JUSTICIA CON FUEGO.

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—Han confirmado la asistencia ocho de los integrantes de los conejos del jardín, dos de los principales representantes de CORFEL. Junto con la madre Fátima y un acompañante de CASYFAM —dijo Leslie mientras se acomodaba en un sillón frente a Darcel.

—Excelente, y ¿Dorían?

—No, él no confirmó asistencia.

—Ese hijo de perra presiente que lo estamos cazando.

—Cariño, ¿estás seguro de esto?, ¿sabes que empeorará las cosas con Azrael?

—Lo sé, pero no me queda mucho tiempo.

—Cuando termine todo, ¿Qué pasará con ella?

—Draven tendrá que ayudarme con eso.

—No creo que pueda protegerla de la ira de su padre.

—Cállate Leslie, no necesito tu opinión sobre eso, ya veré qué hago.

—Estás jodido por ella.

Darcel la miró con el ceño fruncido mientras deslizaba su dedo índice por la comisura de sus labios de un lado a otro, desviando su mirada a Evelyn, quien picaba unos vegetales en la cocina, regresó sus ojos hacia Leslie y ella sonreía.

—Es extraño, verte tan preocupado y por una humana.

Él dejó de hacer ese movimiento repetitivo y la vio con molestia.

—Agradece que esté ella aquí, si no ya te hubiera callado esa boca con mi verga en tu garganta. —Leslie soltó una carcajada.

—¡Jajaja! ¿Ahora eres un hombre de una sola mujer?

—Claro, ella logra satisfacerme, cosa que tú no hiciste bien ni con todas tus putas, siendo ese tu trabajo.

—Aush, seguro eso me dolería si tuviera un poco más de emociones humanas. En fin, no voy a negar que extraño tus torturas. —Él se quedó en silencio y la observó con rabia—. Bien Me marcho, tengo muchas cosas que hacer, verás que te encantará el lugar que preparo. Te veo mañana.

Se levantó y se dirigió hacia Evelyn con su peculiar contoneo de caderas al caminar, él solo la siguió con la mirada y una mala cara.

—Me retiro hermosa, espero verte a tiempo mañana para ponerte preciosa.

—¿No te quedarás a cenar?

—No cariño, dejemos descansar a tu demonio —Las dos lo miraron y él mantenía el entrecejo ligeramente fruncido.

—Está bien. Estaré ahí a tiempo. Gracias por todo Leslie.

—Sabes que puedes acudir a mí para lo que necesites.

Ella asintió y Leslie se retiró. Evelyn observó a Darcel; él se mantenía en el sillón, veía a la ventana y parecía vagar en sus pensamientos. Se acercó por detrás, puso sus manos sobre sus hombros y él la miró de soslayo. Comenzó a masajearlos para intentar relajarlo.

—¿Qué te pasa? ¿Ya me lo vas a contar?  —él se quedó en silencio—. sé que no quieres decírmelo por no preocuparme, pero no es justo que estés así por mi culpa, estamos juntos en esto, así que quiero que compartas tus preocupaciones.

—Son cosas que no entenderías y están fuera de tu alcance.

—Tal vez tienes razón, pero para eso son las personas que te aman, para compartir eso que nos atormenta y apoyarnos mutuamente. —Evelyn se inclinó y hundió su rostro en el espacio de su cuello y lo besó—. Sé que es por mí y te lo agradezco. No soy estúpida, sé que estás en problemas por mi culpa y también me preocupa lo que pueda pasarte.

𝐄𝐥 𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨 𝐃𝐞 𝐄𝐯𝐞𝐥𝐲𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora