Capitulo14.

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-Georges, ¿me necesita? Pregunto Boudica a Georges que estaba de espaldas a la puerta, con ese porte y elegancia que lo caracterizo. Boudica desde el encuentro con su amor del pasado se sentía tan inferior a él, ella que aun llevaba su gruesa túnica y capa de lana con capucha como queriendo ocultarse. Con su cabello apenas recogido y barios mechones en su cara. Y el ahí de pie, tan perfecto y educado como todo un ciudadano del imperio. Los años lo único que hicieron en él fue acentuar su belleza, a diferencia de ella, que cada vez daba más el aspecto al que la llamaban, una bruja. Sentía incomodidad al estar cerca de Georges y su hijo ya que ella no era digna de ellos. Además Georges debía estar constantemente rodeado de mujeres romanas muy bellas, tal vez por esa razón no se había casado aun amaba el disfrutar de diferentes mujeres. Georges volteo y la saco de sus cavilaciones.

- ¿te pasa algo? Georges noto su incomodidad.

- No, me mandaste a llamar. Dijo ella.

-Rose Mary. Boudica solo lo miro pero no lo quiso contradecirlo.

-Sabes del banquete de esta noche. Y quiero que vengas conmigo. Hablo Georges de forma natural.

La sorpresa en el rostro de Boudica era evidente.

- ¡Yo! Boudica se miró de arriba abajo.

-Solo los avergonzaría. Dijo ella algo incomoda.

Georges la miro y le sonrió.

-Eso nunca pasará, de igual manera Doroty estará esta tarde ayudándote ya todos tus atuendos están en su poder y ella sabrá muy bien como dejarte esplendida.

-Sé que tienes buenos modales, ya que tu hermana te enseño, y sé que los recuerdas perfectamente. Georges se acercó y la miro a los ojos.

-esta noche nos acompañaras.

Boudica solo lo miro sin pronunciar palabra.

-Porque tantas carreras, preguntaba una cansada Karen.

-Es por el banquete de esta noche. Hablo Patty avivando la llama de uno de los hornos, algo triste.

-otro banquete que acaso no se cansan de festejar. Protesto Karen sirviendo un poco de aguamiel.

- ¿Y ahora cual es la escusa? Pregunto la castaña.

-La llegada del lanista y los gladiadores. Susurro Patty sin mirarla con sus ojos iluminados por el fuego.

-Los... ¿Gladiadores? Karen lo dijo más para ella que para Patty.

-Si, por lo de los juegos, y el retorno del salvaje como gladiador.

El metal de la copa de bronce se dejó oír sorprendiendo a Patty y otras personas más.

-Karen, ¿estas bien? Patty observo el rostro de Karen que no salía de su sorpresa.

Al estar listos para el banquete con el Cesar y sus invitados, estaban todos reunido ya con los carros y caballos que los trasladaría hasta el palacio. Muchos estaban ansiosos, otros nerviosos o ambas. Georges se acercó a Albert, que se encontraba solo recostado contra un pilar pensativo.

- ¿Lograste convencer a Terry que no está aquí? Le pregunto.

-No sé por qué no está aquí, ya que me dijo que iría. De pronto vieron que Terry se acercaba con su ya acostumbrada vestimenta de León y con una yegua, como una sombra, llamada Teodora. Todo lo miraron con sorpresa ya que aquella yegua traída con gran dificultad de tierras árabes era demasiado salvaje y no se dejaba montar, pero Terry que en su tiempo libre pasaba mucho tiempo en las caballerías parece que logró, domarla o tal vez solo se entiendan por eso lo aceptaba el equino. Lo llevaba a pelo sin silla ni riendas.

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