"Prólogo"

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Ciudad de Nueva York, 4 de mayo de 2012

- Stark, escúchame. Hay un misil que se dirige directamente a la ciudad - avisó Fury. El capitán y yo compartimos una mirada de desconcierto.

La voz de Tony nos hizo ponernos aún más alerta al pretender hacer lo que creíamos que podía llegar a hacer..

- ¿En cuánto?

- Tres minutos, máximo..

No todos los días te despiertas con una llamada de tu jefe alertándote de que una invasión de Chitauris están atacando Nueva York...pero ese día fue la excepción.

Se supone que en un trabajo así tienes que estar preparado para todo en cualquier momento, pero a veces resulta uan tarea demasiado complicada si eres una persona que hasta hace poco siquiera sabía de donde provenía. Y si, estoy hablando de mi...una historia bastante peculiar es la que vengo a contarles, pero no es sobre mí y tampoco empieza aquí...

Volteé a mirar a Steve con preocupación..

- No podemos dejar que lo haga, Cap. No lo logrará - jadeé.

El ojiazul envió su vista al cielo y negó.

- Debe hacerlo, no podemos dejar que caiga aquí - contestó - Creéme que encontrará la manera.

Por mucho que quisiera, tenía razón. Stark debía mandarlo lejos de ahí, pero las probabilidades de resistir a su impacto iban a ser cero favorables para él. Y no es porque lo esté cuidando, el muy imbécil sabe ponerse en peligro demasiado rápido.

[....]

Con una gran destreza, el millonario pasó por al agujero de gusano hasta el Santuario, logrando detonar el misil y fue cuando nuestra victoria se hizo presente.

Los Chitauri comenzaban a desplomarse por las calles vacías y destruídas sin fuerza alguna, señal de que la nave nodriza había sido destruída y ahora estaban incapacitadas.

Solté un suspiro de alivio y esbozé una media sonrisa.

- Lo logró - murmuró Rogers mirandome divertido.

Asentí levemente y levantamos la vista al cielo otra vez.

- ¿Alguien logra ver a Stark? - dijo Nat por el comunicador desde la terraza.

Nuestros ojos se enfocaban en distintas direcciones en busca de nuestro compañero pero no lográbamos localizarlo. Hasta que pude dislumbrar cómo salía del agujero y un instinto de alerta se encendió en mí...

Estaba cayendo, pero no de la forma que debería.

- Capitán..- mascullé intentando concentrar mi vista en el castaño.

Steve captó a Tony con la mirada y se dió cuenta de lo mismo que yo..

- Está inconsciente - avisó - ¡Debes ir por él!

Sacudí mi cabeza rápidamente y me dispuse a correr con toda velocidad hasta los edificios que aún seguían en pie en la ciudad, me subí como pude a uno de los autos y fijé mi vista en Stark, quien seguía cayendo.

Imposible || Tony StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora