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Salí de mi casa en cuanto escuché a Robin llegar y tocar la puerta, estaba vestida con su uniforme de la banda, de hecho la habían citado más temprano por eso mismo. Me servía para no seguir cavilando tanto ese día con todo lo de Munson.

—¡Gracias por acompañarme, Carrie! —La rubia me dijo mientras caminábamos hacia la escuela— Es que Steve irá con Linda... O Brenda, no lo sé, entonces no puedo ir de mal tercio ¿Sabes?

Rodó los ojos restándole importancia, Harrington estaba con muchas chicas, al parecer, siempre había sido así.

—No tienes nada que agradecer —La miré con una sonrisa— ¿Qué hay de ti, Rob? ¿No hay nadie que te interese?

—No, de hecho no —Contestó muy rápidamente, a veces era mala mintiendo, ella suspiró dándose por vencida— Está bien, hay alguien, pero es imposible, literal, totalmente imposible.

—¿Es un personaje de ficción o por qué es tan imposible? —Alcé una ceja

—Steve dice que no lo es —Robin se quedó pensando— Pero es que es poco probable que le gusten... Las chicas.

Dijo lentamente, me observó esperando una reacción, pero yo ni siquiera sabía qué decirle.

—Ahh —Rasqué mi nuca— No lo sé, qué mal por ti, bueno, si aún existe una posibilidad, yo creo que podrías tomarla.

En ese momento supuse que le gustaba un chico gay, yo había conocido uno en donde vivía, íbamos a la misma iglesia, así que nos hicimos amigos. Cuando sus padres lo descubrieron, lo corrieron de su casa y desde entonces no volví a saber de él. La gente solía odiarlos, si no lo hubiera conocido posiblemente sería igual y por supuesto que mi mamá me hizo un drama cuando se enteró. Tuve que fingir que nunca supe, de todas formas, con ese chico básicamente aprendí que la gente simplemente se enamora y el amor es completamente normal, al igual que los gustos y las preferencias.

—¿Han hablado antes?

—No tanto, solo por cosas de la banda o irrelevantes —La chica alzó los hombros

—¿Entonces va en la banda, contigo? —Indagué un poco en la identidad de esa persona, ya que ella se mostraba reservada en ese aspecto.

—Sí, toca el clarinete —Respondió sin más, ese detalle acortaba la lista de personas que podrían ser el crush de Robin.

—¿Se puede saber quién es? —Hice el intento porque me dijera, sin embargo, ella solo negó con la cabeza.

—Después te cuento —Sonrió levemente— ¿Y tú? ¿Qué tal todo con tu viejo y buen amigo Eddie?

Solté un suspiro y luego una risita, estas cosas siempre venían a la conversación. Guardé mis manos en las bolsas de mi chaqueta y pateé una piedrita en mi camino.

—Digamos que Eddie me pidió que tuvieramos una cita —Comenté. Boquiabierta, Robin pareció alegrarse mucho.

—¡¿Y qué le dijiste?!

—Le dije que sí

—No quiero decir que te lo dije, pero te lo dije —Sonrió pícara— ¿Lo vas a ver en el partido?

—No, hasta mañana, él tiene cosas que hacer.

Robin y yo seguimos platicando de temas aleatorios y haciendo preguntas de "Qué prefieres" hasta llegar al gimnasio de la escuela. Ya estaban prácticamente todos los de la banda, algunas personas estaban terminando de decorar y adecuar perfectamente el lugar para la final. Buckley estaba en lo suyo, así que aproveché para ir al baño y que no me pidieran ayuda en el gimnasio.

Satanic Panic    «Eddie Munson»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora