Manos manchadas de sangre.

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Evelyn miró a Darcel y luego sus manos llenas de sangre, quedándose así por unos segundos. Volvió a ver al vagabundo muerto como si no comprendiera lo que había hecho. De repente comenzó a gritar histérica, sus gritos eran desgarradores, llenos de terror. Sus ojos estaban tan redondos como si quisieran salir de su lugar. Darcel se acercó con rapidez y cubrió su boca con su mano abrazándola desde atrás.

—Shsh silencio, te escucharán. Deja de gritar —le dijo en un susurro al oído—. Tranquila, no pasa nada. Siempre es difícil la primera vez.

—¡Lo maté! ¡Lo maté!

—Sí, lo mataste y fue perfecto.

—¡¿Qué?! ¿Cómo puedes decir eso? —Evelyn comenzó a forcejear con él intentando soltarse de su agarre. Se dio la vuelta quedando de frente a él—. ¡Yo no quería esto! No quería asesinarlo. Eres un maldito. ¿por qué dejaste que lo hiciera?

—Eras tú o él, o él te mataba, o tú a él.

—Pero pudiste intervenir.

—Lo hice.

—Sí, para qué lo matara. Debiste solo quitarlo de encima de mí.

—Yo no puedo hacer eso. ¿Qué piensas que soy? No soy un ángel guardián. Estoy aquí para ayudarte a vengar a quien te ha lastimado y llevarme sus almas. Hay reglas que tengo que respetar para poder estar aquí. —Evelyn se dejó caer de rodillas llorando. Darcel se puso en cuclillas junto a ella.

—Dios, no puedo creer que haya hecho esto. Llévatelo ¡Llévatelo!

—Basta. Deja de lloriquear y gritar. Deja de verte como una víctima, mientras sigas así, todos te harán daño.

—¡Solo sácalo de aquí, no quiero verlo más!

Darcel frunció el ceño. Se levantó y caminó hacia él, con el pie lo giró dejándolo boca arriba. Su rostro tenía un semblante de terror. Sus ojos se veían muy abiertos y amarillos, sus pupilas estaban dilatadas, su boca entreabierta y la sangre ya comenzaba coagular.

Al verle la cara, Evelyn se arrastró hacia atrás aterrada. Darcel se puso en cuclillas y acercó su cara a la de el cadáver. Una neblina oscura salió de su rostro y entró en la boca de Darcel. él cerró los ojos como si sintiera alguna clase de placer al absorber esa neblina. Una vez que terminó de salir miró el cuerpo desde los pies hasta la cabeza.

Comenzó a hacer un ruido con su boca chasqueando la lengua como si llamara alguna mascota. Evelyn se quedó en silencio extrañada por lo que hacía, arqueo las cejas confundida. De repente por la puerta y entre el desastre de la casa comenzaron a salir enormes ratas y cucarachas junto con algunas moscas dirigiéndose hacia el cuerpo. Los animales se acumularon en el cadáver y empezaron a comerlo. Evelyn se levantó de golpe, el estómago se le revolvió y sin poder controlarlo, vomitó.

—¿Y ahora qué tienes?

—¡Dios! ¡Qué horrible! —Darcel puso los ojos en blanco en señal de fastidio, se levantó, caminó hacia ella y le miró serio

—Qué patética eres. Tus lloriqueos comienzan a exasperarme.

Evelyn se quedó sentada en el piso abrazando sus rodillas por más de una hora, miraba como las ratas consumían el cuerpo junto con las larvas que habían dejado las moscas y se asomaban de su boca, nariz y ojos, mientras consumían la carne hasta dejar los huesos. Darcel miraba a Evelyn desde un sillón de la sala. Se levantó y se acercó a ella.

—¿Piensas quedarte así por toda la eternidad?

Evelyn se estremeció al escuchar la voz de Darcel sacándola de esa concentración que mantenía. Le miró, se puso de pie, tomó las llaves de la casa de Nataly y salió sin decir nada.

𝐄𝐥 𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨 𝐃𝐞 𝐄𝐯𝐞𝐥𝐲𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora