Escapando del Paraíso (+21)

Capítulo 11

Hanna

Tuve ocho orgasmos esta noche.

Doy vueltas sobre mi cama sonriendo por el dolor que todavía recorre ciertas zonas de mi cuerpo y me abrazo a mi almohada.

El asiático tirando de mi cabello y bombeando contra mi coño desde atrás.

El negro apretando mis pechos y mordiendo con fuerza mis pezones.

Ambas vergas empujando mis agujeros con salvajismo.

Sus manos sobre mi cuello apretándolo y yo corriéndome a chorros cada hora.

Obviamente debo volver a llamarlos.

Me rio viendo el desastre que es mi habitación y tomo mi móvil agregando a esos turistas a mi lista de vergas que me folle. Ya que tengo el móvil en mano decido ser algo más atrevida y ganarme unas buenas nalgadas para cuando llegue.

Yo: Anoche tuve sexo con dos increíblemente sexys hombres en la cama que me follas. Tuve ocho orgasmos.

Eso hará que se apure en su viaje en Francia.

Llegará molesto o extremadamente calmado, en ambos casos la noche comenzará con Frederick tomando mi cuerpo, viéndome a los ojos y diciéndome que soy una puta.

Nunca me gusto que me llamaran así en el sexo, lo encontraba estúpido, demasiado vulgar, sin embargo, cuando ese ruso lo hace, carajo...

Una notificación me hace dejar de ver mi techo blanco y volver la vista a mi móvil. Es un correo y no un mensaje del ruso, asique suspiro y lo abro de mala gana.

"Estimada Señorita Morgan.

Nos alegra informarle que el 55 ya llego a su pista y que estaremos haciendo las pruebas durante los próximos días, por si le apetece verlo.

Con cordialidad, Escudería Morgan"

— Carajo.

Me siento con rapidez en la cama alertando al animal recostado en el suelo. Vuelvo a releer el correo una y otra vez y deslizo mis dedos con rapidez por la pantalla yendo a mis contactos y buscando a ese gordo millonario.

Lo llamo sin pensarlo dos segundos y me levanto caminando por mi habitación ansiosa y me quedo frente a mi ventanal cuando me contesta.

— ¡Hanna Morgan! ¿Cómo estás? ¿Mi chico te dio problemas? — Habla con calma y sus palabras me aprieta el estómago.

— White, de eso quiero hablarte. ¿Cómo que el 55 está con los míos?

— Lo ganaste chica, estábamos apostando, y así como yo te gane siete millones hace unos meses, ahora tú me ganaste el 55. Cumpliste y yo cumplí.

— Lo sé, lo sé. Pero eres un buen socio y el 55 es tu mejor chico. No iba a cobrártelo realmente, por eso no te llame luego de irme de Las Vegas. — Suspiro impactada pasando las manos por mi cabello.

— ¿No? Bueno, si quieres puedes devolvérmelo. — Se ríe y lo hago con él negando.

— Ya te mamaste, ahora es mío. Adiós White, cuidare a tu chico. — Sonrío divertida sentándome en el sofá blanco junto a mi cama.

El hombre se ríe a carcajadas.

— Adiós Morgan.

Cuelgo la llamada viendo mi habitación y avanzo hacia la salida. Abro la puerta ajustando mi bata y mis guardias ya se encuentran allí puntualmente.