Capítulo 39

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Hanna

Lloraba, las lágrimas se derramaban por el rostro del hombre frente a mí y negaba diciendo que lo sentía, sin embargo yo no necesitaba escuchar esas palabras, la persona que las necesitaba ni siquiera había vivido y probablemente lo habían separado de su familia a los días de haber nacido. No entendió nada de lo que sucedió, ni mucho menos por que él tenía que sentir tanto dolor para que un estúpido apellido llegara al poder.

Mohamed mantenía sus ojos cerrados.

— ¿Quién te hizo hacerlo?

— ¿Quién tú crees? — Los abrió, y había tanto dolor en su mirar que solo suspire y apague la televisión que le recordaba las atrocidades de esa noche.

Dean Bush... parecía ser el martirio de todos los integrantes de La Elite. Quien luego de haber sido manipulado por los anteriores miembros se vio "Forzado" a hacer lo mismo con los nuevos.

Me siento en el sofá frente al príncipe y repaso su desaliñada apariencia.

— Iras a una de mis propiedades en Alemania, Cynthia te acompañara, ambos estarán allí hasta que muestres un gran avance. No debes preocuparte por La Elite ni mucho menos por que este video llegue a las manos de tus hijos.

»— Enfócate en recuperarte.

Mohamed se levanta cuando se lo indico, pero en el momento que pasa a mi lado, tomo su brazo observando sus ojos.

»— Oh y casi lo olvido, no trates de escapar, ni mucho menos decirle lo que te hice a alguien aparte de Cynthia. ¿Recuerdas que dijiste que los Yakuzas metieron cosas por tus agujeros? — Sonrío. — Uno bastante amable metió un micrófono en uno de ellos, y otro que no lo fue tanto, metió un detonador bastante sofisticado.

Su cara al comprender lo que le estoy diciendo lo es todo.

»— Un paso en falso mi querido amigo, y reventaras como piñata en fiesta infantil.

— ¿Por qué no me matas de una vez por todas?

— Porque aún necesito algo de ti, y claro por esa amistad que tuvimos.

Le guiño un ojo y le señalo la puerta una vez más.

Me quedo sola en el departamento y la pantalla de mi móvil se ilumina con una notificación de una de mis perras diciéndome que Cynthia y Mohamed van en camino al aeropuerto.

Cierro mis ojos relajándome, con la seguridad de que todo saldrá bien y llevo mis manos a mi vientre, sintiéndolo un poco más grande, cuando obviamente no lo está.

La puerta de entrada vuelve a abrirse y mis manos se apartan de inmediato.

— Hey...

Sonrío viéndole avanzar y tomar asiento junto a mí.

— Hey.

— Es como si no te hubiera visto en meses. — Exagera haciéndome rodar los ojos. — Te extrañe.

Me rio viéndole y pongo mi mano sobre su muslo sintiendo la áspera tela de su pantalón contra mi piel.

— Has ido conmigo a todos lados, ¿De qué carajos hablas?

Adrien chasquea la lengua.

— Si, pero has estado ocupada y con otras personas todo el tiempo.

— ¿Todo el tiempo? — Me burlo. — Hemos dormido juntos cada noche, eres tan dramático algunas veces.

El ruso recuesta su cuerpo sobre el sofá y observo su rostro sobre mi regazo.

— Si... pero llegas a dormir, no hemos tenido sexo.

Escapando del Paraíso (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora