Capítulo 1 Laura.

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Capítulo 1 Laura.


¡SALUD!, gritamos todos a la cuenta de tres, elevando nuestras copas al aire después del corto pero emotivo discurso de mi jefe Damián Ferguson para anunciar mi nuevo cargo de socia directora en su firma de abogados Ferguson & Asociados, el cual será hará oficial el día lunes.

Tomó un pequeño sorbo de la exquisita, ostentosa y estúpidamente cara champagne Louis Roederer, la cual fue pedida explícitamente por mi jefe para celebrar esta velada en representación de tan anhelada meta, por la cual vengo trabajando desde hace cuatro años y ahora es más que un hecho, es una realidad palpable y un sueño que puedo tachar de mi lista deseos, me siento feliz, plena y tan orgullosa de mi misma que no puedo creer que soy socia directora.

Estas sensaciones son están satisfactorias, llenas de complacencia que creo que es un sueño del que no quiero despertar, pronto todos verán en la puerta de la entrada de nuestro edificio el título: Richard Ferguson y Asociados, he decido dejar el apellido de mi jefe en honor y gratitud hacia él por nunca desfallecer conmigo, y escogerme a mí ante el pequeño pero competente repertorio de abogados de élite que contiene en bufete, mi corazón hace un vuelco con solo pensar que mi apellido estará en la entrada.

Me volteé al oír la pronunciación de mi nombre en un tono tan familiar, eufórico y alegre.

—¡Felicidades Laura! —me agasaja acercándose mi jefe, ampliando una espectacular sonrisa y extendiendo sus brazos hacia mi dirección.

Es un hombre moreno de buena musculatura para tener 57 años, está pulcramente vestido con un traje de tres piezas gris claro y un reloj de bolsillo, «un toque clásico que nunca pasa por alto en él, pienso», peinado de modo refinado e impecable, en su mano izquierda lleva un precioso y exuberante reloj rolex, y está perfumado de una manera tan adecuadamente fuerte que antes de que me pueda abrazarme percibo su olor a caballero seductor e imponente.

Me le acercó ofreciéndole mis brazos en señal de agradecimiento y lo sellamos con un fuerte apretón que duró unos cuantos segundos, luego me alejo un poco para poder agradecerle con una gran sonrisa y mis ojos húmedos, causa que aparece por la oleada de sentimientos y emociones que proporciona este logro que tanto he deseado, con una voz clara, fuerte y enérgica le respondo.

—¡Gracias!, Todo esto es por la gran oportunidad y la confianza que me has ofrecido, en todos estos años nunca te rendiste conmigo, me apoyaste, me ofreciste tu ayuda, y ahora después de tantas cosas estamos aquí, celebrando no solo mi logro sino el tuyo, porque esto es producto de tu perseverancia conmigo.

Termino con esas simples palabras y lo vuelvo abrazar repitiendo el apretón fuerte del anterior abrazó; a continuación, él es quien se aleja un poco y me limpia una de mis lágrimas con sus nudillos los cuales proporcionan una sensación cálida y paterna.

—Espero que sean lágrimas de alegría —advierte el—. Hoy es un día para celebrar y derramar el champagne más no lágrimas, sé que tus padres no han podido venir, pero aquí estamos todos para ti, sabes que estoy orgulloso de ti, sé que no me equivocado en elegirte como mi sucesora, así que vamos a celebrar que para eso es este día.

Lo miro con añoranza y afirmó con un agradecimiento nostálgico, luego chocamos nuestras copas en señal de victoria y bebemos de un trago el líquido lujoso que yace en ellas, produciendo un pequeño gemido lleno satisfacción que salió desde nuestras gargantas.

¡Sabor a lujo!, anunciamos los dos al unísono, debido al sabor exquisito del champagne, nos reímos, asentimos con nuestras cabezas el uno para el otro y nos alejamos, él se fue en dirección de su familia, yo donde mis amigos Alana, Tatiana y Julián, que me esperaban pacientes y con muchos ánimos de festejar mi logro.

Ley Promiscua - Donde los pactos y el Placer son normas en el Tribunal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora