13. Lucille

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LUCILLE

Paralelo
Diurno

Observó de reojo a Vad quién duerme profundamente e incluso ronca un poco. No puedo despegarme ni un solo momento de él, vivo con el miedo de volver a estar cerca de perderlo.

Por esa razón ahora compartimos cuarto, sea lo que sea que nos ha sucedido después de que le di un poco de mis sombras a él, parece gustarle.

Me concentró en la imagen que tengo en mi tablet, es mi hermano Hans quien sigue con la misma expresión desde que cayó víctima de ese maldito veneno. Es una suerte tener al amigo de mi tío,   quien siempre lo está cuidando.

Cada que pienso en mi tío se me hace un nudo en el estómago, me pregunto constantemente si estará comiendo bien, si no ha bajado de peso o ha sido lastimado.

Nunca creí volver a tener una buena relación con mi familia, no luego de que me cerré para ellos. El día que los Grosvenor atacaron a mi aldea, me secuestraron, torturaron y obligaron a ver a mis padres morir quemados, para luego dejarme sin dedos, algo dentro de mi se perdió para siempre.

Aún pienso en cómo logré salir de aquel infierno y salvar a Hans. Mi pequeño hermanito por suerte no recordaría nada, en cambio, yo si. Lo abandone con mi tío porque verlos me recordaba a los padres que perdí y no pude salvar.

Ahora que esos recuerdos ya no me atormentan, solo tengo como objetivo volver a recuperar mi familia.

Salgo de mi cuarto y camino hacia la cocina en busca de un vaso de leche. Nunca he sufrido de insomnio ya que dormir es el único momento en el que realmente descanso, mi mente no proyecta nada cuando duermo, sin embargo, ahora siento que si duermo al despertar no veré a Vad a mi lado.

La prima de Daniel «Isabel» es quien me ha ayudado con mi insomnio. Ella tampoco tiene buenas noches, así que hace dos noches me la encontré mientras merodeaba por ahí, ella me ofreció un vaso de leche tibia más unas gotas de un té que la ayuda a dormir.

Estando en la cocina me apoyo sobre el mesón y tomó aire. Dirijo mi vista hacia la puerta de vidrio que da paso al gran patio trasero de este lugar. La casa de los Winter es gigante.

Estoy tranquila viendo el gran jardín lleno de flores preciosas con cierto aire renacentista. Hay un montón de estatuas de pájaros y eso me da calma. Todo está relativamente bien hasta que veo una sombra pasar a toda velocidad por entre los arbustos. Me sobresalto e inmediatamente me pongo en guardia, saco la navaja oculta en mi espalda dispuesta a matar a quien sea que esté afuera.

—¡Woah! calma —me doy la vuelta y le apuntó con mi cuchillo al primo de Daniel.

—Hay alguien afuera —no bajó el cuchillo, sintiendo que él sabe de que hablo.

—Asuntos de jóvenes. No está en riesgo nadie de tu familia, así que baja el cuchillo —sus ojos fríos me ponen rígida, pero de igual manera no guardo el cuchillo.

—Sabes quien está ahí afuera ¿Verdad? —él asiente mientras se pasa una de sus manos por su cabello platinado.

—Hay algunas cosas en las que no me entrometo, deberías hacer lo mismo —me ofrece una falsa sonrisa, que en cualquier otra circunstancia me haría cortarle una garganta. Este chico tiene esa expresión de me esfuerzo por hacerte saber que soy una mierda.

Matar y Destruir [Dueto Destructores #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora