"Capítulo 4: Invitación"

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- ¿Tony? - mi voz salió sorprendida, pero con un toque de diversión por la sorpresa que me generó verlo entrar.

El castaño volteó estático en su lugar y, al conectar miradas, me dió una sonrisa inocente...

- Buenos días estrellita - bromeó. Al ver que iba a levantarme se acercó rápidamente y me frenó - Ey, ey, ey no... quédate ahí, tranquila...

- ¿Qué estas haciendo aquí?... o mejor, ¿qué hago yo aquí? - cuestioné extrañada.

Me miró apenado y dejó un par de papeles en la mesita al lado de la camilla. Se sentó e hizo una mueca.

- Te lo digo si prometes que no vas a enojarte, golpearme, gritar o algo que me incluya estrellado contra la pared - pidió.

Fruncí un poco el entrecejo y negué con una sonrisa... me recosté hacia atrás y me preparé para escucharlo.

Suspiró, inquieto e hizo un ademán con las manos, intentando formular una oración.

Esto es raro - pensé, pero su esfuerzo para decir algo era clave así que me dediqué a verlo.

- Bueno... cuando caíste inconsciente, fui a ayudarte. Te saqué del lugar, te subimos al jet y mientras veníamos hacia acá tus signos vitales estaban fatales, creímos que ibas a morir...

Vaya, que fuerte

Lo miré, un poco desconcertada, aunque en el fondo me imaginaba que algo de todo esto habia salido mal. Y si yo me encontraba con un suero entonces tenía parte de la respuesta.

Solté un suspiro y el me miró algo apenado...

- Sí, lo sé... - murmuró - la cosa es que, Bruce te revisó, te hicimos varios análisis, y nos dimos cuenta de que... - soltó aire de forma pesada y volteó hacia mí con expresión de que estaba a punto de recibir un golpe - el suero que buscábamos, ahora mismo esta corriendo por tus venas... - me dijo.

En ese preciso momento, me quedé en shock.

Abrí mis ojos, aterrorizada por lo que acababa de escuchar y solo me resigné a hacer una pregunta...

- ¿Cómo es que sigo viva? - jadeé. La verdad, era más una sorpresa para mí antes que una pregunta para él.

Anthony tomó mi mano inconscientemente y me miró intentando tranquilizarme...

- No, no, escucha. El suero no ha hecho ningún efecto malo en ti hasta ahora, entonces creemos que no va a hacerte daño, ¿de acuerdo? - asentí, perdiéndome por unos segundos en sus iris avellana - Tal vez tus poderes tengan algo que ver en esto pero no estamos seguros... solo te pido que no te alteres, vamos a ayudarte y estaremos atentos a alguna reacción que el suero te pueda provocar - me aseguró.

Quería llorar. La suavidad con la que soltó sus palabras me hizo olvidarme por un segundo de lo que me había contado y me sentí realmente segura.

Tony era un hombre de palabra. Eso lo sabía. Y ahora, empezaba a creer que la culpa lo desesperó por completo para que se encuentre tan enfocado y entusiasmado con esto.

Por un lado, me gustaba...

Volví a la realidad sacando mi mano de abajo de la suya y sentí como se estremeció.

- Gracias... por todo - murmuré - Espero que a partir de ahora me hagas caso cuando te diga que no... - lo miré seria pero bromeando.

Soltó una pequeña risa y asintió lentamente

- Voy a tratar - dijo y ambos reímos - Arruinaste todos mis planes, que lo sepas - me apuntó.

Fruncí el entrecejo otra vez, confundida.

Imposible || Tony StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora