Capítulo 20: Nuevas amistades y enemistades.

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Candy, llego hasta donde estaba Karen, la cual al verla de inmediato vio que la chica estaba a punto de estallar en llanto, pero se contenía al estar con Eliza y su familia, que estaban molestos por lo ocurrido momentos atrás con Terry y el soldado. Así que no notaron la tristeza de Candy.

-Majestad. Karen se dirigió a Neil de forma respetuosa.

-Llevaré a Candy a que ensaye para un nuevo espectáculo para su deleite. Hablo Karen con respeto y la sensualidad que ya la cateterizaba.

Neil solo miró a Karen y Candy, en esos momentos estaba muy molesto y no quería que ellas pagaran por las ocurrencias de ese maldito que ya era una piedra en sus zapatos.

-Llévatela, no quiero verla. Replicó Eliza la cual estaba muy molesta por Candy irse sin su permiso. Su idea era castigarla por lo que hizo, además ya se estaba cansando de ella después de tanto tiempo aún no había obtenido nada que en verdad la beneficiara. Y desde lo ocurrido el día anterior, con su pésima noche, sumado al ver que el salvaje dudaba en tomarla. Pero lo peor fue ver lo que hizo ese misterioso gladiador por Susana cuidarla y salvarla. Portarse ante ella, lo que ella no logró, y el maldito cuido de Susana aún a constata de su vida.

Estaba convencida de que su prima le había ganado este hombre, no sólo el cuerpo sino el corazón de aquella bestia y por alguna razón no sabía porque le molestaba tanto, sentía que su prima le enterraba un cuchillo en la espalda y eso le dolía demasiado.

Pero Eliza no era la única que tenía esa impresión de Susana y Terry, a Candy pensaba lo mismo y sentía que el dolor se apoderaba de ella, la desilusión de ver que ella arriesgo su vida y la de su abuela incluso de su propio hermano por ir a verlo. Lo que para Candy fue el momento más hermoso de su vida para aquel hombre solo fue una aventura más, se lo dejó muy claro. Y luego ver que corrió tras Susana y la salvó. Todo estaba dicho la que en verdad le gustaba era ella.

-Candy, niña. Karen tomó el rostro sonrojado y comenzando a mojarse por las lágrimas.

- ¿Pasa algo con tu hermano? ¿Por qué te trajo? ¿Tú a abuela enfermo? Karen solo la veía llorar y no sabia en realidad porque estaba tan mal.

Candy bajo su cabeza e hizo una negativa.

-Quieres hablar. Pregunto la castaña.

-No tiene caso. Solo creo que ayer cometí un error y ahora veo que me equivoque. Susurro ella.

-Ay, Candy que hiciste. Karen la observó con su semblante preocupado.

-Ayer, bueno. Es que, yo... Candy no sabía que decir.

-Mírame. ¿Que acaso? ¿Cual de ellos? Indagó Karen.

- ¿Acaso Neil? O fue uno de sus primos. Karen estaba comenzando a impacientarse.

Candy hizo una negativa con su cabeza baja, a lo que los ojos de Karen se abrieron con sorpresa.

- ¿Dime fue un soldado? ¿Te hizo daño? El rostro de Karen era de preocupación, y tomó a Candy de los hombros.

-Te matara Neil si lo sabe. Karen estaba en chok.

-No, nada de eso. Ayer mientras tu estabas con mi hermano, yo me fui a los árboles y el hombre con piel de león...

- ¡Qué! Karen interrumpió a Candy de inmediato.

- ¿Un maldito gladiador abuso de ti? Karen no dejo terminar a Candy.

-Que haremos, que aremos. Karen se paseaba de un lugar a el otro sin escuchar a Candy.

-Karen, escucha. Candy trataba de explicar lo que en verdad sucedió.

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