¿una carta termino con un nuevo papá ? o ¿dos? (pausado)

Capítulo 20 : Primeros días y remembranza

Izuku prácticamente estaba rebotando en las paredes de su apartamento con la cantidad de energía que tenía. Estaba sorprendido de haber podido dormir bien por la noche, y su madre ya se estaba riendo en su mano. Había recibido su carta de aceptación hacía poco más de una semana y frunció el ceño cuando el Número Uno apareció en su habitación. El Pro mordió sus felicitaciones, dándole la bienvenida a la Clase 1-A. El holograma se desvaneció en estática antes de que apareciera Aizawa-san. Izuku se estremeció cuando vio a su mentor sonreírle con su habitual sonrisa sádica. Le recordaba la sonrisa de papá, aunque nunca se lo diría a los dos hombres. Aizawa lo hacía correr hasta vomitar y papá lo abrazaba hasta que se desmayaba por falta de oxígeno.

Aizawa luego suavizó su mirada y le dijo que estaba anticipando el caos que causaría en su clase. Dio un simple gesto con dos dedos y el holograma explotó. Salió a trompicones de su habitación aturdido, gritando cuando recibió una cara llena de confeti y un fuerte abrazo alrededor de su cintura.

"¡Oh, Zuzu, estoy tan orgullosa de ti! Aizawa-kun me lo había dicho esta mañana y pensó que te habrías asustado porque tuvo que callar por radio todo el asunto, pero cariño, ¡te estás acercando a tu sueño! Ella agarró sus hombros y lo miró de arriba abajo. Su hijo había cambiado en los últimos meses, y sabía que estar cerca de un maestro realmente decente como Nedzu y Aizawa-kun y lejos de Aldera había ayudado a su hijo.

Hizashi también había ayudado, su energía sacaba a relucir la de Izuku, además de darle a su chico una chispa de sarcasmo que ella adoraba absolutamente. Salió en momentos bastante inoportunos, al menos para Izuku. Hizashi no pudo evitar reírse cuando Izuku estaba murmurando sarcásticamente sobre cómo un oficial de policía con cabeza de gato sería atacado por Aizawa si alguna vez lo viera el hombre amante de los gatos. Inko se había reído levemente en su palma, sonriendo levemente ante el recuerdo.

Ahora era el primer día de Izuku en la UA y no podría estar más orgullosa de él. Una parte bastante grande de ella todavía temía por su seguridad, una parte minúscula le susurraba sarcásticamente que su bebé no tenía los poderes que necesitaba para mantenerlo aquí, mantenerlo a salvo, ¡mantenerlo a salvo! Se estremeció levemente en el lugar mientras observaba a Izuku gatear, tratando de encontrar todos sus útiles escolares. La gran mochila amarilla había sido retirada, un evento triste para Izuku porque era lo último que Katsuki le había dado voluntariamente.

Hizashi-san la reemplazó amorosamente con una mochila Eraserhead personalizada. Diseñado maravillosamente, árboles de ginkgo dorados y carmesí sobre un fondo negro, y nada que pueda recordar al héroe. Inko ni siquiera estaba segura de si el propio héroe sabía que era un tributo, pero ver al hombre de cabello arcoíris y su pequeño Sprout susurrar emocionados sobre él y todas sus características hizo que sus nervios se asentaran. Izuku había metido el último bolígrafo en la bolsa y había caminado para pararse junto a la puerta, esperando el acostumbrado adiós de su madre.

Izuku estaba sonriendo, con pecas doradas y plateadas pintando sus mejillas cuando ella terminó. Se detuvo en la puerta cuando ella agarró su manga y lo miró con una mirada arrepentida, y pudo ver que su corazón se desplomó ante la vista. Inko lo envolvió en sus brazos por un momento, antes de agarrar sus antebrazos con fuerza. Ella le dio una sonrisa llorosa cuando abrió la puerta y le dio un ligero empujón para salir. Un pensamiento perdido, de ella siendo como una mamá pájaro empujando a su polluelo fuera del nido para aprender a volar, cruzó por su mente. Sin embargo, no tenía dudas de que con la ayuda de Aizawa y Hizashi, su hijo se elevaría.

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    Izuku estaba emocionado. Nervioso, por supuesto, pero emocionado de todos modos. Solo pisó un pie en el tren y pudo ver las miradas en los rostros de las personas. Vieron que el chico Quirkless de su barrio, al que ridiculizaron y se burlaron, al que torturaron durante años, pudo seguir sus sueños. Revisó su teléfono, sonriendo suavemente ante los mensajes de texto de Papá y Dabi felicitándolo. Dabi le envió una foto nublada, él riéndose de un chico pelirrojo y blanco que ocupaba la mayor parte de la foto. Apenas podía ver la punta de la nariz de sus "hermanos", y podía decir que los ojos heterocrómicos estaban cruzados tratando de mirar a la cámara. El viaje a la UA fue casi tranquilo, e Izuku no sintió la necesidad de correr o encogerse de los que lo rodeaban.