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—¿Me estás diciendo que te pidió algo más fuerte? ¿Chrissy? —Alcé las cejas sorprendida por todo el relato de Eddie al encontrarse con la chica. Me había contado todo cuando íbamos en su camioneta hacia mi casa.

—¡Sí! ¡Sigo sin creerlo! —Exclamó— Entonces, después del partido iremos a mi casa

—Ohh —Asentí levemente, algo dentro de mi se removió al pensar en otra chica con Eddie en su casa, pero sacudí rápidamente esos pensamientos— Supongo que debe estar pasando por algo difícil ¿No?

—No lo sé, estaba rara —Hizo una mueca— Hey pero, ¿Vendrás esta noche con el club?

—¿Esta noche? —Solté un quejido— Le prometí a Robin que iría con ella al partido

—Dios... Tú no, por favor —Rodó los ojos— Sinclair no irá esta noche porque tiene ese estúpido partido ¿Puedes creerlo?

—Supongo que Mike y Dustin tampoco irán ¿No?

—Oh no, de hecho ellos traerán al remplazo de Lucas

Hice una pequeña mueca, eso significaba que no irían a ver el partido de su amigo, lo cual me hizo sentir algo mal por el chico.

—Lo siento, Eddie, no quiero dejar sola a Robin

—Está bien, está bien —El de cabello largo se detuvo frente a mi casa— Pero la próxima debes venir ¿Okay?

—Lo haré —Dije con una sonrisa y desabroché el cinturón de seguridad— Entonces te veo mañana.

—Mañana, sí

Dudé un poco pero al final terminé por darle un corto beso en la mejilla antes de bajar.

—¡Definitivamente este es mi año! —Le escuché decir y luego arrancó el auto nuevamente. Solté una pequeña risa.

La puerta se abrió en cuanto pisé el umbral, mi madre se asomó hacia la calle y luego me observó detenidamente

—¿Ese era Eddie? —Se hizo a un lado para dejarme entrar— Maneja muy rápido, ¿No?

—Eh... Sí, era él. —Rasqué mi nuca— Es que tiene mucha prisa.

Me tiré al sillón perezosamente, mi mamá alzó mis piernas para sentarse y acomodarlas en su regazo

—Me gustaría ver a Eddie —Comentó— Supongo que irán juntos al partido esta noche ¿No?

—No, él no irá, pero yo iré con Robin, una amiga que está en la banda —Alcé los hombros— Llegaré en la noche, ¿Puedo?

—Solo no llegues tarde —Frunció los labios— Ni siquiera sé por qué me preguntas si sales sin avisar todo el tiempo con Eddie, ¿Qué tanto hacen?

Escuchar Heavy Metal y verlo tocar guitarra... Se ve muy bien tocando guitarra, por cierto.

—Nada —Contesté restándole importancia, mordí levemente mi labio cuando también se me vino a la cabeza la imagen de él sacándose la playera en la cantera

Sí, eso supera a la guitarra, ¿No?

—La vecinita que está a dos casas de aquí tuvo a su bebé hace un año —Me contó de la nada, fruncí levemente el ceño

—¿Ah sí? Qué bien por ella —No tenía ni idea de quién me hablaba

—Pues, no terminó de estudiar, no estaban casados y el novio la abandonó —Me miró fijamente

—Ouh —Hice una mueca

—Carrie... —Mi mamá alzó levemente las cejas, entonces entendí a qué quería llegar.

Abrí la boca entre sorprendida y ofendida

—¡No! Oye, no sé qué estés pensando pero Eddie y yo no somos nada —Negué repetidas veces con la cabeza— Y tampoco hacemos nada.

—¿Entonces qué quieres que piense? ¡Me preocupa que pasas horas y horas con un chico! —Exclamó cruzandose de brazos

—¿Y eso qué? —Me incorporé para sentarme bien el sillón, aunque preferiría correr lejos de ahí

—¡No me mientas! Yo también tuve su edad, Carrie—Suspiró— Cuando un hombre y una mujer-

—¡Ya me sé esa historia! —Interrumpí incómoda— Ve al punto.

—No quiero que caigas en tentaciones, hija, ¿Qué diría la gente si terminas como la hija de la vecina? Además esas cosas deben ser después del matrimonio y para traer una nueva vida al mundo. Así es como Dios ordena.

—¿Qué edad crees que tenemos? —Bufé con molestia— Somos lo suficientemente maduros como para entender que un hombre y una mujer también pueden ser amigos y pasar tiempo como amigos y creo que también somos conscientes de lo que implican las relaciones sexuales ¡Hay que empezar a llamar las cosas por su nombre!

Mi madre cerró los ojos unos segundos, como si hubiera dicho una blasfemia. No le gustaba la palabra "Sexo", era un tabú en esta casa.

—No hay necesidad de-

—Mamá, no somos pubertos. —Le interrumpí— Yo tengo dieciocho, así que no empieces a tratarme como si tuviera quince, solo te pido que me creas cuando te digo que no me he acostado con Eddie —Me levanté del sillón para irme a mi cuarto, no quería una discusión con mi mamá.

Tomé mi Walkman, me coloqué los audífonos y puse mi cassette de The Runaways, “Cherry Bomb” sonó mientras yo me quitaba los zapatos, extendí un poco las cobijas, que estaban prácticamente amontonadas, para recostarme en mi cama a mirar el techo, indagando en toda la plática anterior.

Suspiré pesadamente, podía entender la preocupación de mi mamá hasta cierto punto, pero no podía evitar sentir rechazo cuando lo mezclaba con su fanatismo religioso.
Ese era el problema, me temía que la religión me había jodido bastante los últimos tres años, tal vez hubiera conocido el Heavy Metal mucho antes y sería tan experta en el rock como Eddie y Brooke, tal vez no estaría siempre con el miedo de ofender a Dios, ni meterme con el Diablo, tal vez llevaría a cenar a Eddie con mamá sin el pendiente de que le hiciera un exorcismo y tal vez disfrutaría un poco más de la vida. Tal vez el Pánico Satánico de la época no me habría afectado tanto ni a mi, ni a mi madre... Y eventualmente tampoco a Eddie. Entre más lo pensaba, más molestia me causaba rendir culto a algo que me limitaba, que me hacía sentir mal conmigo misma.

Por otra parte, el chico también era un tema, supuse que tenía sentido que pensaran que había algo entre nosotros y siendo honestos, lo había, de lo contrario no habríamos acordado tener una cita, o seríamos más distantes. Sin embargo, con Munson generalmente se trataba de una situación sentimental, eso le daba más seriedad a la cosa, pero los dos ya éramos adultos y justo como él lo dijo: En algún punto, las cosas ya no se tratarían de solo tomarnos las manos.

Verdaderamente, nunca fuiste tan inocente, Carrie.

Ahora no solo eran las emociones, era algo más desde que sus manos con anillos, sus tatuajes e incluso su cabello mojado, me resultaban atractivos; también desde que él hacía comentarios sugerentes. Me pareció abrumador darme cuenta de que Munson despertaba instintos que no estaban ahí antes.

You know when you're close you really turn me on
That's why I want you so bad when you're gone

Esa era "You Drive Me Wild" la segunda canción del álbum que escuchaba; quedaba perfectamente justo cuando por fin notaba que mis pensamientos últimamente se desviaban a otras cosas aparte de lo que sentía Eddie Munson por mí y yo por él. Por eso mismo me encontré con cierta culpabilidad al considerar todas esas cosas ya que, toda mi adolescencia, mi madre y la iglesia se encargaron de hacerme creer que era un pecado y estaba mal ante los ojos de Dios.

Peor aún, ¿Cómo se suponía que viera a Eddie a la cara después de esto? Porque definitivamente me iba a volver loca.

Satanic Panic    «Eddie Munson»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora