Sin escape

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En una oscura habitación había un peliverde amarrado de las muñecas y los tobillos para evitar escaparse.

Izuku abría lentamente sus ojos, sentía que su cuerpo dolía horrible, intentó moverse pero algo se lo impedía.

Trataba de descifrar en dónde estaba, las luces estaban apagadas así que era más difícil de adivinar.

Derrepente los recuerdos de la noche anterior inundaron su cabeza. Sus lágrimas empezaron a brotar abundantemente al revivir esas horribles escenas.

En eso escucha como la puerta se abre dejando ver al responsable de todo.

Katsuki: Buenos días mi cielo.

Izuku no dijo tenía miedo, mucho miedo.

Katsuki: Dormiste bien?, Tienes hambre?.

Izuku no sabía que responder, no se atrevía a hacer o decir algo.

Katsuki: O ya entiendo, te deben de doler las muñecas tranquilo ya lo arreglo.

Bakugo desató a Midoriya y este al estar libre empezó a acariciarse sus muñecas.

Katsuki: Sabes, recibiste un mensaje del mitad y mitad preguntando dónde estabas.

Izuku levantó la mirada esperanzado a qué alguien fuera a rescatarlo.

Katsuki: Pero me tomé la libertad de mandarle un mensaje diciendo que estabas con un amigo y que te ibas a quedar el resto del fin de semana.

Izuku: Q-qué?.

Katsuki: Así es, así que tenemos todo el fin de semana para disfrutar y cuando llegue el lunes me encargaré del resto.

Katsuki tomó la mandíbula de Izuku y lo besó con fuerza, Izuku estaba demasiado débil para defenderse así que no pudo hacer más que dejar que el rubio lo tomará.

Lo hago por tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora