Capítulo 18: Elehonor y Richard y un extraño.

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-Levántate, maldito. Tienes visitas.

Dijo el guardia, golpeando a Richard que se encontraba dormido en un rincón de la oscura y sucia celda, solo con la compañía de las ratas del lugar.

Richard no podía ponerse en pie, ya que la poca alimentación, el pan rancio y el agua en mal estado lo tenía enfermo a punto de morir.

-Vamos, majestad que se ponga de pie, el guardia decía esto con ironía, y tomándolo por su toga ya casi desecha y arrojando lo a los pies de Neil, con fuerza a sus pies.

Richard, se arrastró y sin levantar su rostro a quien estaba ahí, tomando sus calseus dijo.

-Agua por favor. Era la súplica de Richard, suplicante.

Pero su atisbo de esperanza se perdió cuando escucho una carcajada.

Ja jajá.

- ¿Agua? Claro te daré agua.

-Neil levantando su toga, procedió a bañar la cabeza y rostro de Richard con su orina.

Richard en medio de lágrimas, apretó sus ojos con fuerza dejando que Neil concluyera su humillación.

-Bien, ¿satisfecho? Neil se agachó un poco ante el hombre que sólo no tenía fuerzas para ponerse en pie. Neil levantándose de inmediato y tapando su boca y nariz por la pestilencia de aquel lugar.

-vine en persona a hacerte una invitación muy especial, mañana comienzan los juegos. Y quiero que partícipes de ellos. Neil sonrió.

- Ya sabes, todos los tribunos y el senado estarán, y ¡tú! Neil con su boca tapada se agachó y levantó el rostro de un irreconocible Richard, mal techo y desnutrido, enfermo.

-Tú, del senado serás mi invitado de honor, teniendo un puesto privilegiado entre todos. Neil mirándolo a los ojos le dijo.

-Será inolvidable para ti y para todos. Soltando su rostro y limpiándose su mano de inmediato.

- ¡Guardia! asegúrate de que vivía hasta mañana.

-Cómo ordene. Dijo el guardia con su cabeza baja y asintiendo.

Terry y Albert estaban entrenando desde muy temprano, Terry no quería hablar solo peleaba con más ímpetu que nunca, la ira lo consumía y eso debía aprovecharlo para estar listo para el día siguiente.

-Albert. Llamó Georges.

Albert volteo y vio a Candy ahí de pie frente a ellos.

Terry también volteo y al verla ahí, tomó su rudix y se retiró a pelear más alejado de todos.

-Candy, ¿Qué haces aquí? ¿Tu ama te lo permitió? Albert se notó preocupado.

-No, me escapé. Hablo Candy con voz apagada mirando a Terry alejarse de ellos.

- ¡Candy! ¿estas loca? Si Eliza se entera no sé de qué sea capaz, no sabes que alcances tiene. Albert la sobo su rostro con preocupación.

-Tenía que verte, es importante. Replicó ella.

-Bien, que pasa pequeña. Pediré permiso y te llevaré de vuelta. Pero antes dime. ¿Qué pasa? Albert esperaba su repuesta.

Candy no dejaba de mirar a Terry alejado de todos.

- ¡Candy! ¿Qué pasa? Albert insistió.

-Yo... es que yo. Candy no sabía cómo hablar.

- ¿Qué pasa Candy? Albert sé noto molesto al ver a Candy mirar a Terry.

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