Capítulo 6 | Por favor no lo rompas.

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Sentir los brazos de Silas era sentirme seguro, sentí su largo cabello en mi rostro e inhalé su esencia. Silas era mi lugar seguro.

Agus solo levanto la mano para saludar.

—Veo que has hecho un buen trabajo cuidando de mi cariño. Gracias.

—No te pongas sentimental. Te dije que lo haría. Ahora no perdamos más tiempo y dinos por qué estamos aquí— fue la respuesta de Agus.

—Lo haremos más tarde, ahora debemos movernos.

—¿Dónde iremos? — quise saber.

—Donde viven todos los soldados o ¿tienen un mejor sitio? —indagó Silas.

—Mi casa— declaró Agus— es suficiente para Valerian y yo— Continuó.

—¿Estás diciendo que continuaras aquí? No respondas, aceptaré eso.

—Pero, volvamos mañana. Quiero pasar la noche con Silas— me atreví a decir cuando Agus me miró; él aceptó mi pedido amablemente.

Silas estaba de buen humor. Nos condujo por el bosque hasta la entrada trasera del palacio de Nesgigthai.

En el patio trasero estaban los dormitorios de los soldados, armas y equipamiento al alcance de la mano.

—Si ocurre una emergencia o atacan el castillo; podemos defenderlo enseguida— alardeó

—Tengo hambre— anunció Agus sin reparo alguno y Silas acudió a él tan pronto como escucho la palabra hambre.

—Qué bueno que lo digas. Porque hoy la cena la prepararé yo.

Se dispuso a cocinar después de enviar a descansar a todos y el comedor al que nos llevó estuvo vacío. Elex permaneció con nosotros.

En medio de sonidos de cocina, Silas lanzaba preguntas por doquier.

—¿Cómo has estado cariño? Cuéntamelo todo.

—Frustrado, muy frustrado, de hecho ¿Por qué nos obligaste a volver?

—Cariño... No estés enojado conmigo.

—Estábamos de camino hacia Equus. Bastante cerca y si me dejas decirlo es comprensible que se sienta así— interrumpió Agus.

—¡Qué adorable! El perro aprendió a hablar—Silas bromeó.

—Aún muerdo. No quieres ponerme a prueba.

—¡Silencio perro! ¿No estás viendo que estoy hablando con mi cariño? — Silas sonrió amigable mientras jugaba con algo en una sartén.

Era momento de traer la conversación a la seriedad de nuevo. Aproveché el momento.

—Silas agradecería que puedas decirnos que está ocurriendo.

—Seré breve. Estamos detrás de los pasos de una banda que se dedica al tráfico de especies. Humanos, hadas, elfos, trolls, duendes. No hay límites para ellos. Y debido a que eres un elfo de hielo nada convencional podrían considerarte una especie exótica ¿si me entiendes?

Serendipia | ConociéndonosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora