Epílogo

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OMNISCIENTE 

08 de Marzo

La habitación de Hanna Morgan se encontraba repleta de doctores y enfermeros. Todos se encontraban listo para recibir órdenes, las cuales comenzaron a las doce del día con veinticinco minutos, cuando la anestesia local comenzaba a hacer efecto.

Mientras que los doctores Mizake, Johnson y Ramírez hacían los cortes necesarios en el vientre bajo de la tercera hija de Ian Morgan, muchos esperaban recibir buenas noticias en el salón de la casa.

La llegada del señor y señora Morgan había sido extendida también a sus hijos, pues si todo salía bien, un nuevo integrante se uniría a la familia, o de salir mal, la unión les ayudaría a todos a sobrellevar aquel dolor.

Aunque ser más que un dolor que a todos les pesaría, era Adrien el que más le preocupaba a la familia. Desde que se habían enterado de la infertilidad de Hanna, nunca esperaron el nacimiento de un sobrino por su parte, y seguían pensando así, pues si algo salía mal, allí estarían para el dolor de su hermana y su pareja.

Asique cuando Adrien le hablo de la apuesta que tenía con Abel para saber el sexo del bebe, fueron solo Henry, Cass y Alex los que se unieron, los demás se ahorraron la participación pues la idea de que sobreviviera el bebe, no era muy realista para ellos.

Había un aire incomodo mientras los minutos pasaban en la sala, uno tan pesado que Abel después de quince minutos tuvo que levantarse para ir a fumar su tercer cigarrillo afuera de la casa.

Sasha Morgan igual estaba allí, solo que en lugar de enfocarse en las tonterías que decían sus hijos y su yerno, se mantenía hipnotizada viendo como la bolsa de sangre a su lado se llenaba lentamente.

Apenas piso la isla, una aguja fue inyectada en su brazo comenzando la extracción de sangre. No estaba muy contenta allí, de haber tenido elección se hubiera negado a ayudar, pero luego de haber visto a su esposo llorar mes a mes por la posible pérdida de su hija, y como sus ojos se iluminaron de esperanza cuando Mizake le envió una carta con una posible cura, le fue difícil negarse.

Ian amaba a sus hijos, Sasha no, pero si lo amaba a él, asique si ayudando a esa mocosa su esposo volvía a sonreírle, iba a hacerlo, solo que de mala gana.

Adrien miraba cada tanto a su suegra, de la misma manera que veía su reloj, la hora pasaba demasiado lento y que no les informaran de nada lo tenía ansioso.

— Si lo de las transfusiones de sangre funcionaran y Hanna despertara en cuatro meses, ¿No lo haría con secuelas?

La pregunta de la menor de los Morgan atrajo la atención de Adrien y niega suavemente viendo la carpeta en sus manos.

— Touma ha mantenido monitoreado la actividad cerebral de Hanna y no ha presentado daños cerebrales ni cognitivos, y respecto al físico, los enfermeros se han encargado de mantener los músculos en movimiento, aunque claro, es posible que las primeras semanas, Hanna necesite estar en recuperación y no hacer grandes esfuerzos.

Alex asiente.

— No te preocupes, gracias a tu madre, Hanna despertará y volverá a estar con nosotros pronto. — Ian hablo viendo a su hija menor con una pequeña sonrisa. Una sonrisa que provocaba acidez dentro del estómago de Adrien.

— Bueno, no realmente gracias a Sasha, después de todo fue Mizake quien tuvo la idea y el donador podía ser cualquiera con el tipo de Hanna, solo que Sasha fue la elegida por ser alguien cercana.

Las palabras de Adrien atraen la atención de toda la habitación y Henry reprime la risa cubriéndola con una falsa toz.

Las miradas caen sobre la esposa de Ian quien suelta una suave carcajada observando al ruso.

Escapando del Paraíso (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora