AMOR EN EL KINDER (FINALIZADO)

CAP 28: Kota

"Imagino que todos los niños desearían ser súper héroes, salvar a las personas y ser los buenos del día, con recompensas y medallas, la mayoría de los niños que no son hijos de héroes tiene esta percepción de que todo en la vida es deslumbrante y maravilloso, pero para Kota no era así, desde una edad muy pequeña comprendió que ser héroe no traería un beneficio a su vida, poniéndose en riesgo y a veces salvando personas que no son ni un poco agradecidas en lo absoluto.

Este rencor y odio inició porque sus padres eran héroes, muy conocidos, y amados por sus grandes hazañas, pero él comprendió que un día sus padres no volverían a casa, algún día él se quedaría solo, y no habría nadie en el mundo que lo protegiera, ¿eran acaso sus padres tan egoístas como para preferir ser héroes aun sabiendo que él se quedaría solo? Esta pregunta lo atormenta día y noche, sin consuelo alguno, y aunque muchas veces sus padres intentaron explicarle que lo que hacían era para darle un mundo mejor, Kota sólo podía concentrarse en que ellos realmente no lo amaban.

Cuando fue el primer combate de la Liga de Villanos con los héroes en Japón, sus padres fallecieron en batalla, imagino que no sólo debió ser duro para él, sino que también su temor más grande se hizo realidad, lo que más le devastó fue que no encontraron sus cuerpos, al menos no en su totalidad, sólo algunas partes, eran un rompecabezas sin completar.

Le costó mucho a Tokio recuperarse de esa pelea que tuvieron, hubo muchas muertes no sólo de héroes, civiles y niños también; hubo muchos menores que quedaron huérfanos entre ese gran puño de menores está Kota, que no fue encontrado hasta dos semanas después de que empezaron a movilizarse los grupos de rescatistas y personas con quirks o sin ellos que se enfocaron en salvar vidas en los retos de escombros de edificios, casas, tiendas, etc.

Al reconocer a sus padres y de su fallecimiento, su abuela que vivía en un pueblo lejano, lo recibió y lo acogió; el pequeño Kota esperó ser feliz con su querida abuelita pero aquella pequeña felicidad también se esfumó, tenía ya una edad avanzada, una mañana simplemente ya no volvió a despertar; Kota sólo había vivido con ella por cinco meses.

Fue llevado a un orfanato, ya no había más familiares para el pequeño Kota, ese mocoso con todo el enojo del mundo no iba a dejar que Dios o el ser divino le pusiera en otra familia para que tuviera la catástrofe de ser abandonado de nuevo, además de que el mismo piensa que no hay nadie más digno para ser sus padres que sus padres a pesar de todo lo sucedido, él quiere que sigan siendo ellos.

Así que durante un año y medio estuvo viviendo ahí, no tuvo muchas visitas de adopción, por lo que eso le agradaba mucho; un día escucho de un trabajador social que había una familia interesada en él a pesar de su cínica y malhumorada actitud.

"Oh no, a la mierda... yo me largo" – pensó. Y esa misma noche escapó, quería volver a su antigua casa pero la última vez que estuvo ahí estaba hecho escombros, así que decidió ir a la casa de su abuela, con suerte seguiría deshabitada, muy pocas personas quieren vivir en el campo.

La vida tiene un sistema muy extraño para manejar estas cosas llamadas "destino"...o ¿tal vez casualidad?

Katsuki iba en un autobús con sus alumnos y otros maestros, que regresaban de un campamento, en ese entonces el omega cenizo era maestro en una primaria, tuvieron que volver antes por una tormenta que se había pronosticado.

El campamento quedaba justo a las faldas de una montaña era posible un derrumbe si la lluvia suavizaba demasiado la tierra, así que por decisión de los maestros volvieron a la ciudad.

Había comenzado la lluvia cuando salieron del parque donde se encontraba el campamento, durante el camino se volvió cada vez más y más fuerte. Kacchan iba en los asientos de enfrente viendo todo el panorama con el conductor, y entonces lo vio, los faroles del autobús lo iluminaron solo unos segundos, pero eso bastó para distinguirlo y verlo caminar en la orilla de la carretera con tremenda tormenta.