Un llamado de emergencia.

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Mudarse, más que un capricho era una necesidad, había vivido cómodamente de la consideración de Mark y Mina por dos meses y medio pero sabía bien que no podría quedarse ahí por siempre; primero, porque aún no sabía si buscaría quedarse de forma permanente en el país y segundo, que el otro mes KunHang regresaría con él a Estados Unidos para unas pequeñas vacaciones, solo por eso había buscado un apartamento con dos recamaras, así su invitado estaría a gusto.

Y aunque tener su propio espacio era emocionante, seguía sintiéndose temeroso de la soledad que le esperaría al llegar a casa.

Pero hoy no pensaría en eso. Él había pasado toda la semana llevando sus cosas poco a poco así que hoy oficialmente tendría la inauguración de su nuevo lugar, quería ser un buen anfitrión, así que pensaba hacer una barbacoa deliciosa para sus invitados, Hendery seguramente comería cereal y eso le daba algo de pena, pero el contrario había dicho que no era necesario que le mandara comida a su casa, que se prepararía un buen desayuno y estaría listo.

Bien, quizá estaba un poco nervioso, pero sería la primera vez que sus amigos verían a KunHang en vivo y en directo. Le rezaba a los dioses que se llevaran bien. En serio quería que se llevaran bien... aunque sus amigos fueran un grano en el trasero.

—¡Sam! ¡Devuélveme mi teléfono! —siseó, empujando la carreta y tratando de alcanzar a su amigo por el supermercado de forma sutil, Dios, el contrario era exasperante, saltando por los pasillos, acercándose solo para meter cosas a su carreta y alejándose cada vez que lo tenía suficientemente cerca para taclearlo.

—No, no, no. —repitió Samuel, moviendo su dedo frente con una sonrisa burlona— Has pasado todo el rato en el teléfono contestándole a tu príncipe chino, es suficiente, ¿qué no debería estar durmiendo?

—¡Esta nervioso por hoy en la noche! No puede dormir...

—Es una pena. —masculló Sam con nada de pena.

DeJun suspiró resignado, había considerando atropellarlo con la carreta y ocultar su cuerpo pero era imposible ir en contra de Samuel, él literalmente proclamaba que su sangre latina lo hacía difícil de matar, así que simplemente camino detrás de él, dejando que el contrario vaciara su tarjeta.

—Casi parece que no es fiesta tuya. —murmuró— deja de lloriquear, ya vamos a hablar con él, ve ha hacer algo productivo y consigue botanas y alcohol, joder.

—Ya voy, ya voy. —puchero, aunque sabia bien que con la mascarilla ese chantaje pasaria desapercibido, al final, lo mejor era obedecer al contrario si quería vivir, se desvió buscando el pasillo de los snaks, donde agregó las bolsas que sus amigos preferían y unas extras, agregó unas galletas de chocomenta para él y rápidamente patinó hacia el pasillo de los licores.

Agregó unos paquetes de cerveza y una botella de tequila —Sam siempre decia que una fiesta sin tequila no era una fiesta— reviso cada nivel y espacio, buscando un poco ansioso la marca de su vino favorito y creyendo por un momento que estaba agotado, así que cuando lo encontró, suspiró aliviado aunque estuviera en el estante superior.

Dejo la carreta a un lado y se estiró, colocándose puntas para alcanzar al menos dos botellas del delicioso elixir, pero parecía que entre más se esforzaba la jodida se empujaba más hacia adentro.

—Por favor ven aquí. —murmuró estirándose de nuevo sin éxito y pensando en la posibilidad de pararse en el borde de abajo para alcanzarlo, aunque, ¿el estante podría caerse? Joder— Ah, por qué te haces la difícil.

—Todo se parece a su dueño ¿no lo crees? —la voz le retorció el estómago, DeJun apretó la mandíbula mientras pensaba si debería ignorarlo o saludar, quizá si lo ignoraba él creería que se había confundido de persona— ¿preparándote para una fiesta? —decidió hacer como que no había sido con él, estirándose de nuevo— DeJun-ah deja de ser un obstinado y pide ayuda.

¡Mensaje enviado! | JohnXiao - HenXiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora