Regresó a la torre con el estómago contraído y un muy mal sabor de boca, aunque no había logrado comer nada, ya ni siquiera tenía hambre.
Esa mañana había despertado en la cama con la persona que amaba, creyó que podría ser un buen día en el que nada podría arruinar su estado de ánimo, pero las cosas no habían sido así.
Pasó por la oficina de Sarada y al ver la puerta abierta se inclinó para ver si estaba ahí, no sabía si había vuelto ya del hospital.
Ella estaba ahí, tenía la cabeza baja mientras trabajaba vagamente en su papeleo.
— ¿Interrumpo? —a pesar de su malestar, Shikadai le mostró una sonrisa a su pareja.
— No me di cuenta cuando llegaste —comentó Sarada levantando la mirada— ¿Lograste hablar con tu madre?
— Sí... —Shikadai venía preparado para esa pregunta.
Aún estaba indeciso de contarle o no a Sarada lo que en verdad había pasado hace un rato en casa de sus padres.
Incluso estaba aún aturdido...
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— No hace falta, mamá —Shikadai se acercó a la mujer rubia y puso delicadamente las manos en sus hombros, se estaba preparando para abrazarla—. No quiero que te disculpes, se que nunca has hecho nada con intenciones en contra de mí. La otra noche, se que no querías alterarte...
—No es eso, Shikadai —algo temblaba dentro de ella, estaba aterrada en ese momento, pero ya era hora de hacerle frente a las consecuencias de sus acciones—. La verdad es que yo...
No se atrevía a hablar. Shikamaru podía sentir la presión de su esposa, pero lo único que podía hacer era esperar a que las cosas salieran bien.
Sabía que Temari debía ser honesta ahora que Shikadai también lo estaba siendo.
— Hace años atrás, cuando tú eras más joven y estabas en una relación con Sarada. Yo no creía que ella fuera buena para ti...
Eso era algo que Shikadai sospechó desde siempre, incluso ya lo había confirmado con todas las protestas de su madre cada vez que Sarada Uchiha hacia presencia en alguna de sus conversaciones.
Pero de pronto sintió un muy mal presentimiento, su madre tenía algo serio que decir.
— ¿Mamá?
— En ese entonces hablé con el señor Enchuu, ambos concordamos con respecto a tu relación —Shikadai frunció el ceño ante las palabras de su madre. Recordaba que ese viejo había sido un dolor de cabeza en ese tiempo, juzgaba cada paso que daba y siempre buscaba dejarlo como un irresponsable ante su padre.
Ahora el señor Enchuu había caído en la vejez de los años, lo veían poco y ya parecía ser más relajado que antes.
— Él me dijo que hablaría con los feudales, que ellos de seguro tampoco estarían a favor de su relación, y yo lo acompañe
Un balde de agua fría cayó sobre Shikadai.
Estaba enterado de las molestias de su madre, pero jamás pensó en la idea de que fuera ella quien había saboteado su relación con Sarada años atrás.
Su corazón se aceleró mientras sentía como sus manos sudaban frías, su pecho le dolía por las taquicardias.
— ¿Tú qué? —no podía creerlo, no podía ser verdad, debía ser una broma de muy mal gusto.
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Lejanos || Shikasara
Hayran KurguLos finales felices no siempre son posibles en su totalidad. La mayor tortura de Sarada y Shikadai no fue separarse de aquel amor joven que vivieron por un tiempo, lo peor fue estar condenados a verse todos los días sabiendo que no podrían estar jun...