Los mejores hermanos que pude tener

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NARRADOR OMNISCIENTE

Jungkook lleva días ignorando a la pelirroja de Risa, especialmente desde el día que se enteró de la aventura de Damián con ella. Llamadas perdidas, mensajes no leídos. No recogía a Taehyung en su universidad, llegaría a un acuerdo de verse por las tardes y esperaba que acepte, aunque eso no evitará encontrarse frente a frente con Risa. Si las circunstancias fueran distintas y su gemelo no se hubiese liado con la mejor amiga de su novio, no hubiese surgido este problema. Se supone que los mejores amigos son para que te escuchen, cuenten sus problemas, apoyarse mutuamente y contarse secretos. No traicionándote, menos con tu novio. Le estaban viendo la cara de estúpido a Taehyung, Jungkook también lo hacía, por eso sentía culpa.

Una inmensa culpa de mentir a la persona que tanto quiere y anhela no perder. Eso le rompía el corazón, ese tonto juego de dos chicos estúpidos provocaría perderle para siempre, ni siquiera él se perdonaba. Quería contar la verdad, pero el miedo de su repudio ganaba más. ¿Se lo diría? Si. En cualquier momento, pero...

¿Cuándo será ese momento?

Mientras tanto, debe seguir haciendo como si nada de ese absurdo plan hubiese ocurrido.

—Mi campeonato es en dos semanas ¿Te gustaría ir? —pregunta meciendo sus manos de adelante hacia atrás, Taehyung con una sonrisa, Jungkook con una más brillante—. Me pondría feliz si estuvieses entre las gradas apoyándome.

—Me encantaría... mi vida —aceptó con gusto, aprovecho el momento para dedicarle un mote cariñoso. Y para ocultar la vergüenza se escondió tras sus palabras—. Llevaré conmigo un gran cartel, y a mi cuñado. A Timmy le emocionan los deportes, espero no te moleste.

—Espera. ¿Acabas de...? me has superado ángel. Un mote de pareja así suena aún más lindo.

—Me alegra que te gusté, estuve pensando en varios.

—Continúa buscando otros, esto nos elevará la autoestima.

—O el ego...

Ríen encantados, compartiendo sonrisas traviesas. Era genial solo dar un paseo por las calles de Segovia—España. Una encantadora ciudad, despampanante con personas caracterizadas por su acento tónico. A Jungkook le pareció buena idea salir y disfrutar del aire en la plaza de Azoguejo, justo donde se hallaba el Acueducto, sinceramente dos lugares ejemplares y monumentalmente visitados en aquella parte de la ciudad. No les había tomado tanto tiempo llegar, el sol alumbraba la extensa plaza con grandes grupos de personas andando de una esquina a otra, admirando su sencillez como belleza y arquitectónicos esquemas.

—Entonces... ¿Te molestaría si llevo a Timmy?

—Claro que no, sería bueno convivir más con tu familia. Así no querrán matarme después, hasta puedes llevar a tu hermano.

—Estará ocupado en prácticas.

—No te preocupes lleva a quien quieras —aclara hasta que...—, menos a tu amiga. Discúlpame, pero aún no la tolero.

—Vale y entiendo que aún te incomode —sus cejas decayeron, no de tristeza sino de preocupación—. Debo decirte que la última vez que estuvimos todos juntos le aclaré algunos puntos.

—Aun así, procuremos que no interfiera con nosotros —lo atrae a su cuerpo, abrazando su cintura—. Me gustaría ser solo los dos ese día.

—¿Si?, entonces seamos solo nosotros dos —se insinúa de un modo inocente.

—Te enseñaré las cosas buenas de una intimidad plena —besa sus labios—. ¿Y te parece rotar en las actividades que comúnmente hacíamos?

—Bobo —retoman su camino—. ¿Cómo cuáles? —le miro curioso, con la intención de escuchar con atención lo que dirá, de saber que propuestas tenía para romper la rutina.

2X1: ¿ÉL O ÉL?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora