2X1: ¿ÉL O ÉL?

Cuando creía que los problemas terminaban, empeoraron aún más

A tres semanas de la verdad

NARRADOR OMNISCIENTE

Jungkook contra todo pronóstico al fin consiguió un lugar en las habitaciones de la Universidad. Pagando su primer mes se dispuso a llenar el lugar con sus preciadas cosas, tuvo la ayuda de Taehyung y sus amigos, Lui, Merlo, José y Luca. Incluso Almer y Maco con quienes no estableció una amistad se unieron, pero eran compañeros de equipo y entre ellos se apoyan. Cada uno cargaba un objeto y lo ubica en un espacio de la habitación. Ordenaron su ropa, zapatos y alguno que otro material, como cuadros y fotos. El preciado álbum que le regaló Tae se encontraba encima de un estante a la vista de todos. Mientras arreglaban lo demás, en la linda cabecita de Kook surgieron pensamientos recurrentes como el de sus hermanos furiosos con su padre por el hecho de echarlo de su casa, por segunda vez y a pocos días del fallecimiento de su madre.

Qué cruel era ese hombre.

Pero...

Todo lo que quería el señor Robert era que Jungkook aceptara la llave del nuevo departamento, pero sabía que aceptarla sería su perdición. Demostraría que solo le importaba lo material y tendría que ocupar un puesto en la empresa, en esas aburridas oficinas, pasando el tiempo sentado y revisando documentos o viajes de negocios. Es algo que no quiere hacer.

Todos piensan que el señor Robert, padre de siete hijos, cincuentón y viudo, no tiene corazón. Es mentira. Claro que lo tiene, no por nada los dejo que hicieran lo que quisieran con sus vidas, él solo los guio y les recomendó opciones de mejora de vida o donde estudiar. Algunos le hicieron caso, otros no tomaron en cuenta su opinión y está bien. Cada quien es capaz de elegir y tomar su mejor decisión. Si bien él no estuvo presente en su crianza ni cuidado personal, los ayudó económicamente y dirán que eso no es necesario si no tienen a su lado el calor de un padre, el de una familia. Pues sin la parte monetaria, el dinero, no hubiesen podido sobrevivir. Fue un favor importante que les beneficio y también perjudicó.

¿Podemos decir que el señor Robert quiere a sus hijos, a pesar de no haber estado muy presente en su infancia y formación de vida las 24/7 horas del día? Existe una respuesta congruente de ello. Efectivamente, Robert ama a sus hijos, porque son la representación viva de él y su difunta esposa. El problema o más bien su estilo y forma de ser era algo estricta, y para nada la sensibilidad estaba en su vocabulario. Su crianza fue distinta, su padre lo educó como todo un hombre debe ser, un alfa en toda su determinación. Frío, calculador, dominante, el líder de la manada, en otras palabras, el cabecilla de su familia. Vivió en un ambiente hostil donde no sabía correctamente lo que era sentir algo por una persona.

Hasta que ella apareció, su despampanante brillo y energía, junto a los cambios drásticos de llorar, reír, enojar y más. Todo eso le descolocó. Así que le costó expresar sus emociones, pero no se rindió y persistió a seguir un camino mejor. Dejó a su familia y realizó diferentes trabajos que le hicieron ganar una cierta cantidad de dinero, que ahorro para poder culminar sus estudios. Robert observaba a la distancia como Abigaíl era pretendida por jóvenes educados y con estabilidad económica.

Es por eso que con todo el valor del mundo caminó firme hacia ella y le dijo: "Espera por mí unos años más y te prometo que tendré lo suficiente para darte una vida con todas las comodidades que te mereces" Ella sonrió y asintió, pero lo que no sabía Robert, es que Abigaíl ya lo había elegido. Con tan solo ver su esfuerzo detrás de esas palabras. Entonces respondió: "Te elegí mucho antes de que te fijarás en mí"