Adrien
Sigue hablando, sonríe mirando a los recién casados y no puedo evitar pensar que es un imbécil por desearles un buen matrimonio cuando sabe bastante bien que ella no ama a "El amor de su vida" como él dice.
Sin embargo, me guardo mis comentarios y aplaudo las palabras de Vladimir junto al resto viendo la sonrisa falsa de Ezzia mientras le agradece las palabras.
El locutor de la boda nos invita a todos a ponernos de pie y alcanzo a mi mejor amiga antes de que el novio lo haga. Ella me mira agradecida y rodeo su cintura con mi brazo tomando su mano con cariño.
— ¿Lo viste, Adrien? ¡Casi se queda dormido dos veces! — Me mira horrorizada y sonrió un poco.
— Vamos, si sigue así, no estará despierto en la luna de miel, genial ¿No? — Su mirada se enciende con mis palabras y me hace reír por primera vez en la noche mientras la hago girar en la pista.
— En ese caso iré a bailar con él para mantenerlo despierto. — Besa mi mejilla haciéndome acariciar su espalda y camina hacia el hombre que se sobresalta cuando su esposa llega donde él.
Una joven chica no tarda en invitarme a bailar seguida de otra, y otra, y otra, pero las rechazo a todas de la manera más cortes que puedo y camino a mi mesa tomo una de las copas de vino blanco que llevan los meseros. Tomo asiento frente a la pareja que comparte mesa conmigo y bebo mi vino de un solo trago.
No puedo con esta farsa, mi mejor amiga se casa con un hombre que no ama y quien sabe cuántos años tendrá que estar a su lado fingiendo que está enamorada, y no es solo que no lo ame, sino que los hombres no son su tipo, si le gustaran por lo menos podría tolerarlo un poco más sin embargo no es así... y no puedo dejar de pensar en que vi como Ezzia caminaba de blanco a una vida que no desea.
Suspiro recordando como temblaba en la ceremonia y sus lágrimas al decir acepto, lo peor es que todos pensaron que eran lágrimas de felicidad...
Tomo la copa de vino tinto sobre la mesa y la bebo de un trago también.
Mis padres me miran horrorizados y niegan reprochándome en voz baja que me controle, pero solo les sonrió y me levanto. Tomo otra copa de vino cuando un mesero pasa por mi lado y salgo al jardín tanteando mi saco.
El lugar esta vacío, y no me sorprende, tienen que haber como diez grados ahora mismo y no es bastante acogedor. Me siento en la banca de madera dejando la copa de vino a mi lado y mientras miro la costosa decoración con flores exportadas y velas aromáticas, enciendo mi cigarrillo dándole una buena calada mientras recuesto mis brazos en el respaldar de la banca.
La música del salón no es más que un murmullo desde aquí y si cierro mis ojos... casi podría olvidar que es la boda falsa de mi mejor amiga.
Inhalo el pesado humo dándole paso a mis pulmones y entreabro suavemente mis labios luego de un rato dejándolo salir sin dejar caer el cigarrillo de mis labios. Cuando el cigarrillo se acaba lo aplasto contra el suelo y enciendo otro fijándome en la noche estrellada.
Estaba despejado, las estrellas brillaban más que la noche anterior, la vía láctea se veía imponentemente enorme y hermosa obligándome a mantener los ojos sobre sus colores azulados, rosas y morados. No pude evitarlo y recordé aquella noche, la noche en que el estrellado cielo fue lo último que vio.
Sonrío y le doy una fumada larga a mi cigarrillo.
Han pasado dos años desde que Tania murió.
Veinticuatro meses en los que cada vez que encontré el cielo bonito recordé su sonrisa tímida. Ciento cinco semanas en las que el recuerdo de su risa que le arrugaba la nariz me provoco un dolor de pecho intenso. Setecientos treinta días en los que cada instante que recordaba su tacto mis ojos picaban por las lágrimas, y es que recordar cómo era sentir su pequeño cuerpo abrazado al mío... duele.
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Escapando del Paraíso (+21)
Roman d'amourFrederick nunca había viajado a San Francisco, Estados Unidos era su país menos favorito realmente, sin embargo tenia una buena intención para ir y aún sabiendo que nunca entraría al Paraíso por lo que haría, no le importaba, a diferencia de su fami...