Capítulo 9 (Parte 1)

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NARRADOR OMNISCIENTE

Agua.

El cuerpo de la rubia pedía agua en exceso, hasta ahogarla si es que era posible.

Entendía que probablemente era por la cantidad descomunal de alcohol que debió tomar la noche anterior y eso la hacía suspirar recordándose una vez más, que debía moderarse con la bebida.

Se retorcía sobre la cama sintiendo su cabeza dar vuelta y se quitaba las sabanas de encima con ayuda de sus pies. Seguía moviéndose sin embargo su pierna dio contra algo que la hizo detenerse, un cuerpo.

¿Había estado con alguien? ¿Había tenido sexo salvaje y no lo recordaba?

Lo único que deseaba es que no fueran más de cinco los que estuvieran con ella y fueran atractivos. Respecto a lo primero no quería tener dolor en el cuerpo el resto del viaje.

Quito con cuidado la sabana de su cabeza y suspiro aliviada al reconocerlo, y por supuesto, al encontrar que solo era un hombre el que estaba con ella.

"Bien... por lo menos no nos descontrolamos mucho anoche." Pensó con el cuerpo menos tenso.

El policía a su lado se quejó por el golpe que recibió y se giró hacia ella solo en bóxer haciendo que ella bajara la mirada a la zona sin poder evitarlo. El rodeo con sus brazos y dejo un beso en su frente con la intensión de seguir durmiendo.

Y era lo mejor teniendo en cuenta la condición de su espalda, esos rasguños iban a doler por lo menos una semana.

Hanna sintió alivio, no recordaba la mitad de lo que había sucedido durante la noche, ni mucho menos como fue que termino en la cama con Ryan, pero si había estado con él, no tenía que preocuparse por haber hecho algo que no quería o por si uso o no protección.

Cerro los ojos con la intensión de descansar un rato más y reprimir la sed que tenía, hasta que alguien carraspeando dentro de la habitación la alerto.

Se sentó con lentitud en la cama viendo hacia la dirección de donde vino el sonido y se tensó al verle.

Sintió un horrible escalofrió recorrer su cuerpo de pies a cabeza.

Estaba esposado de ambas manos a las barras de fierro decorativas detrás del sofá, su camisa iba abierta de par en par y su saco tirado a su lado. La bragueta de su pantalón iba abierta y parecía haber sufrido alguna clase abuso sexual, sin embargo, ese no era el caso, pues más bien lucia como alguien que había sido amarrado y no pudo acabar.

¿Los había visto tener sexo y no pudo tocarse?

Hanna lo miraba sorprendida, y tan arrepentida de las acciones que hicieron que terminara dentro de esa situación.

La rubia recorrió con su mirada el cuerpo del hombre y su estómago se apretaba cada vez que veía un nuevo chupón en su piel, termino viendo sus labios y quiso enterrarse viva cuando reconoció su labial en ellos.

No podía creerlo.

Él solo le devolvió la mirada y a diferencia de Hanna, estaba cansado, con resaca, adolorido y molesto por lo que sucedió en la noche. Suspiro profundamente sacudiendo su pecho y pestaño una vez más.

— Está es la última vez que te lo pido, quítame las esposas, Hanna Morgan.

QUINCE HORAS ATRÁS

La chica se miraba al espejo mientras acomodaba las cadenas delgadas de oro alrededor de su cuello. Veía su imagen con deleite, con placer. Ella realmente amaba como se veía, amaba cada parte de su físico y aunque nunca pudiera decirlo en voz alta, se excitaba con su figura.

Escapando del Paraíso (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora