Capítulo 29

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Hanna

La propiedad estaba vacía.

Mi garganta se cierra, la llamada sigue acumulando segundos contra mi oído y suspiro viendo la puerta de la habitación.

— ¿Cuál era esa?

La tercera, dejaremos Groenlandia cuando el sol salga y nos moveremos a Rusia para buscar en el Taiga.

El viaje hasta las siguientes coordenadas les tomara mínimo siete días más... la probabilidad de dar con Mohamed baja un poco más, como también la certeza de donde esta y donde no.

Fátima se mantiene en la llamada esperando que de mi aprobación y llevo una vez más el habano a mis labios.

— Háganlo. Rompe el teléfono del que me llamas, y una vez ya hayan visto la zona, llámame con las nuevas noticias.

Entendido, Morgan.

La llamada se corta y suelto el humo dejando el habano a mi lado.

El hombre en mi entrepierna alza su cabeza.

— ¿De qué hablabas?

— Nada que te interese, Richard, ahora sigue comiéndome el coño. — Le guiño un ojo tomando su cabello y lo hago volver a bajar suspirando al sentir su lengua rozar mi clítoris.

— Me llamo Robert. — Murmura.

— Me importa un carajo cómo te llamas. — Frunzo el ceño empujándolo una vez más a mi entrepierna.

🚬🚬🚬🚬

— Hanna, estamos a martes, ¿Cómo pudiste beberte dos botellas de whisky tu sola?

Ruedo los ojos escuchándolo y trato de poner el cinturón de seguridad en uno de los dos seguros que se mueven a mi lado.

— Bueno es fin de mes... ¿No puedo celebrar que terminamos Agosto? — Me rio y al idiota no le hace ni puta gracia pues toma el cinturón desde afuera del auto y lo engancha el mismo.

Dejo caer mi cabeza sobre su hombro sintiendo que mi cerebro da vueltas.

— ¿Qué sucede Volkov? ¿Hera no te la chupa y por eso andas gruñón?

Adrien se aparta cerrando la puerta y rodea el auto encendiéndolo mientras se pone su cinturón.

No responde y aprieto mis dientes para evitar soltar otra palabra hacia su persona. El camino de ROM hasta el Penthouse está más lento de lo normal y es que gracias a un accidente, el tráfico es un infierno.

Paso mis manos por mis sienes arrepintiéndome de haber bebido tanto, sabiendo perfectamente que mañana no podré ni levantarme.

— Sal en el siguiente cruce, iras a la propiedad al norte.

— ¿A cuál de todas? — Pregunta con una mano en el manubrio mientras que la otra la usa para teclear en su móvil.

Una voz en mi cabeza, que suena bastante parecida a la irritante voz de Sasha, me dice que le habla a Hera.

— La que solo tú conoces.

Su mirada se alza a la mía con rapidez y su reacción me genera ruido... ¿Adrien...?

— ¿Dónde estaba haciendo la...?

Asiento desviando la mirada hacia los lentos autos frente a nosotros.

— Esta a veinte minutos de aquí, pero si nos quedamos para llegar al Penthouse tardaremos dos horas.

Asiente y tal como le dije anteriormente, sale en el siguiente cruce acelerando por las calles que curiosamente, aún recuerda.

Escapando del Paraíso (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora