"Capítulo 9: Infalible Promesa"

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[Lauren]

La tarde se pasó demasiado rápido. Anthony ignoraba por completo el hecho de que no estaba en condiciones para dejar el hospital y estuvo quejándose unos 30 minutos de eso. Me daba gusto saber que al menos conservaba su terquedad, me recordaba a cada vez que algo no se hacía como quería y yo era la primera en explicarle que no debía ser tan testarudo...

En fin, sumado a las pocas risas que logramos compartir y ya que la incomodidad no era tanta, podía decir que la habíamos pasamos bien. O al menos él, porque yo estaba aterrada.

Verlo despertar, hablar, reírse... su manera de dirigirse hacia mí. No parecía él. Y aunque sonara estúpido su "Piper" se sentía como un llamado cálido, amistoso, amoroso, no como el de antes que solo lo hacía para hacerme enojar. Sentía que disfrutaba llamarme así... pero yo no lo disfrutaba porque esta idea rondaba por mi mente a todas horas, y por más que saliera de ese trance de pensamientos sin fin, al verlo sonriendo frente a mí era suficiente para convencerme de que ya no era el mismo.

Definitivamente no lo era.

Cuando el sueño se apoderó de él, lo cual era algo irónico porque estaba todo el día acostado, salí de la habitación con mis cosas.. y un poco más desarreglada de lo normal y me dirigí a recepción.

Una señorita me recibió, era la que me había visto desde el día que llegué... desde el accidente.

- Hola - saludé con la garganta dándome un leve pinchazo de dolor. El frío y yo no nos llevábamos muy bien - Ya me voy, dígale al doctor que me llame en cualquier circunstancia..

- Por supuesto Sra. Hyde, buenas noches - me sonrió y anotó algo en su agenda.

- Nos vemos - me despedí y me puse mi abrigo, dispuesta a irme para respirar un poco de aire fresco al fin.

Dos días dentro de ese hospital se habían pasado mas lento de lo que pensaba. Las ganas de un buen baño se apoderaron de mí y lo último que quería ahora era algún tipo de interrupción.

De seguro al llegar el colchón me atraparía e intentaría disfrutar del sueño hasta mañana a las siete de la tarde, pero no iba a poder ser así... por suerte había ingeniado una idea y si bien no sabía si iba a poder avanzar, no perdía nada con intentarlo.

Llegué al edificio, bajé del auto, entré con muchísimo sueño y fue como si la suerte estuviera de mi lado que el ascensor ya se encontraba abajo y desocupado. Me apuré a llegar, toqué el botón de mi piso y solté un suspiro, satisfecha con el olor a limpio que había. Subí, salí del ascensor y mientras caminaba hacia mi puerta escuché un par de murmullos y risas del otro lado del pasillo... mi vecina se encontraba en una situación muy 'romántica' con un tipo. En medio del pasillo, tal vez pensando que nadie los vería y, sin dudas, en algún momento alguien saldría de su apartamento y los interrumpiría...

Pero esa persona no iba a ser yo, me dirigí a mi puerta y debo admitir que el ruido de las llaves me brindó una emoción inexplicable.

Por fin estaba en casa

Inhalé ese olor tan particular de mi piso, vainilla, y me relajé por completo. Arrojé mis cosas hacia el sillón, pues aún seguía con la ropa de la cita, y me quedé con el pantalón y el brasier.

- Al fin - pensé.

Me fui al baño, me metí a la ducha una vez preparada y me di el baño de mi vida; muy necesario y relajante. Mientras todo esto sucedía mi mente se encontraba en blanco, solo dejandome llevar por la tranquilidad que me brindaba el momento conmigo misma. El calor del ambiente me hacía divagar por mis últimos momentos en el hospital y, de alguna manera, haciéndolos ver menos pesados de lo que habían sido.

Imposible || Tony StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora