5. ¿Y con ella?

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Iré poniendo fotis de los personajes para que veáis como me los imagino yo ❤️ aprovecho para decir que esta novela es muy especial para mí porque hay personajes, historias y anécdotas que son cosas que me han pasado a mí en la vida real.


El despertador suena a las cinco en punto de la mañana. Me cuesta trabajo conseguir abrir los ojos. Los párpados me pesan una barbaridad y sólo deseo volver a recubrirme con las suaves sábanas y seguir durmiendo por horas. Estoy exhausta pero sé que me arrepentiría si no consigo levantarme.

Una de mis grandes motivaciones del momento son las fiestas de navidad. Adoro esta etapa del año: las luces, los decorados, la gente, los regalos. Y para mi suerte, esta es la última semana de clases, aunque los profesores se dedican a ponernos películas que se supone que transmiten valores. La mayoría de gente suele faltar y aprovecha para salir por ahí con sus amigos. En mi caso, lo aprovecharía para seguir yendo al rodaje del videoclip aunque soy más una mera espectadora que otra cosa.

Agradezco haber dedicado mi tiempo anoche para preparar mi ropa, colocar por orden todo el maquillaje que necesitaría y por haber buscado las horquillas negras para agarrar parte de mi flequillo. Me visto con el tiempo suficiente, me lavo los dientes y hago unas últimas comprobaciones frente al espejo.

Me acerco al dormitorio de mis padres y metiendo ligeramente la cabeza les susurro que me dispongo a irme. Ellos responden con el mismo tono y bajo las escaleras. Al salir por la puerta, meto mis manos en los bolsillos y me relamo los labios. El camino a casa de Layla se me hace más corto de lo normal y antes de poder escribirle conforme ya he llegado, ella se me adelanta y abre la puerta.

- Buenos días -me saluda-. ¡Qué sueño! ¿verdad? No me acostumbro a tener que madrugar tanto, es horrible.

- Ni que lo digas -asiento. Cierra la puerta tras su paso y mantiene las llaves del coche en su mano.

Me indica el camino hasta llegar a su coche recién comprado y lo abre.

El recorrido hasta los estudios se hace largo y más después de todas las vueltas que hemos tenido que dar para aparcar cerca, ya que la mayoría de plazas estaban reservadas.

Al entrar, se aprecia el mismo ambiente que el día anterior. Gente moviéndose a toda prisa, con material de aquí para allá y hablando a través de sus pinganillos. Layla y yo nos miramos sin saber hacia donde dirigirnos, pero la voz grave de Alberto nos saca de nuestros pensamientos:

- ¡Buenos días por la mañana! ¿Cómo estáis?

- Buenos días -respondemos a unísono.

- ¿Listas? Hoy será un día un poco largo, tenemos muchas escenas que rodar. Layla, será la misma mecánica que la otra vez. Ensayos, maquillaje y peinado y... ¡a rodar! -dice, enumerando con ayuda de sus dedos.

- Sí, entendido -responde.

- Mia, quizás hoy te necesitemos. Todas las chicas han llegado... excepto Luna. No hay manera de contactar con ella por teléfono. No lo coge. Damos un margen de dos horas, pero si no se presenta para entonces, tú la sustituirás. Así que por si acaso, tienes que prestar especial atención al ensayo. Te animo incluso a que te levantes y hagas el ensayo con ellas directamente para estar más preparada.

Yo asiento pero me siento presa del pánico. Realmente me hace ilusión por una parte, pero por la otra, me gusta vivir esta experiencia sin la presión de tener que aprender rápido y hacerlo bien desde el primer momento, para no ser la única que ralentiza el rodaje.

Alberto nos guía hasta la habitación en la que se encuentran el resto de las chicas. Entusiasmadas nos saludan con dos besos y con unas bonitas palabras en las que afirman que se alegran de vernos. Dejamos nuestros abrigos y mochilas sobre las pechas, salimos nuevamente de la habitación y Alberto cierra la puerta tras nosotras. Revisa la tablet que lleva en su mano y nos indica que nos llevara a la sala de ensayo. Nos asegura que para las escenas de hoy, entraran en acción los bailarines masculinos de Ander, que harán unos pequeños bailes sensuales con nosotras. 

MALA FAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora