CULPABLES

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Evelyn se levantó de la cama y observó a Darcel que dormía profundamente. Se vistió y salió de la habitación, tomó las llaves del pequeño garaje y luego fue a la cocina, cogió un cuchillo y una botella con agua. Entró al lugar y se cubrió la nariz porque el olor le provocaba náuseas. Giró los ojos y observó a Nataly abrir los suyos, encontrándose con los de Evelyn mientras permanecía recostada en el suelo.

Caminó hacia su hermano y lo miró con atención para asegurarse de que aún respiraba.

—Saúl, lamento que todo haya terminado así, sé que tú no tuviste toda la responsabilidad, pero al final elegiste seguir su juego. Mi querido hermanito, debí traerte conmigo, fue mi culpa, ahora es mi castigo. Tendré que liberarte.

Él solo hizo un sonido con su garganta como un quejido ronco. Ella se colocó detrás de él, puso el cuchillo en su cuello y lo deslizó cortando su garganta, la sangre comenzó a salir y él se sacudió un poco. Evelyn regresó al frente de él y solo lo observó fijando su mirada en su pecho para asegurarse de que no respiraba más.

—Debiste dejar que los gusanos lo devoraran, te compadeces demasiado por quien no lo merece.

Evelyn se giró y miró a Darcel salir de la oscuridad del lugar, caminó hacia Saúl, lo tomó del cabello e hizo su cabeza para atrás y acercó su rostro al de él. Parecía explorar su cara como si buscara algo en él. Verlo hacer eso le causaba inquietud. Sus movimientos eran extraños y reflejaban el placer retorcido que le producía. Inhaló y extrajo aquella neblina del cadáver hasta succionarla por completo. Se incorporó y soltó la cabeza del cuerpo, volteó a ver a Nataly, quien se encontraba sentada en el piso mirando lo que había pasado. Sus ojos estaban bien abiertos, reflejaban el terror que sentía. Darcel le dedicó una sonrisa.

—Espero con ansias la tuya. —Tomó un puñado de gusanos de la boca de Saúl y se los lanzó, ella se echó para atrás, arrastrándose como podía.

Darcel dio unos pasos en dirección a Evelyn, acarició su mejilla y besó sus labios con ternura, siguió hacia la salida pasando por un costado de Nataly. Al cruzar su mirada con la de ella le guiñó un ojo.

Evelyn se acercó a su amiga e hizo a un lado con el pie las larvas que se movían a su alrededor. Se puso de rodillas y sacó la botella de agua que llevaba en la bolsa de su chamarra, quitó la cinta que cubría la boca de su amiga y destapó el envase.

—¿Qué has hecho Evelyn?

—¿De qué hablas? —Le ofreció agua y ella bebió con desesperación.

—Has invocado a un demonio.

—Bueno, no es exactamente un demonio. Hay pequeñas diferencias, me las explicó, pero me parecen todos iguales.

—Estás loca. ¿No lo ves?, cópulas con un ser oscuro. Estás maldita y totalmente desquiciada. Te irás al infierno. —Evelyn sonrió.

—Sí, lo más probable, pero ya ves que no todos arden en el infierno, las locas nos cogemos al diablo.

—Benjamín tenía razón. 

—Naty, sé que estás asustada, pero deja de decir eso. Darcel puede escuchar y se molesta. Créeme que aún vives porque no he querido que te mate, pero si tú lo provocas no podré intervenir.

—Evelyn, sé que hice mal y te pido perdón, lo que estás haciendo es terrible, tienes que huir cuanto antes.

—No necesito tus consejos ni tampoco quiero que me pidas perdón, la verdad es que ya no me importa lo que hacías con Benjamín, solo me interesa mi hija, necesito encontrarla.

—Ya le dije a Darcel lo que sucedió, es todo lo que sé. —Evelyn se sentó en el suelo y recargó su espalda en la pared.

—Hasta cierto punto, entiendo a Benjamín, debe ser difícil vivir con alguien que no confía en ti. Yo lo quería, pero no podía evitar cuestionarme cómo es que él trabajaba para mi padre en los negocios que tenía con los conejos, e incluso sabía lo que él hacía conmigo y Saúl. Por fortuna, se enamoró de mí, gracias a eso me ayudó a huir de mi padre. Él fue muy amoroso, nunca me hizo daño, pero no creo que una buena persona ignoraría las atrocidades que cometía mi padre junto con todos esos cerdos. En el momento que me fui con él, no me cuestioné nada, solo quería largarme. Con 14 años me di a la fuga con un hombre de 25. Fue quien me rescató. Había pasado más de 5 años con Benjamín y no me embaracé, hasta creí que era estéril, pero todo cambió cuando quedé embarazada, fue ahí que empecé a cuestionarme aún más y me entró terror, sobre todo porque si mi padre descubría que tenía una hija.

𝐄𝐥 𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨 𝐃𝐞 𝐄𝐯𝐞𝐥𝐲𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora