El sonido de tu voz.

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DeJun se sentó a la orilla de la cama, pasando sus manos por su rostro observó su reloj sobre la mesita de noche y se dio cuenta que llevaba cinco horas dando vueltas sobre sus sábanas. Segunda noche sin dormir.

—Me estoy volviendo loco. —murmuró, tomándo su teléfono y caminando de la manera más silenciosa posible a la cocina, tal vez si tomaba un té caliente con un poco de leche se relajaría lo suficiente para dormir.

Mientras su taza giraba en el plato del microondas, observó su teléfono a un lado de su mano izquierda, lo tomó y desbloqueo, su índice moviendose por la pantalla hasta el ícono de contactos, el número de KunHang apareció de nuevo en primera plana y él bloqueo la pantalla sin creer lo que estuvo a punto de hacer.

Buen Dios. No. No podía.
"Escríbeme un día de estos..." había enviado en el correo, no un "Llamame un día de estos.."

Pero tenía curiosidad.
Una sana curiosidad.

Sinceramente lo esperado hubiera sido que los correos teminarán a la primera respuesta, él le había escrito que no era su madre y lo agradecía, así que no lo pensó mucho y contestó sin esperar otro correo. Sin embargo este llegó y él simplemente no pudo dejar de responderle. Era raro, KunHang le agradaba —o al menos la idea que se había hecho de como era KunHang— y quería creer que él también le parecía agradable, sino, ¿por qué le seguiría respondiendo? pero tenía en claro dos cosas: la primera, llamarlo era —quiza— fuera de lugar, la segunda, él enserio quería llamarlo.

Desbloqueo la pantalla de nuevo y contemplo él número en silencio, el sonido del microondas lo distrajo un momento pero él rápidamente volvió su atención al aparato.

¿Por qué le estaba dando tantas vueltas? Joder, era solo una llamada, los amigos se llamaban —a veces— y aunque ellos no eran estrictamente lo que uno diría "amigos cercanos" KunHang había dado el primer paso para una posible amistad y su brújula social le indicaba que era su turno moverse a alguna dirección.

Así que lo hizo.
Apretó el ícono de llamar y solo cuando el primer pitido sonó se dio cuenta que era las 3AM en Chicago y no tenía ni puñetera idea de qué hora podría ser dónde sea que él este... mierda, mierda, mierda...

—¿Aló? —la voz del otro lado lo dejo congelado, su mano se apretó a la taza— ¿hay alguien ahí? —preguntó, con una voz masculina grave pero ante todo agradable, un tono que incluso podría decirse juguetón.

—Hola. —patético, simplemente patético. Pero aún no podía creer que le hubiera contestado  esperaba que la llamada se fuera al buzón.

—Umhm, si, hola... —los segundos en silencio volvieron a correr, demonios, él al menos hubiera hecho un libreto de que podría decir antes de quedar como un imbécil— Bien, voy a colgar. —era la respuesta obvia, la confusión que se escuchaba en su voz era de esperarse, rayos, él no había dicho nada decente en una llamada que seguramente le saldría carísima.

—¡No, es-espera! —exclamó, cubriendo su boca con una mano, sería vergonzoso despertar a Mark y tener que explicarle, KunHang no corto la llamada así que él siguió— y-yo... soy DeJun. —murmuró y escuchó el instante en el que el contrario jadeo y algo del otro lado cayó.

—¿Qué? ¿Xiao DeJun? —preguntó unos segundos después, él apretó el teléfono en su mano y asintió tontamente antes de responder una afirmación— Yo... creí que no sabría nada de ti después de mi último correo, pensé que había sido desubicado de mi parte darte mi número.

—No, no... estuve, ocupado en el trabajo. —mintió, sintiendo sus mejillas arder. Él era un pésimo mentiroso, se sonrojaba rápidamente— En realidad, yo pensé que quizá llamarte seria fuera de lugar...

¡Mensaje enviado! | JohnXiao - HenXiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora