Capítulo 30

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Adrien

Supe que el temido día había llegado cuando la rubia dejo la oficina de ROM y su mirada no buscaba un buen candidato para un paseo en su cama, sino que caía sobre su mejor amigo y le daba un abrazo que el Bartender no comprendía, pero yo sí.

Las Perras habían dado con Mohamed y era hora de ir por él.

No me lo dijo esa noche, y por eso cuando dormí en el departamento de Hera una vez más, la abracé tratando de calmar el miedo en mi interior.

Solo que no podía encontrar la calma en ella, no... Ian y Hanna esperaban que matara, y no creía ser capaz de eso.

A la mañana siguiente, al subir con los demás luego de una llamada de Scarlett, se hizo una realidad, viajaríamos a buscar a Mohamed.

A Egipto.

Hanna nos cuenta que atravesaremos el desierto, que no tiene la menor idea de cuantos días serán o que tan difícil será, también nos habla sobre otro grupo que persigue a Mohamed y parecen estar un paso adelante.

Nada de lo que nos dice es motivador, y es que no trata de serlo, es su manera de decirnos, que nos despidamos por si no volvemos, ya sea por morir perdidos en el desierto, o por el otro grupo de asesinos tras Mohamed.

Maximus al entender el mensaje oculto se levanta preocupado y ve su móvil de inmediato.

— Creo que debo llamar a mi nana y decirle... no sé qué voy a decirle.

Sale de la habitación y no tardamos en imitarlo, solo que mientras los demás bajan las escaleras, yo apoyo mi espalda contra la puerta de la rubia cayendo lentamente hasta el suelo viendo mi móvil.

Supongo que ahora mi mayor preocupación no es asesinar... es morir.

Saco mi móvil sintiendo que quiero despedirme de tantas personas, pero no tengo el tiempo, y es que creo que si todos tuviéramos una fecha límite para agradecer y decirle a los que conocemos que sigan luchando luego de nuestra partida, no sabríamos donde empezar, no sabríamos como hacerlo, ni mucho menos que decir.

¿Cómo te despides de alguien cuando caminas a la posible muerte?

Entro a mis contactos recorriéndolos con mi mirada cada uno de los nombres y termino marcando uno que me hace temblar las manos.

Tardan en contestar y cuando lo hacen, el que sigan molestos con mi decisión ya no me decepciona ni tampoco molesta, me divierte.

— Papá puedes cerrar tu maldita boca, estoy tratando de hablarles por primera vez en meses.

Si, y nos parece irrespetuoso que... — Mi madre es la que habla ahora y sonrío cerrando mis ojos.

— Los amo. — Eso si es suficiente para callarlos. — Sé que hemos tenido problemas, no soy el mejor hijo y ciertamente ustedes tampoco los mejores padres... pero somos familia, asique perdónenme por haber sido grosero y malagradecido cuando me recibieron en casa no una, sino dos veces luego de haberme ido, perdónenme por haberles gritado e insultado tantas veces, aun cuando se lo merecían, pero no era la forma.

Suspiro.

»— Y yo los perdono a ustedes, porque sé que todas las mierdas que me han metido en la cabeza desde pequeño, han sido porque quieren lo mejor para mí, ¿Estudiar negocios internacionales en lugar de arte por ser un empleo con más campo laboral y mejor paga? ¿Ejercicio en lugar de videojuegos para una vida más activa y sana? ¿Responsabilidad afectiva antes de sexo vacío? Quizás no usaron los mejores métodos de enseñanza, y se los perdono, porque tuvieron buenas intenciones conmigo y estoy seguro que con Boris también...

Escapando del Paraíso (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora