1. Yionne

42 10 27
                                    

❦ •──────•1•──────•❦
YIONNE

Paralelo
Elementum

Me arrastró sobre un fango húmedo con la poca fuerza que me queda. Estoy desorientada, pero mi instinto de supervivencia me guía. Dani me enseñó a que debo primero estar segura de que estoy a salvo antes de quedarme quieta.

Me cuesta ponerme de pie, me arde la garganta y la nariz por toda el agua que absorbí cuando creí que iba a morir ahogada. Me aferre a un hombre parecido a un Dios envuelto en fuego y así fue como llegue aquí.

—Eres muy parecida a una larva —la voz gruesa de un hombre me hace levantar la cabeza.

Al alzar mi vista me encuentro al hombre al que me aferre para sobrevivir. Ya no es una bola de fuego, en cambio, luce como un humano común, a excepción de su claro parecido con Bell.

Mierda, es como si se hubiera hecho realidad mi sueño de una versión masculina de ella.

—Cállate o te arrancare la lengua —lo amenazó aun cuando hay cierta verdad en que me parezco a una larva mientras me arrastró.

—Interesante. Si decido pisarte mueres y aun así osas amenazarme, pequeña bestia —me levanto como puedo y me lanzó sobre el gemelo de Bell.

—Pequeña bestia tu madre —lo insulto y parece que toque una vena sensible ya que se abalanza contra mí. Presiona su antebrazo contra mi cuello mientras inmoviliza mi brazo bajo su rodilla.

—Yo no diría una palabra más si fuera tu —levanta su mano y por un momento pienso que me abofeteara, sin embargo, lo que hace es crear una llama alrededor de su palma.

La llama tiene un tono extraño, ya que aunque por momentos de ve naranja, hay destellos morados poco usuales en las llamas que he visto. 

—Bien, me callo —agachó la cabeza y finjo aceptación. Dani también me enseñó que debo decidir mis batallas y aunque me enfade este sujeto, no puedo ponerme a pelear con él cuando hay una evidente desventaja.

Él parece creerme así que se quita de encima de mí, se levanta del suelo y me observa desde arriba. Sus ojos son de un violeta más oscuro, es como si a través de ellos pudiera ver un lugar que sólo ofrece dolor. Su cabello es de mi color favorito, es largo y eso en vez de hacerlo parecer femenino lo hace lucir como un príncipe elfo parecido a Legolas.

—¿Quién eres? —le preguntó mientras me siento sobre la arena. Es confuso mi entorno ya que el cielo es un poco rojizo y eso me impide saber si es de día o de noche.

—Aisher, príncipe de Elementum —arrugó las cejas recordando lo que aprendí en los libros de papá.

Elementun es el nombre que recibió el paralelo que habitaban los destructores. Este mundo estaba dividido en tierras regidas por los elementos antes de que fuera destruido. Me pregunto cómo es que este chico sigue vivo.

—¿Cómo es que sigues con vida? Se supone que este lugar fue destruido.

—¿Te parece que esto no está destruido? —tiene razón, este lugar es parecido a un basurero.

—¿Dónde está Anabella? —voy directo al grano, la única razón por la que me aferré a él fue porque lo vi llevarse a mi amiga.

—Haz lo que te ordenó y podría considerar decírtelo —frunzo el ceño en negación.

—No voy a seguir órdenes de nadie —niego rotundamente.

—No soy nadie, soy un príncipe de las sombras y me obedeces o no obtienes nada a cambio —me sorprende la calma e indiferencia que usa para hablar. Luce tan vacío que de no ser porque parpadea creería que es un muñeco.

Matar y Destruir [Dueto Destructores #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora