¿CELOS?

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—Él no es su esposo. Fue su pareja y es el padre de su hija, pero no es su esposo —dijo molesto Darcel.

—¿Podemos pasar?

—Sí, claro —respondió Evelyn. Los detectives entraron y tomaron asiento en la sala—. ¿Dónde está?

—Se encuentra en México.

—Pedimos apoyo para la investigación y dimos con su familia. Ellos nos informaron de su paradero.

—¿Tiene a mi hija?

—No, sus familiares comentan que él llegó solo y no saben dónde podría estar la niña.

—¿Y él qué dice?, ¿por qué no lo interrogaron?

—Se intentó, pero no contestó ninguna pregunta.

—¿Qué? ¡Oblíguenlo!

—No podemos, él está en un centro de salud mental. La psiquiatra dijo que estaba en tratamiento. Toda la información que se obtenga se entregará a los detectives. Por ahora no podemos hacer más.

—Qué inútil es la policía —comentó Darcel mientras cruzaba los brazos.

—Hacemos lo posible para dar con el paradero de la pequeña. Señor Dimur, percibo una ligera molestia. ¿Por qué? ¿Es por Benjamín?

—Me importa una mierda ese pendejo.

—Dar, ¿puedes dejarme hablar a solas con los detectives? —Darcel frunció el entrecejo extrañado porque ella nunca le había llamado así.

—No —contestó tajante.

—Darcel por favor déjame conversar con ellos.

—Pues habla, no le veo la razón por la que deseas que me vaya.

—¿Por qué eres tan terco?

—¿Hablarán del traidor ese? O ¿quieres hacerles creer que somos amigos otra vez? Que sepan que tú me perteneces y yo soy tuyo, que soy tu amo y tú eres mi sumisa, mi marioneta y mi mujer. Que yo soy tu ángel protector, tu hombre, tu sirviente y tu demonio.

Evelyn se quedó en silencio sin saber qué decir con una mueca de sorpresa en el rostro y un ligero sonrojo apareció en sus mejillas. Carraspeó y sonrió nerviosa. Observó a los detectives y luego regresó la mirada a Darcel que se veía molesto. En ese momento se dio cuenta de lo que estaba pasando; él sentía celos. Al parecer la repentina aparición de Benjamín le provocó celos y como toda emoción humana, no sabía controlarla. Intentó mantener la compostura y se acercó a él, levantó el rostro para mirarle a los ojos, puso su mano sobre su brazo y le dijo con un tono dulce.

—Sí, eres todo eso para mí. No voy a mentirles. Te amo y eso no lo voy a ocultar a nadie. —El rostro de Darcel se suavizó—. Pero necesito que me des un momento con los detectives. No es porque no quiera que escuches, sino porque es muy difícil para mí hablar de esto. Si estás aquí me voy a quebrar y no podré.

Él se soltó de su agarre molesto y se fue a la habitación. Los detectives los miraron curiosos y Evelyn se sentó frente a ellos.

—Como ven yo y él ahora tenemos una relación. Vivimos juntos, es mi pareja.

—Parece que es algo controlador y no le agrado saber sobre la aparición del señor Benjamín.

—Darcel es muy protector, se preocupa mucho por mí. Sé que parece posesivo, pero no lo es. Le cuesta expresar lo que siente, aun así, es muy bueno conmigo. Yo lo amo profundamente y estoy agradecida de que esté a mi lado este tiempo tan difícil para mí. El único interés que tengo con Benjamín es por mi hija y nada más.

𝐄𝐥 𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨 𝐃𝐞 𝐄𝐯𝐞𝐥𝐲𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora