Capítulo 23

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Adrien

Mantengo mi mirada sobre ella, se niega a abrir la boca y no podría estar molestándome más.

— Te pones insoportable porque vamos a Tokyo, ¿Y ahora te vuelves más odioso porque nos regresamos? — La abre, pero no para decir lo que yo quiero escuchar.

— ¿Por qué nos fuimos, Hanna?

Ella se ríe sin ni una pisca de gracia y cruza sus piernas viendo por la ventana del avión.

— Concéntrate en hacer tu trabajo o voy a tener que cortarte la puta lengua.

Las horas dentro del avión se esfuman, más que nada porque nos atrapa la oscura noche y la mayoría caemos dormidos. Claro, hasta que una fuerte turbulencia me quita el sueño y le pido un café a la azafata.

Trato de ver algo por la ventanilla, solo que lo único que se ve es el ala del jet y las luces rojas en la punta de la misma.

— Quizás se acerca una tormenta, por eso la turbulencia. — Me tenso ante su horrible pronóstico. — Truenos y rayos sobre y alrededor de nosotros, estamos volando a través de las nubes, asique no sería raro que un rayo cayera sobre el avión.

Sigue hablando y mi cuerpo pierde calor con rapidez, ni el café humeante en mis manos me hace sentir mejor.

»— El avión perdería electricidad y comenzaríamos a caer en picada con una rapidez que nos...

— Cállate.

— ¿Ahora quieres que me calle? Hace unas horas querías que hablara. — Sonríe con burla y termino cerrando la ventanilla para evitar ver hacia afuera en caso de que tenga razón.

La rubia se carcajea y cruza sus piernas manteniendo su ventanilla abierta.

Dejo el café a un lado sin apetito.

— ¿Cuándo estudiaste ciencias empresariales? — Cambio el tema.

Hanna arruga el ceño.

— ¿Qué?

— El día del juicio de Chad, dijiste que tu profesión era esa. ¿Cuándo lo estudiaste? Esa carrera dura mínimo cinco años y nunca me mencionaste haber ido a alguna universidad.

Ella se alza de hombros.

— No lo hice, Harvard me dio la oportunidad de obtener un título dando un examen, como era cerebrito y me estaban tocando los ovarios con esa mierda, di el examen y al día siguiente tenía un diploma en mis manos. Dijeron que mi puntaje era por lejos el mejor que había visto. — Su arrogancia me hace rodar los ojos.

— Asique tienes un título universitario de Harvard, de manera ilegal obviamente.

Lame sus labios con una sonrisa.

— Pero un título valido de Harvard, ¿Tu que tienes? ¿Un título de la universidad pública de San Francisco? Por favor, ilegal o legal, mi culo vale más que el tuyo.

Niego divertido reprimiendo una sonrisa.

— Eso lo sabía, ¿Cuánto te costó, diez mil dólares?

Mi pregunta la hace reír ofendida y se acomoda en su asiento.

— Diez mil quinientos euros, y te callas la puta boca.

Ambos reímos sabiendo bien que su culo es cien por ciento natural y me quedo viendo sus ojos mientras nuestras risas se calman.

— Hanna Morgan, titulada de ciencias empresariales en la Universidad de Harvard.

Escapando del Paraíso (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora