9. Anabella

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ANABELLA

Paralelo
Elementum

Sigo tratando de encontrar mi fortaleza, de encontrar a esa chica valiente que está dispuesta a todo por su familia, pero parece como si hubiera decidido que hoy no aparecerá.

Estoy teniendo uno de esos días grises en los que desearía poder estar en cama todo el día, dormir hasta que me harte de ello, pero no puedo. Ya no descanso, solo cierro los ojos esperando a que llegue otro día.

Observó mi reflejo en la laguna, esta vez este todo vacío, no está mi familia feliz allí. Me estresa ver el agua sin ningún reflejo, así que decido concentrarme en otra cosa.

Masajeo mis muñecas que aún me duelen un poco por lo que sucedió ayer con Aisher. Él me quemo las muñecas y tengo un par de ronchas que seguro dejaran otra fea cicatriz, aunque esta no tiene ningún significado.

Al menos he descubierto algo nuevo, no soy inmune al fuego de los destructores. Eso significa que Aisher tampoco lo es, así que hay una pequeña posibilidad de asesinarlo.

—No quise hacer eso —me doy la vuelta cuando la voz de Aisher me llega.

—No es nada —oculto mis muñecas de su vista. No quiero que piense que me dolió, ni que algo en mi se retuerce al pensar en que mi sangre me lastimó.

Aisher no significa nada, es solo sangre.

—Quiero paz, por eso he traído una ofrenda —entorno los ojos esperando lo peor «Por favor, que no sea un animal muerto».

Me doy la vuelta cuando él no dice nada y me congeló en ese momento cuando una figura pequeña sale de su espalda. Es Yionne.

Ella se mantiene en su lugar hasta que Aisher asiente y la deja venir hacia mí. Yionne corre y me choca cuando llega a mí. Rodea mi cintura con sus brazos mientras yo me aferro a ella. Luego de tanto tiempo por fin la estoy viendo.

—¡Bell! —chilla, mientras hace más fuerte su agarre sobre mí.

—¿Estás bien? ¿Te ha hecho daño? —le pregunto mientras tomo su delicado rostro de muñeca entre mis manos. Yionne niega con la cabeza de inmediato.

—Estoy perfecta ¿Tu como estas? —inspecciona cada parte de mi rostro y cuerpo hasta que haya mis quemaduras en las muñecas— ¿Él te hizo esto? —me susurra.

—Casi quemo su cara, supongo que lo merecía —Yionne se da la vuelta y le habla a Aisher:

—¿Cómo pretendes que te ayude si solo la lastimas? —Aisher se mantiene inexpresivo—. Deja de actuar como si no entenderías la gravedad de tus actos. Aisher, no ayudarías a nadie si te lastiman ¿Verdad? ¿Confiarías en alguien que no te dice la verdad?

—No —responde él y me sorprende la manera en que le habla Yionne. Supongo que si una de los dos lo conoce mejor es ella.

—Bien, entonces deja de lastimar y ocultar información a Bell. Estoy aquí porque quieres que ella te ayude, pero no te has dado cuenta que la única razón por la que no te ayuda es porque tú no te has ganado esa ayuda.

—No necesito ganarme su ayuda, tengo un trato con ella —Yionne frunce el ceño y me voltea a ver en busca de una respuesta. Asiento dejándole saber que es verdad lo que dice Aisher.

—De cualquier modo, si siguen lastimándose no van a funcionar las cosas —Yionne cruza sus brazos y nos observa a ambos, como esperando a que cedamos y prometamos ser civilizados.

Matar y Destruir [Dueto Destructores #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora