguien apagada.

Yodo estaba con alguien, lo más probable es que fuera una cita.
Una tacha más en su lista de amigas que están en una relación, después de todo si estaba en una cita será cuestión de tiempo para que lo esté.

Se mojó la cara y se trato de convencer de que eso en verdad no le afectaba.
Después de todo tenía una pequeña esperanza de que alguien la amaba, aunque ya no estuvieran juntos.

Podría ser que en alguna otra vida si lo esten.

Tomó unas toallitas de papel y se secó la piel de la cara, ya debía salir del baño.

Al salir el mar de gente seguía ahí, no esperaba que ya todos salieran.
Desde lejos vio como solo faltaban un par de personas para que Kawaki llegara a la caja, pero por estar distraída casi chocaba con un mesero.