AMOR EN EL KINDER (FINALIZADO)

CAP 33: Eri

- Habíamos salido de viaje en vacaciones de verano, mamá nos llevó a un campamento familiar cercas del Monte Fuji, lo hizo para celebrar que Kota había cumplido 1 año de iniciar a vivir con nosotros, que Katsuma cumplía años, y que yo había ganado un reconocimiento académico por mis calificaciones, así que mamá nos hizo ese viaje para celebrar todos juntos. Y la verdad la pasamos muy bien ese día – Sonreía feliz Mahoro.

- ¡¡Siii!! Subimos a la tirolesa, actividades en el lodo, buscamos el tesoro perdido – gritó emocionado Kota al recordar aquel divertido día.

Mahoro lo miró feo por haberla interrumpido, y cuando quiso proseguir, Katsuma contó también su parte.

- Ta...también quemamos malvaviscos en la fogata, miramos las estrellas, y mamá nos contó historias antes de dormir en la cabaña – habló apenado pero feliz.

Izuku y Eri escuchan y miran atentos la historia que cuentan los tres cachorros.

- En aquel entonces yo tenía 6 años – dijo Mahoro.

- Yo 5 años – alzó su pecho Kota

- Y...yo 3 años – levantó sus deditos Katsuma feliz también.

- Ya, ya, déjenme continuar la historia hermanos – ordenó la peli castaña, y los menores guardaron silencio, claro que Kota le sacó la lengua a la mayor antes de hacer un puchero y quedarse callado.

- Todo el viaje fue muy tranquilo, hasta que tuvimos que regresar, tuvimos un pequeño inconveniente con el autobús de regreso, ya que iban más personas de las contempladas, y había una pareja con una niña de apenas 2 meses, mamá los escucho discutir con el conductor sobre el porqué no podían subir juntos, uno de ellos tendría que esperar el siguiente autobús pero ellos no querían quedarse separados, o esperar hasta el día siguiente – contó.

- Pero luego el viejo intervino y dijo "puedo ceder uno de mis asientos, y uno de mis hijos puede ir conmigo en mi asiento" – intervino Kota intentó imitar la voz del cenizo.

- Si, si, si, bueno el punto es que Kota y yo compartimos un asiento y Katsuma fue sentado en el regazo de mamá, de ese modo la pareja pudo subir en nuestro autobús, todo el trayecto fue tranquilo; luego Kota a la mitad de camino tuvo ganas de hacer del baño, entonces nos dejó mamá bien amarrados al asiento a Katsuma y a mí en lo que iban al baño – narró la castaña.

Para este momento el rostro de Kota se puso algo serio.

- Fui...fuimos al baño bien, y cuando volvimos pasó todo como en esas películas que miras todo en cámara lenta; caminamos de regreso a nuestros asientos, cuando mamá me cargó de la nada, cuando subí mi mirada, el conductor pisó el freno muy rápido, un grupo de vacas estaba tapando el camino, pero como fue muy de improviso, el autobús no alcanzó a frenar como debía, así que se salió del camino – su cuerpo tembló por recordar el momento, por lo que Mahoro puso su mano en su espalda para darle consuelo.

- De...después mamá fue rápida – prosiguió Katsuma – hubo un momento en que el autobús quedó suspendido en el aire por el acantilado, pero mamá llegó a tiempo, amarró como pudo a Kota con nosotros en el asiento y él se quedó parado, yo recuerdo que dijo "no se asusten, yo los protegeré", lo dijo con una amplia y suave sonrisa, teníamos mucho miedo pero mamá se vio como una montaña que no podía ser derrumbada, segundos después todo quedo blanco – concluyó el pequeño Katsuma.

- La primera en despertar fui yo – habló Mahoro – primero vi que el autobús había quedado partido a la mitad, y que nuestro lado, quedo volteado de lado, mis hermanos estaban bien, desmayados pero a lo máximo teníamos rasguños y alguno que otro corte o golpe pero nada grave, y fue que después reaccione que no estaba mamá, intenté quitarme un poco el cinturón de seguridad pero se había atascado, intenté gritar su nombre pero no había respuesta alguna, sentí que todo era en vano...que tal vez su cuerpo muerto estaba en alguna parte – una lágrima recorrió su mejilla sin quererlo, y para este momento Izuku se había movido un poco para levantar a Mahoro y darle un fuerte abrazo que dejó a la menor sorprendida, pero aceptó con gusto aquel abrazo.