Donde Draco intenta que le guste la familia de Harry y a nadie le gusta Umbridge

2. 6 de Agosto, domingo: Grimmauld

Dadle las gracias a Tatsuki_Black306 por hacer la portada de esta historia. Yo creo que es muy chula.

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El sobre había permanecido solo en el escritorio de Harry desde que llegó. Había reconocido la elegante escritura y se había congelado en el lugar, sintiendo que se le hundía el estómago. Harry aún no había respondido al último, así que Draco debía de haberse enterado de lo sucedido, si no por el Profeta, por su padre.

Debía de estar furioso y le había escrito a Harry para decírselo, o quizás aún peor, le había escrito a Harry para hacerle saber que todo había terminado. Como no quería confirmar ninguna de las dos cosas, Harry seguía mirándola desde su cama sin abrirla.

Así que allí descansaba, amenazador, acusando y ocultando el destino de Harry mientras éste trataba de mantenerse lo más alejado posible de ella en su pequeña habitación.

A pesar de todo, cuando empezó a oír ruidos en el piso de abajo, mucho después de que los Dursley hubieran abandonado el pueblo por algún tonto acontecimiento, Harry se lo guardó rápidamente.

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Grimmauld Place era una casa antigua, oscura, decadente y con un elfo de la casa poco atractivo; y a Harry le encantaba. Había visto a Sirius en una mesa rodeado de muchos otros antes de que la señora Weasley lo interceptara y lo dirigiera al piso de arriba.

Nada más cruzar la puerta, Hermione, ansiosa, lo abrazó. Harry se sorprendió al verla a ella y a Ron allí. Su sorpresa se convirtió en irritación cuando descubrió que no sólo llevaban tiempo allí, sino que también sabían lo de La Orden.

"¿No podían haber escrito eso en una carta?" preguntó Harry, con la voz ligeramente alzada por la frustración. "No he sabido nada de ti. Si no fuera por Draco me habría vuelto loco".

"¿No sería al revés?" dijo Ron, recibiendo inmediatamente una mirada fulminante. "Queríamos decírtelo, amigo".

"¿Entonces por qué no lo hicisteis?"

"Porque Dumbledore nos hizo jurar que no lo haríamos", confesó Hermione.

Harry se echó hacia atrás. "¿Dumbledore?"

Sus amigos asintieron. "Lo sentimos, Harry", dijo Hermione.

"No", dijo Harry, sintiéndose confuso. "Está bien, sólo que no entiendo por qué haría eso. Quiero decir, yo era el que estaba allí cuando Voldemort regresó".

Ron hizo una mueca al escuchar el nombre. "No lo sabemos, amigo".

Harry suspiró y miró alrededor de la habitación. Era tan decadente como el resto de la casa, el papel pintado verde empezaba a despegarse. "Entonces, ¿cómo han...?"

Un repentino estallido lo sobresaltó, seguido de dos brazos diferentes alrededor de sus hombros.

"Harry, nos ha parecido oír tu preciosa voz", dijo Fred.

"¿Qué te parece la casa?", preguntó George con un guiño. "Será mejor que te acostumbres, ¿verdad?".

Harry frunció el ceño confundido. "¿Qué?"

Fred sonrió. "Creo que no lo sabe, George".

"Seguro que lo parece, Fred", dijo George. Se enderezó y adoptó una expresión snob. "Es la casa de la Noble y Antiquísima Casa de los Black".

"Una de las más grandes, antiguas y entrelazadas familias de sangrepuras", continuó Fred, acompañando el tono esnob con un meñique levantado. "Todos los sangre pura viven así Harry, así que será mejor que te acostumbres al polvo y a los elfos domésticos decapitados".